Puigdemont activó la ruptura con Sánchez ante el pánico a una fuga de cargos a Aliança y el riesgo de "descomposición" - España
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


Puigdemont activó la ruptura con Sánchez ante el pánico a una fuga de cargos a Aliança y el riesgo de «descomposición»

Publicado: octubre 26, 2025, 7:07 am

Desde la primera vez que se entrevistó en Barcelona con Pedro Sánchez en 2016, cuando todavía era presidente de la Generalitat y el socialista lideraba la oposición a Mariano Rajoy, Carles Puigdemont entendió su relación con aquel tipo que le pareció «muy ambicioso» y poco de fiar a partir de una lógica meramente instrumental: usarlo mientras le fuera útil y tirarlo cuando ya no le aportara nada. Nueve años después de ese contacto, y tras ir sumando chantajes cruzados y acuerdos para garantizar su mutua supervivencia política, Puigdemont ha asumido que Sánchez ya le supone un problema y que le toca soltar lastre si no quiere que Junts estalle por dentro.

El fracaso de la amnistía en su propósito fundacional -permitir el regreso del ex presidente catalán-y el malestar que ha causado en Junts que el fiscal del TC haya rechazado levantar su orden de detención; la consolidación del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat; y la falta de concreción del traspaso de competencias en inmigración, de la oficialidad del catalán en Europa y de la nueva financiación, son «traiciones y engaños» que han empujado a Puigdemont y a su reducido grupo de confianza a tomar la decisión -tras meses de amenazas públicas que quedaron en nada- de romper, ahora sí, con Sánchez.

Aunque está por ver todavía si esa ruptura es total o controlada. Es decir, si deja en evidencia la soledad del presidente pero le permite seguir unos meses en Moncloa. La dirección de Junts teme aparecer ante el electorado catalán como el partido que propició un gobierno PP-Vox.

Pero tan importante como esta lista de agravios que esgrime indignado Puigdemont para justificar el cambio de estrategia de Junts, que concretará el lunes en una reunión con la cúpula del partido en Perpiñán -y posteriormente con una consulta a 6.000 militantes-, es el pánico de los alcaldes, concejales y cargos territoriales ante el tsunami que está suponiendo en la Cataluña interior la emergencia de Sílvia Orriols y su Aliança Catalana.

Un partido ultranacionalista, con conexiones con la ultraderecha europea y el trumpismo, que en los sondeos crece muy rápido gracias, principalmente, a la fuga de votos del espacio neoconvergente, pero también de otra parte del electorado independentista con ganas de pasar factura por «la estafa» del procés a los «viejos partidos» nacionalistas: Junts, ERC y la CUP.

Aliança está capitalizando, pues, ese rencor independentista, que ha derivado en una radicalización de la xenofobia -especialmente contra los castellanohablantes-, pero también en un discurso antisistema, crítico con la democracia liberal y las dinámicas de la globalización.

MIEDO EN JUNTS

En Junts empieza a haber miedo a Orriols y al liderazgo natural en el nacionalismo que está asumiendo. «Hay que hacer algo ya, cambiar de rumbo antes de que sea tarde, o puede ser el final del proyecto de Junts», es el mensaje que algunos de los siete alcaldes que todavía conserva el partido -entre ellos Albert Castells (Vic) y Jordi Masquef (Figueres)- trasladaron al secretario general de Junts, Jordi Turull, en recientes reuniones. Evitar la «descomposición».

Su quebradero de cabeza viene provocado por la posibilidad, ada vez más real, de que, si el crecimiento de Aliança no se detiene, sea inevitable que a la fuga de votos de Junts hacia el partido de Orriols se sume la huida de cuadros y dirigentes territoriales de cara a las elecciones municipales de 2027.

«Nuestro electorado escucha a Orriols y se siente identificado; luego ve que en Madrid sostenemos a Sánchez y no lo entiende», admite un dirigente de Junts. El endurecimiento del discurso en materia de inmigración ordenado por Puigdemont tras el verano buscaba responder a esas demandas. Sin efectividad. Algunos estudios demoscópicos apuntan a que Aliança, con un discurso etnicista catalán y que aboga por retomar la senda unilateral para declarar la independencia, alcanzaría 20-22 diputados en las elecciones autonómicas, lo que significaría quedarse cerca de dar el histórico sorpasso a Junts, partido heredero del pujolismo.

ESTRATEGIA DE ALIANÇA

Con cada vez más simpatizantes, apoyo social y respaldo de sectores empresariales de fuera de Barcelona, Aliança -junto a Orriols, los cerebros en la sombra son los jóvenes Jordi Aragonès, primo del ex presidente de ERC y con conexiones personales con el trumpismo, y Oriol Ges, secretario de Organización y Finanzas- está desplegando una agresiva campaña de crecimiento y agitprop. Este fin de semana desplegará carpas informativas en cuarenta y dos municipios.

Sin embargo, la crisis en Junts no se limita a la eclosión de Aliança en el tablero catalán. El fracaso de las negociaciones con el PSOE, sobre todo desde el momento en el que Santos Cerdán entra en prisión preventiva y se quedan sin su interlocutor directo y conseguidor, desmonta la estrategia de acuerdo con el Gobierno.

Este mes de septiembre, empezaron a escucharse las primeras voces descontentas en el seno de Junts, señalando otro elemento de tensión: el personalismo con el que Puigdemont dirige la formación, sin apenas consultar a nadie y dejando huérfana la acción política en el Parlament.

La inesperada dimisión en septiembre de Jaume Giró, ex consejero de Economía, y una persona muy ligada a la familia Pujol, David Madí y Artur Mas, criticando el rumbo del partido, fue un primer y claro síntoma de estas grietas internas. Reclaman un partido que vuelva al pragmatismo de la etapa Pujol, conectado con la realidad económica de Cataluña y que no descarte pactar con el PP en Madrid si Alberto Núñez Feijóo llega a Moncloa.

Related Articles