Publicado: septiembre 24, 2025, 10:07 pm
Es una relación a distancia, que dicen que no son fáciles. Y se prolonga en el tiempo. Viaje oficial de Pedro Sánchez, decisión del juez Juan Carlos Peinado. Unas casualidades que acrecientan el enfado en La Moncloa, donde procuran morderse la lengua, pero ya a duras penas: «Las casualidades no existen». La decisión del magistrado de enviar a juicio con jurado a la esposa del presidente del Gobierno por un delito de malversación si llega a juicio cogió al presidente del Gobierno en Nueva York, con motivo de la Asamblea General de Naciones Unidas y acompañando al Rey para que éste interviniera ante los líderes mundial. Las investigaciones judiciales a su hermano y su mujer enfadan, y mucho, al jefe del Ejecutivo, que desautoriza a los jueces que las llevan a cabo: «El tiempo pondrá las cosas en su sitio. Mi mujer y mi hermano son inocentes».
«Estamos escandalizados, indignados, como lo estaría cualquiera ante este sinsentido», trasladaron desde su equipo más cercano. En su núcleo duro mostraron «estupor» y «sorpresa». La desconfianza hacia el trabajo de Peinado se incrementó, en esta ocasión argumentando dos motivos: el momento de comunicar esta decisión de llevar a Gómez a un juicio con jurado sin haber cerrado la instrucción y el que la cite un sábado por la tarde. Fuentes gubernamentales consultadas señalan que es «innegable» hablar de «persecución» a la familia del presidente.
Las fuentes consultadas en el seno del Gobierno consideran que lo que busca Peinado es la «humillación pública» de Begoña Gómez y de ahí las citaciones o el llevarla ante un jurado popular. Sánchez no ha refrendado expresamente esas palabras, aunque sí implícitamente, al invitar a los periodistas a que interpretaran ellos los hechos.
«El tiempo pondrá las cosas en su sitio», ha reiterado en una comparecencia ante los medios en Nueva York, tras participar en la Asamblea de Naciones Unidas. «Nos toca defender la verdad, que acabará imponiéndose. Y la verdad es que mi hermano y mi mujer son inocentes». Y ha aprovechado para mandar un recado a los medios de comunicación: «Espero que cuando eso suceda, tenga la misma repercusión mediática que lo que está planteando ahora el juez».
Y en un contexto en el que la oposición endurece su discurso sobre la corrupción, e intensifica la petición de que Sánchez se aparte o convoque elecciones, el jefe del Ejecutivo, en una entrevista con Bloomberg, ha mostrado, de nuevo, su disposición a presentarse a la reelección. «Esto es algo que ya he hablado con mi familia y mi partido. Y si me lo permiten, tengo la confianza de que podemos repetir la mayoría».
«Surrealista», «extraño», «espectáculo», «no es serio»… son las impresiones de ministros y cargos socialistas ante la decisión de Peinado. Félix Bolaños, ministro de Justicia, trató de ser comedido, pero sin ocultar su desaprobación al juez: «El sistema de recursos en nuestro país es muy garantista y sin duda un tribunal imparcial pondrá las cosas en su sitio, como ya hizo el Tribunal Supremo en este mismo caso». Más directa y nada protocolario fue Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda, evidencia el enfado en el Gobierno: «Pueden llamar a los de la calle Ferraz para que vayan al jurado popular».
La actuación de Peinado acrecienta en el seno del Ejecutivo la percepción que abanderó Sánchez de que «hay jueces haciendo política». Ponen el foco en que tanto la advertencia de juicio con jurado a Gómez como la decisión de dejar al borde del banquillo a David Sánchez, hermano de jefe del Ejecutivo, se han producido horas después de que otra jueza abriera juicio oral contra la pareja de Isabel Díaz Ayuso, González Amador, por presunto fraude fiscal y organización criminal. En el Gobierno hay ministros que lamentan que el Poder Judicial intervenga para cuestiones como la amnistía, aún antes de conocer el texto, pero no haga nada para poner freno a actuaciones como las de Peinado.
El jefe del Ejecutivo trató de trasladar normalidad en un día anormal. Acompañó al Rey en su intervención ante la Asamblea de Naciones Unidas y mantuvo su agenda. «Estamos donde tenemos que estar, en Naciones Unidas asegurándonos de que la voz de España está posicionada donde merece nuestro país ante coyunturas como la actual», señalaban desde el equipo que lo acompaña. «En lo que está un líder ante un momento como este».
No es la primera vez que una decisión de Peinado opaca un viaje importante de Sánchez. En La India, en octubre de 2024, el juez imputó a Begoña Gómez dos nuevos delitos: un supuesto nuevo delito de apropiación indebida y otro de intrusismo profesional en relación con el software de la Universidad Complutense de Madrid. Un mes después, estando en Brasil, en el G20, ordenó rastrear sus cuentas bancarias. En ambas ocasiones, Sánchez viajó con su esposa. En Nueva York no sucedió así.
En La Moncloa sostienen que el cerco judicial al entorno familiar de Sánchez provoca un cierre de filas con Sánchez hasta de los más críticos. Que si bien concede munición política para la oposición, entre los socialistas propicia unidad. «Creo que los supuestos que se están investigando en el caso de la mujer del presidente no se ajustan a lo que a priori sería un juicio de jurado popular. Plantear eso hace que mucha gente pensará que se está buscando un juicio más político que legal», observó Emiliano García-Page, en otras cuestiones muy distanciado de Sánchez.