Publicado: junio 21, 2025, 9:05 pm
El Inter de Milán sufrió de lo lindo para llevarse la victoria (2-1) en su segundo compromiso de la fase de grupos del Mundial de Clubes. El Urawa Red Diamonds se adelantó en el marcador gracias a Watanabe, pero Lautaro Martínez y Valentín Carboni le dieron el triunfo a los de Cristian Chivu.
El Inter se desangraba desde finales de mayo. Poco a poco. Sin Copa Italia y sin Scudetto; humillado en la final de la Champions; e incapaz de superar el empate ante el Monterrey, rozó otro desastre ante el combinado nipón.
Le costó mucho al Inter, otra vez demasiado previsible, demasiado lento, demasiado gris. Y a ese ritmo, es muy difícil ganar. Pese al asedio inicial de los nerazzurri, al menos en posesión, con casi un 80% de control de balón, fue incompetente en defensa en el primer acercamiento de los nipones.
Kaneko superó con un regate demasiado fácil a Carlos Augusto y llegó a línea de fondo, donde cedió a Watanabe, libre de marca en el punto de penalti que, ayudado por la ligera desviación de Darmian, puso contra las cuerdas a los de Chivu.
Desde ese momento, el Inter volvió a bloquearse. Ni el larguerazo de Lautaro, siempre él, consiguió desatar el atasco que tenía el equipo en tres cuartos de campo. El descanso permitió soñar al Urawa, ganador hasta que el partido, después de una volea de Dimarco y una contra que Ryoma mandó arriba, se abrió de par en par.
El Inter mejoró con la entrada de Mkhitaryan, que tuvo una clarísima desde el corazón del área que mandó al limbo. El Inter empezó a confiar y poco a poco a hundir al Urawa hasta que apareció el momento clave, con la chilena de Lautaro al primer palo que reanimó a los nerazzurri y condenó a los nipones.
Echó el resto el combinado italiano en los últimos minutos y en la última, con el balón suelto en el área, llegó la recompensa final, con Carboni como protagonista inesperado, goleador con el interior de su bota derecha entre el caos para colocar al Inter en una gran posición para acceder a los octavos de final.