Publicado: agosto 28, 2025, 1:07 am

Podemos está en alerta ante el arrebato que le ha dado al Gobierno al decir de que va presentar Presupuestos Generales del Estado para 2026 y sospecha que, en realidad, puede ser una maniobra de Pedro Sánchez para adelantar las elecciones generales a principios de año y de presentar a los morados como culpables de la caída del Ejecutivo progresista.
El partido que lidera Ione Belarra sabe que para el Gobierno sus cuatro diputados en el Congreso son imprescindibles. Si se sumaran a PP, Vox y UPN en el bloque de los que están en contra de las cuentas, se alcanzaría una mayoría de bloqueo de 175 votos. En el mejor de los casos, el PSOE lograría empatar esta cifra de apoyos si atara a Junts, pero sería del todo impotente para deshacer ese empate a 175 y aprobarlas.
Por esto, porque el Gobierno vería fracasar su proyecto de Presupuestos y porque la legislatura quedaría herida de muerte al constatarse la pérdida de confianza del Congreso, Belarra advierte de que la anunciada predisposición del Ejecutivo para tirar para adelante encierra segundas intenciones: «El PSOE no quiere Presupuestos, quiere una excusa para convocar elecciones». La líder morada lo afirma así de rotunda porque el Ejecutivo sabe que presentar Presupuestos sin dar «un giro de 180 grados», sólo le conduce a la derrota.
La razón es que Podemos tiene establecidas tres líneas rojas para negociar sus votos para los Presupuestos que son muy difíciles de cumplir por parte del Gobierno. Si no las consigue, votaría en contra. Fuentes de la dirección de Podemos aseguran que esas condiciones «siguen sobre la mesa» y que ante una hipotética negociación tendrán «plena vigencia». Incluso, que hoy en día son todavía «más necesarias» que antes.
Estas «exigencias» se engloban en tres temas: romper «relaciones comerciales y diplomáticas» con Israel por el «genocidio» en Palestina, «incluido un embargo total de armas»; rebajar «por ley» un «40%» el precio del alquiler» y prohibir la compra de vivienda en España «que no sea para residir»; y, una reciente, desmantelar el plan de rearme de casi 11.000 millones y no aumentar la inversión en defensa que exige la OTAN.
Las dos primeras condiciones están blindadas. Podemos realizó en octubre de 2024 una consulta a sus bases para vincular el voto de Podemos a conseguir estas metas. El respaldo de la militancia a la propuesta de la dirección fue total: un 89,8% de los inscritos se mostró a favor.
Desde entonces, Belarra no es que tenga una posición política propia, es que tiene un mandato oficial que está obligada a cumplir por los estatutos de Podemos. Es cierto que la secretaria general tiene en su mano el margen de convocar otra consulta a los militantes para deshacer esas dos condiciones. O siempre le queda la salida de convocar un referéndum para, en el caso de no conseguir alguna de ellas, fijar la posición definitiva del voto de los morados. Alternativas tendría, pero la maniobra del pasado octubre pretendía ante todo fortalecer esas posiciones para la negociación con el PSOE
En el caso de la defensa, no hay mandato alguno, porque ese tema surgió después, pero Podemos está construyéndose como alternativa sobre la base de rechazar cualquier incremento del gasto militar y está en guerra abierta con el plan de rearme. Ambas cosas comprometidas por Sánchez ante la OTAN y los socios europeos. No tiene margen.
Las cuentas de 2026 tendrán que incorporan aumentos en las partidas de defensa y se antoja realmente difícil que Podemos pudiera tragar por ahí. Además, los Presupuestos se votan por secciones -una de ellas es la del Ministerio de Defensa-, de modo que hay una votación específica sobre esto. Si esa sección es rechazada, los Presupuestos mueren.
Las fuentes consultadas en Podemos señalan que el Gobierno «sabe lo que hay» por su parte, que las cartas están boca arriba, por eso extraña que se vaya a arriesgar para ir a una previsible derrota. Porque una cosa es no presentar las cuentas y asumir el desgaste y otra perder una votación de ese calibre. A menos que pase como en febrero de 2019, cuando Sánchez la perdió y convocó elecciones para abril culpando a ERC. Belarra sospecha que puede repetir esa «jugada» y que ahora el PSOE señale a Podemos como el causante.