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Puigdemont se lanza a exprimir a Sánchez con el catalán y la inmigración en plena pugna independentista con Aliança Catalana

Publicado: septiembre 17, 2025, 4:07 am

El auge desbocado de Aliança Catalana está instalando a Junts en la urgencia por reivindicarse ante su electorado como la única opción separatista realmente genuina y válida para resolver los problemas que lastran a Cataluña.

En este contexto, la formación neoconvergente reinició ayer el chantaje que viene practicando con el Gobierno desde el inicio de la legislatura y agrandó su botín al conseguir que el Ejecutivo socialista aceptara obligar a las grandes empresas estatales a atender en catalán a sus clientes si así se lo demandan. A partir de ahora, un ciudadano afincado en Cataluña que compre a una empresa de otra autonomía podrá reclamar ser atendido en catalán agarrándose a la enmienda de Junts que el PSOE ha aceptado incorporar al proyecto de Ley de Atención al Cliente.

Pero la presión sobre el Gabinete de Sánchez no cesará con esta última concesión, pues la próxima semana Junts llevará a votación en el Congreso la iniciativa legislativa acordada con el PSOE para el traspaso «integral» de las competencias de inmigración a la Generalitat de Cataluña, a pesar de que Podemos ratificó ayer en que bloqueará su aprobación por considerarla «racista».

Una vez más la lengua y de nuevo la inmigración; pilares ambos del nacionalismo etnicista que los de Puigdemont vienen enarbolando en los últimos tiempos para intentar frenar la fuga masiva de votantes hacia el partido de la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols. Según el último sondeo de Sigma Dos para EL MUNDO, publicado el lunes, Junts podría perder hasta 11 de sus 35 diputados en el Parlament, mientras que Aliança se podría disparar de los dos hasta los 14. Un escenario tan catastrófico como inasumible para la formación heredera de Convergència y que pondría en cuestión la continuidad de Puigdemont al frente del partido, ya muy criticado desde su sector más pragmático, que dirigía el dimisionario Jaume Giró, y que espera una ocasión propicia para reactivarse y descabalgar al fugado.

Conseguir las competencias de inmigración para Cataluña y poder reivindicar ante su población que ha sido Junts, y no Orriols ni el president socialista Salvador Illa, quien ha logrado ese sustancial paso hacia el autogobierno resulta capital para Puigdemont, quien ya ha advertido a Sánchez de que «este otoño pasarán cosas que no espera» si no cumple con los acuerdos pendientes de ejecución.

Considera el líder de los neoconvergentes que el presidente del Gobierno puede hacer más para convencer a la formación de izquierda radical de que acepte el traspaso competencial. Pero no existe la misma percepción en las filas socialistas, que relatan a este diario cómo a los morados «ya no les vale ni siquiera sacar adelante la Iniciativa Legislativa Popular» para conseguir la regularización de medio millón de personas sin papeles, a pesar de que, inicialmente, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, había instado a Junts y el PSOE a promover dicha regularización para probar que no anidaba en los de Puigdemont una motivación xenófoba al reclamar la potestad para dictaminar la expulsión de extranjeros de Cataluña o para exigirles conocimientos de catalán para poder obtener la residencia en la región.

«La frase que señala Podemos para llamarnos racistas está sacada de contexto. Buscan algo para decir que somos racistas», alegan fuentes de Junts, al tiempo que siguen llamando al entendimiento con la formación antisistema: «Cuando se acordó la Ley con el PSOE, escribimos a Podemos para reunirnos y no lo hemos hecho. Si quieren aún nos podemos reunir». «Quedan siete días, hay margen», indican las mismas voces, trasladando soterradamente la presión a Sánchez para que propicie este entendimiento de última hora.

En paralelo, Junts ha encontrado en el boicot a las iniciativas impulsadas por Yolanda Díaz un nuevo método para debilitar al Gobierno y así empujar al presidente a acelerar el cumplimiento de los acuerdos alcanzados con Puigdemont. La formación liderada por el prófugo bloqueó ayer la creación de la oficina anticorrupción que pretendía crear la vicepresidenta segunda del Ejecutivo -a imagen y semejanza de la ya existente en Cataluña- y que constituía otro de los emblemas de Sumar para esta legislatura.

Se trataba de una medida que Díaz venía exigiendo a Sánchez desde hace más de un año y que, finalmente, el presidente del Gobierno aceptó impulsar dentro de su paquete para luchar contra la corrupción, que fue anunciado tras el escándalo de Santos Cerdán.

Pero no saldrá adelante. Ni siquiera se va a tramitar porque el voto en contra de Junts, unido al de PP y Vox, fulminó a las primeras de cambio la proposición de ley. Lo mismo que sucedió la semana pasada con la reducción de la jornada laboral, que fue vetada. Aquella primera votación desató una dura confrontación dialéctica entre Díaz y Junts, que comenzó en el debate de la jornada laboral cuando la vicepresidenta segunda hizo una intervención muy vehemente y crítica contra el partido catalán, al que llamó representante de los sectores «más reaccionarios» de la patronal. El choque se extendió durante los días siguientes y desató un profundo malestar en Junts, así como preocupación en el PSOE por si se estaban dinamitando los puentes con uno de sus socios esenciales para subsistir.

Ahora, a las primeras de cambio, Junts se venga de las palabras de Díaz haciendo descarrilar otra de sus iniciativas y situándola en una posición incómoda al llevar a votación el traspaso de competencias de inmigración, que Podemos puede usar para señalarla como cómplice de los «racistas».

La sucesión de golpes del partido independentista a la vicepresidenta segunda pone también en entredicho su papel como interlocutora de confianza con Puigdemont. Un rol que ella misma ha alimentado cuando ha revelado que mantiene contactos habituales con el líder de Junts. Los dos labraron una buena relación cuando Díaz fue la primera personas del Gobierno en ir hasta Bruselas para reunirse con el ex presidente catalán. Sin embargo, Junts ha negociado los temas capitales de la legislatura, como la amnistía o el catalán en Europa, con los emisarios del PSOE.

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