Publicado: mayo 30, 2025, 8:07 am
Pese a la convulsión y que cada mañana el desayuno se le atragante a más de uno en el Gobierno y en el PSOE, la convicción entre quienes están en la sala de máquinas del Ejecutivo es que no ha sido una mala semana del todo. SÃ, es verdad, un nuevo escándalo -audios y reuniones de una militante del PSOE, Leire DÃez, para obtener información y usarla contra la UCO– acorrala a los socialistas, monopoliza el debate y vuelve a impedir a La Moncloa tener la iniciativa. Pero ellos ven el vaso medio lleno. El frenazo al catalán en la UE creen que ha servido de argamasa al bloque de investidura. Las gestiones del PP contra la medida han enfadado a PNV y Junts. En el complejo presidencial no temen que las últimas informaciones sobre unas presuntas cloacas del PSOE hagan a sus socios romper el cordón umbilical de la gobernabilidad.
«No hay trama de corrupción en el Gobierno», es el mensaje que repiten los miembros del Gobierno. «No hay una campaña contra la UCO». Y su convencimiento es que eso también lo saben sus socios -«no están locos»- y que no hay riesgo de que haya una moción de censura, como alienta Alberto Núñez Feijóo, que dice tener toda la voluntad, pero que si no se suman Junts o el PNV los números no dan. De todos los asuntos que se acumulan junto a la almohada, éste es el que menos quita el sueño a los miembros del Ejecutivo. Trasladan la convicción de que esa ecuación es imposible de conjugar no ya sólo por el enfado de los nacionalistas con el PP, sino porque la presencia de Vox en la suma ejerce de ahuyentador.
En el PNV hay mucho enfado con los populares por su oposición a la oficialidad del vasco, catalán y gallego en la UE y por su campaña contra la devolución del Palacete de ParÃs. En Junts calificaron de «broma» la mano tendida de Feijóo para desalojar a Sánchez. Desde ERC recuerdan a Feijóo que «su principal socio» (Vox) quiere ilegalizar a los partidos a los que pide apoyo el PP, mientras que en Podemos piden «bajarle los humos» al lÃder gallego con «polÃticas de izquierdas».
Es el colchón que, al menos de momento, hace conciliar el sueño al Gobierno en medio de la tormenta. Y eso que en las últimas horas se ha abierto la exigencia de explicaciones y contundencia por parte de aliados como Sumar, incluso en boca de la vicepresidenta segunda, Yolanda DÃaz, pidiendo depurar responsabilidades. Una presión que está por ver no vaya en aumento si sigue la proliferación de informaciones. Los socialistas creen que cada socio de la coalición está en su papel, son comprensivos con la dureza de DÃaz, y se resignan a que el PP haga polÃtica con todo lo que ha salido. Eso sÃ, los acusan de «vivir dentro de una pelÃcula»: «Hacen teatro».
En este contexto, en el Gobierno no sorprendió el anuncio de movilización de Feijóo. «Mucha pomposidad, mucha puesta en escena, pero es lo mismo de siempre». Es más, al igual que aguan las opciones de una moción de censura, desdeñan la vuelta a las calles de los populares. Les desean «suerte» para ver si consigue «sacar a la calle a más gente de la que sale en Valencia para protestar contra Mazón. Que en esas manifestaciones también hay votantes suyos». Ayer hubo una nueva movilización contra el presidente de la Comunidad Valenciana. «La gente sale a la calle a votar. Esa es la movilización que importa», añaden.
Lo que sà genera inquietud en el seno del Gobierno es el hecho de que pese a que su mensaje es que no hay una trama u operación contra la UCO, la proliferación de informaciones periodÃsticas y su impacto haga que estén perdiendo el debate público, el relato. «Es preocupante», admiten. «Se ha conseguido generar la sensación de lo que no es. Es todo falso». Su defensa es que si entran en el cuerpo a cuerpo, bajan al barro, lo que harÃan serÃa dar credibilidad a todo lo que se está contando y diciendo y en el Ejecutivo insisten en que no es asÃ. «¿Pero qué causa de corrupción del Gobierno contra la UCO hay? ¿Dónde están las pruebas? ¿Dónde hay un audio que diga algo de eso? No hay nada, no es verdad», se preguntan en el Ejecutivo.
Son reflexiones que trasladan miembros del Gobierno en privado, porque, por ejemplo, Sánchez aún no se ha pronunciado sobre este asunto, no ha respondido a preguntas de los periodistas. La Moncloa decidió finalmente que la comparecencia de ayer tras reunirse con el primer ministro de Eslovenia, Robert Golob, fuera una declaración institucional sin preguntas, a diferencia de ocasiones anteriores donde sà ha habido. Tampoco hubo atención a los medios el miércoles en Bruselas tras verse con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Otros lÃderes europeos en la misma tesitura sà respondieron preguntas.