Publicado: mayo 29, 2025, 1:07 am
Alcasec robaba los datos, su amigo Valyrio (el youtuber Álvaro Martín, al que los agentes ven con la habilidad de «otro Pequeño Nicolás») los vendía -en muchos casos internacionalmente-, el ex secretario de Estado de Interior Paco Martínez (de 2011 a 2016, en los Gobierno de Mariano Rajoy) facilitaba una estructura societaria de lavado de los beneficios, y quienes previo pago se beneficiaban de todos esos datos eran, además de quien quisiera pagar por ellos, bandas criminales como los Miami y el Niño Skin, dedicadas ambas al narcotráfico. Quienes además, en concreto, estaban protegiendo actualmente al joven hacker, y le tenían prácticamente en nómina.
En esencia, y según fuentes judiciales a las que ha tenido acceso EL MUNDO, este es el esquema que los agentes de la Comisaría General de Información han trasladado a la juez María Tardón, titular del juzgado central de Instrucción número 3, en la Audiencia Nacional, en la aún secreta Operación Borraska, que tuvo su punto de inflexión el martes pasado con la detención de los tres primeros y de una persona más: otro joven, Adrián Molina, quien según fuentes jurídicas ayudaba a Alcasec en las intrusiones en instituciones y empresas, en el robo de datos.
Un entramado de «alta inteligencia financiera» -fuentes judiciales aclaran que hace tiempo que las andanzas de Alcasec se han dejado de ver como simples trastadas juveniles- que ha llevado a los cuatro a enfrentar cargos de delitos de intrusión informática, revelación de secretos, blanqueo de capitales y organización criminal, y sólo de entrada, a falta de lo que arrojen los interrogatorios y registros de estos días.
Alcasec.
Martínez, abogado de Huertas durante sus primeros delitos adolescentes -no pocos se sorprendían hace años al encontrarse a todo un ex secretario de Estado defendiendo a un chico de 16 años, a quien por cierto envió a un reformatorio el célebre juez de menores Emilio Calatayud-, supuestamente había abandonado su defensa al llegar el joven, nacido en octubre de 2003, a la mayoría de edad… Pero los agentes creen que en realidad Martínez nunca dejó de asesorar al chico, que después de penetrar paran robar dinero en dos ayuntamientos (Granada y Fuenlabrada) y en la intranet de Mediaset (La Sexta publicó algo sobre él y Huertas, pensando que la cadena pertenecía al grupo de capital italiano y no a Atresmedia, robó 300.000 euros de la nómina de Paolo Vasile), pasó a mayores.
Entró en las bases de la Policía y robó millones de ellos referentes a los agentes del carnet 14.000 y el 140.000, además de las filiaciones de Asuntos Internos, crimen organizado, etcétera -incluso los informes de sus propias andanzas-. Penetró en la Dirección General de Tráfico y, además de llevarse todo, generó carnets para sus amigos (el primero, para Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el Pequeño Nicolás verdadero). Y entró en un lugar «al que alguien tuvo que orientarle», dice una fuente: el Punto Neutro Judicial, la base de datos del Consejo General del Poder Judicial.
El Niño Skin.
A la vez, y siempre con un pie digamos que en el poder duro, trabajó, para reinsertarse, en la empresa de un ex mando de la Unidad Central Operativa (UCO), mientras hacía propósito de enmienda, ofrecía entrevistas como hacker «curado» y hasta conferencias: la última, en la Universidad Rey Juan Carlos el pasado 4 de marzo, donde volvió a moverse como una especie de estrella de rock ante un auditorio lleno a reventar de chavales que le ven como una especie de Robin Hood gamberro.
Sin embargo, insisten fuentes judiciales, los agentes de Información llevaban meses observando cómo el grupo criminal en torno a Huertas no dejaba de realizar intrusiones y ventas de material, con bases de datos alojadas en Suiza -cuyas autoridades ya han recibido una requisitoria- y con una buena cartera de clientes, unos legales y otros no tanto.
Entre los primeros, empresas extranjeras que, según las pesquisas, contrataban a las firmas creadas por el grupo para acceder a información sobre mercados o personas individuales en España, y a quienes la presencia de Martínez podría aportar credibilidad y seriedad. Entre los segundos, grupos delictivos a quienes Huertas y demás vendían acceso a datos indexados en una especie de Google denominado Udyat, que agrupaba y mezclaba desde datos de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a otros con todas las mascotas registradas legalmente en España.
Por ejemplo, como ya informó este diario, un informe de la Comisaría General de Información aportado a Instrucción 50 de Madrid evidencia que la banda de narcos del denominado Niño Skin uso datos facilitados por Alcasec para perseguir a los guardias civiles de la comandancia de Madrid que lograron encausar al grupo, del que formaba parte el hermano de Begoña Villacís, Borja, y contra el que actualmente se sigue una causa en la Audiencia Nacional. Según el informe, con datos proporcionados por Huertas, supuestamente a cambio de dinero, los narcos hicieron seguimientos incluso a familiares de los agentes que les investigaban.
Ese, según las investigaciones, era el entorno en el que se movía Alcasec en los últimos tiempos, protegido por una conocida familia con negocios en la noche madrileña, y en último término por miembros de los Miami, que según la Policía mantiene contactos orgánicos con la banda del Niño Skin, devenidos en narcos pero provenientes de la calle y del lumpen ultra.
El entorno de Martínez aseguró tras su detención que el ex político, imputado también en el espionaje de Estado de Kitchen, se había limitado a registrarle a Alcasec dos empresas y «cobrarle 1.500 euros». La juez Tardón deberá valorar ahora.
