Publicado: agosto 1, 2025, 1:07 am
La noticia del jueves saltó cuando apenas amanecía. El comisionado del Gobierno para la reconstrucción tras la dana, José María Ángel, presentó su dimisión tras revelar EL MUNDO que falsificó un título universitario para ser funcionario. Aunque sostuvo que el acceso a su puesto de trabajo se produjo «de forma legal y reglamentaria», Ángel abandonó su cargo y renunció también a la presidencia del PSPV-PSOE, que ocupaba desde el mes de febrero a propuesta de Diana Morant, que concluyó ese mismo jueves como damnificada, hasta el punto de abrir muchas brechas para su propio futuro político.
La ministra de Universidades se lanzó a una defensa de un dimisionario por falsificar un título y, además, lo hizo frente al discurso que este mismo jueves se abanderaba desde el Gobierno al que pertenece, en boca, entre otros, de María Jesús Montero, número dos en Moncloa y también en Ferraz.
Morant, secretaria general de los socialistas valencianos, no tardó en salir en defensa de su compañero de filas, y no escatimó en elogios al recién dimitido: «El PSPV-PSOE nunca podrá agradecer lo suficiente a José María Ángel su generosidad y su dedicación allí donde y cuando se le ha requerido. Sin domingos, sin veranos, sin noches. Siempre ha estado al servicio de los demás», escribió en sus redes sociales. La también ministra le deseó «que pueda defender su honorabilidad y su buen nombre ante quienes intentan empañar su brillante gestión» y no dudó en afirmar que «el partido estará a su lado».
Sin embargo, el discurso que enunció Morant choca con lo que horas antes venían deslizando desde Moncloa. Cuando este diario reveló la falsificación del título de José María Ángel, el Gobierno le envió un requerimiento para que aportara «toda la información» al respecto, y a esto se agarró Ángel Víctor Torres, ministro del que dependía el comisionado: «Estamos a la espera de la misma y, a partir de ahí, se tomarán las decisiones oportunas», dijo el pasado miércoles, evitando dar un respaldo cerrado al dirigente valenciano.
El discurso de los miembros del Ejecutivo se mantuvo en esa línea una vez el comisionado dimitió, excepto en el caso de Morant. La vicepresidenta primera, María Jesús Montero, defendió que «la ejemplaridad es exigible en todas las personas con cargo público» y consideró que José María Ángel hizo «lo correcto» al renunciar. Y así, lejos de restarle peso a la falsificación, Montero dijo que, aunque sea «algo de hace mucho tiempo, eso no le quita importancia». El ministro Torres se limitó a «agradecer» al ex comisionado «los trabajos prestados» en su «largo recorrido», pero evitó respaldarle en lo relativo al título falsificado y dijo que esa cuestión tendrá que resolverse en la investigación. Y la ministra Margarita Robles también secundó esa tesis: «Quien dice si se cometen o no delitos son los tribunales».
Morant fue así el verso libre del Gobierno. José María Ángel era un símbolo de los socialistas valencianos y de la alternativa que la también ministra quiere encabezar, y por ello su salida como dirigente del PSPV resta fuerza a la candidatura de Morant. La secretaria general de la federación valenciana tenía en José María Ángel no solo un histórico socialista, sino también un referente en la gestión de emergencias, con lo que su perfil era de gran valor para hacer oposición a Carlos Mazón tras su papel en la dana.
Precisamente, Ángel fue nombrado comisionado para la reconstrucción -cargo designado por el Gobierno- en reconocimiento a su labor como secretario autonómico de Emergencias durante el mandato de Ximo Puig (2015-2023). En ese tiempo, el ya dimitido dirigente valenciano tuvo que hacer frente a otra fuerte dana, la que azotó la Vega Baja (Alicante) en septiembre de 2019, y al incendio forestal de Gandía que quemó decenas de casas en 2018 -Morant era entonces alcaldesa de este municipio-. Su labor en estas emergencias, así como durante la pandemia, le valió una buena reputación como gestor de catástrofes.
Y a ello se aferró ayer la ministra para defenderle. Enumeró estas y otras emergencias en las que José María Ángel «salvó vidas» y, así, Morant reivindicó que su confianza en el ex comisionado está por encima de la formación académica. Obvió la falsificación del título, pese a ser ella titular de Universidades. «La presidencia del PSPV la ocupan personas que se han entregado en cuerpo y alma a sus vecinos y al proyecto socialista y que pueden presumir de una gestión eficiente. Esto es lo único que se requiere y José María Ángel cumplía», sostuvo, saliéndose de la línea marcada desde Moncloa y asegurando que el comisionado le proporcionó «documentación que acredita los requisitos que se solicitaban para acceder a la plaza que ocupa».
Y así, sin dar pie a la duda, Morant se ató a él: «No me arrepiento de haber hecho presidente a José María Ángel y no voy a renunciar a él», abriendo flancos débiles a sus futuros rivales en Valencia, frente a Mazón o contra quien Alberto Núñez Feijóo designe para intentar mantener la Generalitat.