Reemplacé las apps nativas mi Mac y así ha cambiado mi forma de trabajar. Para bien y para mal

Publicado: mayo 26, 2025, 5:01 pm

Imagina que Apple, conocida por su ecosistema cerrado, decide llevarlo al extremo, cerrar la App Store e impedir que usemos cualquier herramienta de terceros. Estaríamos obligados a usar el Mac únicamente con apps propias de Apple y eso me genera tanta curiosidad como vértigo.

Es un reto autoimpuesto con el fin de comprobar si, en pleno 2025, es posible depender únicamente del ecosistema nativo de Apple para trabajar y gestionar mi día a día sin echar de menos las muchas herramientas externas. Una especie de experimento minimalista para entender qué tan lejos ha llegado Apple con su propio software… y dónde necesita mejorar.

Por qué este experimento y por qué ahora

La idea de hacer este experimento llevaba tiempo rondándome la cabeza, pero no encontraba el momento adecuado para llevarlo a cabo. Siempre tenía entregas pendientes, tareas urgentes o proyectos de cualquier tipo que no me permitían prescindir de mis herramientas habituales. Pero el motivo se resume fácilmente: curiosidad.

Quería comprobar hasta qué punto dependo de las apps de terceros. Y más ahora, que estamos a las puertas de un macOS 16 con el que podría redefinir muchos patrones gracias a la inteligencia artificial.

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Safari fue mi app de las trampas

Normalmente utilizo Brave, que de todos los navegadores basados en Chromium, me parece el más ligero y fluido. No obstante, no me importó usar Safari. De hecho, iba a ser el epicentro de mi experimento, puesto que gracias al navegador iba a poder ejecutar algunas apps vía web, tal y como te contaré más adelante.

La experiencia, en líneas generales, ha sido bastante buena. Ya estuve haciendo uso de Safari en Mac durante años hasta 2024 y, de hecho, sigue siendo mi navegador en el iPhone. Aproveché especialmente funciones como los grupos de pestañas y los perfiles, lo cual me permitió tener a mano ciertos enlaces que uso habitualmente y diferenciar mis marcadores de mi perfil personal (así evitaba distracciones).

Eso sí, debo decir que aún hay muchas páginas sin optimizar para WebKit, el paquete de desarrollo de Safari. Y precisamente es en una de mis webs de trabajo en las que más me afectó, teniendo algunos errores molestos como que no cargasen todos los elementos.

También eché en falta algunas extensiones que tengo configuradas en Brave y que no tienen versión para Safari. No es el caso del traductor, el cual en mi opinión es más fluido en el nativo que trae Safari, pero sí eché en falta algunas que dispongo en Brave para crear listas de lectura avanzadas, herramientas técnicas para analizar el SEO o de búsqueda mediante IA.

Conclusión: aunque Safari ha mejorado mucho y me ha resultado útil para mantener el flujo de trabajo durante una semana, sigue sintiéndose limitado frente a opciones como Brave o Chrome, sobre todo cuando se depende de extensiones concretas o se visitan webs mal optimizadas. No me importaría usarlo como navegador secundario, pero no lo adoptaría como el principal en mi día a día profesional.

Seguí usando Slack, pero vía web

Me hubiese encantado dedicar todo a Mensajes de Apple, pero Slack es la herramienta que usa la principal empresa para la que trabajo y evidentemente iba a ser raro que me ausentase allí una semana. O, peor aún, que pidiese a todos mis compañeros hablar a través de la app de Apple.

Sin embargo, hice una trampa legal que ya te advertía antes: ejecutarla a través de su web en Safari. Así que me fijé su pestaña para tenerla a mano todo el tiempo y debo decir que me sorprendió mucho que su rendimiento es prácticamente igual de fluido que en la app.

Ahora bien, la gestión de notificaciones no es igual de buena y llegué tarde a ver algunos mensajes importantes de mis compañeros. Por suerte, no fue a mayores el problema, pero estoy seguro de que con la aplicación no me hubiese ocurrido.

Conclusión: las webapps están bien cuando no se usa apenas la herramienta y/o se tiene poco espacio en el Mac, pero si hay posibilidad de tener la aplicación en macOS, me seguiré quedando siempre con ellas frente a su acceso en web.

Cambiando WhatsApp y Telegram por iMessage

Debo advertir que en el apartado de comunicación he tenido obligatoriamente que hacer trampa en mi experimento. Me hubiese encantado dedicar todo a Mensajes de Apple, pero Slack es la herramienta que usa la principal empresa para la que trabajo y evidentemente iba a ser raro que me ausentase allí una semana. O, peor aún, que pidiese a todos mis compañeros hablar a través de la app de Apple.

En lo demás, tanto con amigos como familiares, les he advertido del experimento e incluso lo he extendido al iPhone. Con el Mac estoy 8-9 horas al día, por lo que iniciar un chat en iMessage y seguirlo luego en Telegram o WhatsApp era absurdo. O todo el rato uno o todo el rato otro. Ambos no.

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Y aquí debo decir que me ha costado mucho. Tanto por mí, como por los demás. Gran parte de mi entorno tiene en Mensajes una app en la que recibir SMS y ya, por lo que no entendían por qué de repente iban a tener que usarla para hablar conmigo y en muchos casos no he logrado mantener conversaciones con ellos por ahí, siendo ellos mismos quienes empujaron la conversación a las apps habituales. A uno de ellos intenté enviarle un SMS y su respuesta fue a través de WhatsApp preguntándome si estaba todo bien o si había perdido mi conexión a Internet.

A la hora de usarlo, también yo mismo he tenido fricciones con iMessage. Véase por ejemplo los mensajes de voz y lo mal que funcionan en esta plataforma. Más allá de carecer de opciones de reproducirlos en x1,5 o x2, no hay forma sencilla de avanzarlos si ya los empezaste a reproducir. Y siendo gran parte de mi uso de mensajería de envío y recepción de audios, ha sido un muro importante.

Conclusión: pasarse a iMessage es algo que no depende 100% de uno mismo, por lo que creo que jamás lo lograré (salvo hecatombe de otras opciones). Aparte, tampoco yo mismo me he sentido cómodo.

Edición de textos en Pages

Gran parte de mi trabajo es escribir y aunque siempre tengo una app principal para ello, nunca dejo de investigar otras opciones. Es así como he pasado de iA Writer a Notion y de esta a Bear. Y es también esa la razón por la que no se me hizo complicado de primeras pasar mi proceso de escritura a Pages, el Word de Apple.

Ahora bien, pese a estar el foco de esta app en la escritura, debo reconocer que he echado mucho de menos Bear en lo que a organización se refiere. He tenido mis plantillas y textos ya escritos en una carpeta dedicada del Mac, pero no tener todo a mano dentro de una misma app como sí sucede en la que uso habitualmente me ha generado una fricción innecesaria.

De igual modo, debo decir que Pages no siempre ha respetado el formato de mi texto cuando lo he tenido que exportar a otras fuentes, teniendo que añadir elementos como los H2 y H3 a mano en el destino. Lo mejor de esta ha sido al final su integración con Apple Intelligence y las herramientas para resumir artículos completos o generar sumarios.

Mail ha mejorado, pero sigue lejos de otras opciones

Normalmente uso Spark como cliente de correo porque me permite organizar rápidamente los emails según prioridad, posponer los que no puedo responder al momento y, sobre todo, gestionar varias cuentas desde una sola interfaz muy clara. Cambiar a la app nativa de Apple fue como dar un pequeño paso atrás en varios aspectos, aunque reconozco que ha mejorado mucho en los últimos años.

Visualmente es más limpia y fluida que antes, y agradezco detalles como la búsqueda mejorada o las opciones introducidas con Apple Intelligence, como las respuestas inteligentes o el asistente de escritura. Incluso opciones como el autocompletado de códigos en sitios web que solo está disponible con Mail. En general, creo que su enfoque en la productividad ha sido muy positivo.

Sin embargo, he seguido encontrándome con problemas de sincronización con distintas cuentas. En Spark nunca he tenido problema alguno en ese sentido, ni para diferenciar bien a qué cuenta me ha llegado un correo, ni para ver los cambios sincronizarse. Con Mail, ha habido veces que he eliminado o archivado un correo desde el iPhone y ha tardado casi dos minutos en aparecer así en el Mac. Y viceversa.

Conclusión: Mail funciona bien para un uso básico o si estás 100% metido en el ecosistema de Apple, pero si trabajas con varias cuentas o necesitas funciones más avanzadas, sigue estando un par de escalones por debajo de alternativas como Spark.

Ningún editor avanzado de imágenes nativo (y gratuito)

El caso de iMessage fue particular en tanto en cuanto pude sustituirla por apps tipo WhatsApp o Telegram, aunque luego mis contactos no me siguieron. Pero poder, pude. No es el caso de lo que me sucedió con mis apps para editar imágenes: Photoshop y Photoscape. Apple no dispone de ninguna opción nativa en la que realizar edición avanzada de imágenes y esto me ha impedido alejarme de estas dos.

Sí es cierto que tenemos Pixelmator, app que compró Apple a finales del año pasado. Y desconozco si con macOS 16 anunciarán su versión completa (o una parte limitada) de forma gratuita, pero lo cierto es que a día de hoy sigue exigiendo de un pago de 59,99 euros y, pese a que creo que bien puede valerlo, estoy tan hecho a mis apps habituales que me parecía absurdo pagarlo solo para este experimento, así que seguí usando las habituales.

Al final acabé recurriendo a Canva a través de Safari. Se de todo su potencial y lo cierto es que me hizo buen apaño durante el tiempo que la necesité, aunque su curva de aprendizaje jugó en mi contra y tampoco estuve cómodo con el flujo de trabajar vía web en lugar de hacerlo en local con una app de escritorio.

Algo similar hice con Mockuuups Studio, herramienta a la que recurro en ocasiones para ilustrar algunas capturas que uso en artículos de Applesfera. Dispone de una versión web y a ella me fui, aunque comprobé que no están todos los mockups que sí tiene la app de escritorio.

Conclusión: Apple ya dispone de herramientas gratuitas de edición de vídeo y audio que, aunque no tan completas como las de pago, poseen herramientas potentes para usuarios intermedios. Sin embargo, no dispone de nada de imagen, salvo la edición básica de la app Fotos, insuficiente para una edición avanzada con capas.

Estas apps ya estaban (y seguirán) presentes en mi rutina

Ha habido cuatro aplicaciones de Apple que ya eran parte de mis imprescindibles y que, por tanto, no me ha supuesto una complicación. Ya forman parte de mi rutina personal y profesional, tanto en Mac como en el resto de dispositivos:

• Recordatorios: ya dije que en su día no daba un duro por ella, pero al final ha terminado siendo mi app favorita. En ella gestiono listas de recordatorios puntuales como acordarme de enviar un mensaje a una determinada persona, periódicos como el de vacunar a mi perro, así como listas de la compra. He probado muchas y al final esta es la más simple y cómoda en mi organización.
• Notas: he pasado de ser evangelizador de Notion a volver a la app de Apple. No es la más completa, pero tiene una sincronización inmediata, no depende de Internet para ver los archivos almacenados y añade funciones adicionales como atajos rápidos que me hacen la vida más fácil.
• Calendario: reconozco que no soy el usuario más activo del calendario. Tan solo lo utilizo para citas médicas puntuales o cumpleaños. Uso un widget para ello tanto en iPhone como en Mac y para algo tan básico, me basta y me sobra con lo que me da Apple.
• FaceTime: no he podido trasladar videollamadas de trabajo a FaceTime por la misma razón que no pude cambiar Slack por iMessage. No obstante, en mis llamadas personales ya uso siempre esta aplicación, incluso para contactos con Android, dado que existe la posibilidad de enviarles enlace a la videollamada para que accedan con el navegador (e incluso así la noto más fluida y con mayor calidad que otras opciones).

• Vista Previa: no es una app que me haya servido para editar imágenes al nivel que necesito, aunque sí es una herramienta que exprimo para ver fotos o documentos PDF. Sus opciones avanzadas para firmar documentos o dibujar en ellos me parece que bien valen sus mención aquí.

Pude sobrevivir, pero prefiero la variedad

Mi conclusión final después de este experimento es que, en realidad, ya buena parte de lo que trae Apple de forma nativa es suficiente para mi uso personal y profesional. A las pruebas me remito con las cuatro herramientas comentadas anteriormente y que yo ya usaba antes de esta prueba.

Sin embargo, sigue teniendo algunas asignaturas pendientes en lo que a edición de imagen se refiere. La app Fotos es muy básica para algo más allá de recortes, filtros o ajustes rápidos, y aunque Vista Previa es sorprendentemente útil para anotaciones o pequeñas ediciones, no reemplaza ni de lejos a herramientas como Photoshop.

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Por lo demás, creo que al final es una cuestión muy personal, tanto de las costumbres como de las circunstancias personales y profesionales que rodeen a cada uno. Si tienes total independencia para la elección de herramientas sin depender de otros y te gustan las apps nativas de Apple, tal vez puedas sacarles mucho partido. En mi caso, al final son solo unas pocas las opciones nativas que me encajan.

Por suerte, Apple no aspira a que su ecosistema compita con terceros. Sí tiene gestos como la compra de apps de terceros como Pixelmator o la integración de funciones nativas como las de Magnet, tratando de que necesitemos apps externas lo menos posible. Sin embargo, siguen dando cabida a un sin de opciones, algo que yo celebro porque, incluso en las herramientas que tienen versión nativa, sigo encontrando importantes desventajas respecto a las de Apple.

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La noticia

Reemplacé las apps nativas mi Mac y así ha cambiado mi forma de trabajar. Para bien y para mal

fue publicada originalmente en

Applesfera

por
Álvaro García M.

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