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Sánchez abrasa a Marlaska tras la decisión «insostenible» con las balas de Israel y da una salida a Díaz

Publicado: abril 24, 2025, 6:07 pm

El desempeño de Pedro Sánchez en La Moncloa bien pudiera asemejarse a un campo de minas. Y a cada cual más inesperada y peligrosa, pues su detonación podría suponer aún más daños en su gobernabilidad: desde una pandemia, al regreso de la guerra a suelo europeo, a la erupción de un volcán, pasando por investigaciones judiciales a su entorno familiar o un caso de corrupción que implica a su mano derecha en el partido. El presidente del Gobierno no vaciló en ponerse ayer el traje antiexplosivos para desactivar una bomba que amenazaba no solo con agrietar aún más la deteriorada relación entre el PSOE y Sumar, sino a resquebrajar los cimientos de su credibilidad. La formalización en plena Semana Santa de un contrato de Interior para comprar a una empresa de Israel 15 millones de balas por seis millones de euros para la Guardia Civil llevó al presidente del Gobierno a desautorizar al departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska y a imponer la rescisión del contrato.

La alarma de que una mina iba a detonar saltó el lunes, cuando se supo que Interior había licitado finalmente el contrato, cuando el pasado mes de octubre señaló que había «puesto en marcha» el proceso para rescindir la adjudicación. La noticia cogió desprevenidos a casi todos en el Gobierno, también a La Moncloa, desde donde trasladan malestar con Interior. Sumar censuró la decisión e IU, que cuenta con una ministra –Sira Rego-, amenazó con romper la coalición, aunque al mismo tiempo que activaba la amenaza la desactivaba. El enfado en los ministros de Sumar era grande. Contactaron con Yolanda Díaz. Exigían acciones.

El lunes, el propio Pedro Sánchez tomó las riendas de la crisis. Hubo conversaciones entre el presidente y la vicepresidenta Yolanda Díaz, así como con Grande-Marlaska. Aunque públicamente el mensaje era que se había trabajado para intentar revocar el contrato pero que un informe de la Abogacía del Estado desaconsejó la rescisión al estar ya en una fase muy avanzada de la tramitación y que supondría una merma económica importante.

El lunes, Sánchez dejó clara su decisión. El contrato se rescindiría sí o sí, costase lo que costase, pese a que Interior insistió hasta el último momento en que no había solución posible. Y así se lo trasladó Sánchez a Díaz, a fin de calmar a todos los integrantes de Sumar. Prueba del consenso y el intento de rebajar la tensión es que Moncloa y Trabajo mandaron a la vez en la mañana de ayer sendos comunicados, iguales, anunciando la rescisión «de forma unilateral el contrato de compra de munición a la empresa israelí IMI Systems».

El jefe del Ejecutivo tomó la decisión para desactivar la crisis política con su socio de Sumar, pero también para desactivar una crisis de credibilidad. Sánchez abanderó en Europa la causa palestina, hizo una gira para buscar aliados en el reconocimiento del Estado palestino, viajó a Israel y Palestina, y terminó reconociendo el Estado de Palestina, en su apuesta por la solución de los dos Estados. Y todo eso quedaba manchado, dinamitado por el hecho de que España comprara armas a Israel. Cuando, además, el Gobierno, y Sánchez en persona, se habían comprometido a lo contrario. En sede parlamentaria empeñó su palabra a que no había «ninguna operación» de compraventa de armas con Israel.

Es una cuestión de «coherencia política», explican fuentes gubernamentales sobre la decisión de Sánchez de tomar las riendas e imponer la rescisión del contrato. Era, dicen, «insostenible» con el discurso, los hechos y las actuaciones que ha llevado a cabo Sánchez respecto a la causa palestina. Esto es, que pondría en solfa su credibilidad y proyección internacional, una faceta que cuida.

De ahí que además de la rescisión del contrato, los esfuerzos en La Moncloa se dirijan también a trasladar a la opinión pública que su credibilidad no sale magullada de este asunto, y que tanto el PSOE como Sumar «están firmemente comprometidos con la causa Palestina y la paz en Oriente Próximo». Y aunque en la Plataforma de Contratación del Sector Público se pueden consultar otras adjudicaciones a empresas de Israel sobre material de defensa y seguridad, desde el Ejecutivo insisten en su mantra de que «desde el 7 de octubre de 2023, España ni compra ni vende armamento a las empresas israelíes. Ni lo hará en el futuro».

Después de horas de valorar los pros y los contras, en el Gobierno admitan que hay importantes «contras», sobre todo desde el punto de vista económico y las penalizaciones o consecuencias legales de la decisión, pero que pesan más los «pros» políticos y de reputación que se consiguen con la rescisión. De hecho, la Abogacía del Estado y los ministerios competentes ya están estudiando posibles reacciones legales y reclamaciones, constatan fuentes gubernamentales. «Problema solucionado», dicen. Señalan, además, que los procesos de compra que siguen abiertos se iniciaron antes de dicha fecha «y, los que sean armamento, no se van a ejecutar». Es decir, se rescindirán todos aquellos sobre armas.

Fuentes gubernamentales señalan que lo sucedido no es una decisión política, sino un «error» fruto de un procedimiento administrativa en el que se siguió el trámite técnico sin tener en cuenta la vertiente política. Se parapetan en ese «error» y no en un acto premeditado. Lo comparan con lo sucedido con el plan de inversiones en defensa y seguridad, que sí era algo madurado y trabajado, y que por eso se trasladó antes de su presentación a Sumar.

La fórmula elegida para revocar el contrato de estos 15 millones de balas es que la Junta de inversión de material de doble uso denegará a dicha empresa el permiso de importación de este material a nuestro país por razones de interés general y, acto seguido, el Ministerio del Interior rescindirá el contrato.

Sánchez, en el Congreso el día 7

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prevé comparecer el próximo 7 de mayo ante el pleno del Congreso para informar del plan que presentó el pasado martes que permitirá a España llegar este año a un gasto en defensa del 2 % del PIB.

La fecha de la comparecencia será fijada oficialmente la próxima semana por el Congreso, pero fuentes gubernamentales indican que la previsión es que sea el miércoles 7 de mayo. Sánchez explicará el plan, pero no se votará.

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