Publicado: octubre 15, 2025, 2:07 am
La guerra en Ucrania ha confirmado lo que ya se intuía en los cuarteles generales: el dron, barato, letal y ubicuo, se ha convertido en uno de los protagonistas de los conflictos modernos. Capaces de vigilar, espiar o atacar con precisión, estas plataformas no tripuladas han obligado a todos los ejércitos a repensar su defensa. El español no es una excepción.
El Ejército de Tierra probó la semana pasada un nuevo sistema antidrones y de guerra electrónica desarrollado por la empresa nacional TRC: el Nexor, una solución modular de mando y control que promete integrar en una sola plataforma las distintas herramientas de detección y neutralización de amenazas.
«Lo que hacemos es la integración física de los dispositivos que el Regimiento de Guerra Electrónica número 31 considera interesantes para la prueba de concepto. Los integramos en dos vehículos y desarrollamos la herramienta de mando y control que gestiona todos estos dispositivos», explica a EL MUNDOPaula Martín, responsable de producto de TRC.
Hasta ahora, cada sensor requería su propio operador y equipo informático. Con Nexor, toda esa información se centraliza. «Antes necesitaban un operador con cada sistema; ahora basta con una herramienta única, amigable y diseñada específicamente para los militares que van a usarla», señala Martín. Porque TRC empezó a diseñar esta nueva tecnología a petición del Ejército y ha sido de la mano de ellos cómo se ha desarrollado.
Un soldado trabaja en la interfaz del sistema antidrones.E. M.
El sistema, bautizado como Cerberus en su despliegue con el Regimiento de Guerra Electrónica, se ha probado en vehículos Vamtac 675 en maniobras en Ciudad Real y formará parte del próximo ejercicio Atlas, el gran adiestramiento nacional en defensa aérea. Entre sus capacidades destacan la detección de drones y comunicaciones hostiles, la interceptación de señales satelitales y la inhibición electrónica de plataformas no tripuladas.
Según la responsable de TRC, Nexor puede detectar y neutralizar incluso un enjambre de drones gracias su inhibidor. «La prueba de concepto [que se realizó la semana pasada en Ciudad Real] ya lleva tiempo de rodaje y se encuentra en un punto muy realista, con operadores del Ejército trabajando directamente con la herramienta», añade. Es por ello que, a falta de entrega completa, Martín rechaza que sea solo un prototipo.
El Ejército de Tierra español ya dispone de varias soluciones antidrones. Una de las más conocidas es el sistema C-UAS (Counter Unmanned Aerial System) Coyote, desplegado en bases en el exterior y capaz de detectar y neutralizar aparatos ligeros. También se emplean inhibidores portátiles como los de la familia DroneGun, que utilizan ondas de radio para cortar la comunicación entre el dron y su operador. Además, el Mando de Artillería Antiaérea (MAAA) ha probado sistemas extranjeros como el israelí Drone Dome, y el propio Regimiento de Guerra Electrónica 31 lleva años experimentando con equipos de detección de frecuencias.
Nexor se suma a este ecosistema como una herramienta que no sustituye, sino que integra. Su modularidad permite añadir sensores a medida que surgen nuevas amenazas. «En estos tres años hemos ido incorporando nuevos sistemas según evolucionaban los riesgos. La clave es que la herramienta sea modular, porque la tecnología avanza tan rápido como las amenazas», destaca Martín. Se muestra orgullosa también de la apuesta por una empresa española, el camino hacia la soberanía estratégica:«La soberanía nacional nos permite tener el control de la información. Estamos hablando que los datos sean procesados y almacenados por un código que se ha hecho aquí en España y que sabes que a la información no va a acceder a ningún otro país, lo que es bastante interesante e importante en la situación actual».