Publicado: septiembre 30, 2025, 8:07 pm
«Máxima tranquilidad». El argumentario del Gobierno para la defensa numantina de la mujer del presidente no ha cambiado prácticamente ni una coma. Ni siquiera después del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que analiza los correos electrónicos de la asesora de Begoña Gómez en Moncloa que revelan que intermedió con 11 empresas después de que la esposa de Pedro Sánchez declarara en sede judicial que Cristina Álvarez sólo le hizo algún favor «puntual» para sus actividades privadas.
La línea de argumentación incide en que esos e-mails escritos entre abril de 2021 y junio de 2024 fueron enviados a través de una cuenta «personal» de Gmail, tratando de quitar oficialidad a estas gestiones. Lo enmarcan dentro de la ayuda que alguien presta de manera desinteresada a «una amiga de hace años» y lo llegan a equiparar con el hecho de que no haya problemas de compatibilidad en que un diputado del PP cuando acabe su jornada en el Congreso pueda «irse a Génova», la sede nacional de su partido, a echar una mano a sus compañeros.
«Los correos no dicen nada, rozan casi todos la logística», sostienen fuentes de Moncloa. «No se menciona en ningún caso al presidente, no se menciona al Gobierno de España… Esto es lo que es, lo sabemos todos: buscar hasta que encuentres algo, para dar una sensación de culpabilidad que no es real. Y si de todo lo que le han mirado eso es lo único que han encontrado…», agregan en una crítica implícita a la instrucción del juez Juan Carlos Peinado.
El análisis de los 121 e-mails aportados por el ex vicerrector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Juan Carlos Doadrio a la causa que investiga un presunto delito de malversación de caudales públicos pone de relieve que Álvarez, de forma constante, se encargaba de las gestiones relacionadas con la cátedra de Gómez. En el Ejecutivo central tratan de rebajar incluso la importancia del volumen de esas comunicaciones, que supondrían una media de tres al mes, ya que la UCO ha incorporado a su informe 39, «ya sólo uno al mes».
«Estamos donde estábamos hace un año y medio, que es lo que lleva en marcha esta instrucción que ha ido mutando en el tiempo», afirmó este martes la portavoz Gobierno, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. «Pero el final siempre ha sido el mismo: que no hay nada porque no hay nada que encontrar», recalcó.
En su argumentación, la también titular de la cartera de Educación incidió públicamente en el hecho de que los correos se enviaron desde «una cuenta de Gmail», un detalle que mencionó hasta en dos ocasiones como si fuera una exculpación en sí misma. Además, destacó que las parejas de los presidentes «siempre han tenido asistentes» y que «lo único que cambia es que por primera vez se conoce su nombre».
La asesora de Gómez en La Moncloa, Cristina Álvarez.EFE
Fuentes gubernamentales ponen el acento en que la cuestión es si la asesora investigada por presuntas irregularidades en el ejercicio de su cargo «cumplió con las tareas que tenía asignadas» por las que cobraba un sueldo público y que «la respuesta es sí» tal y como, esgrimen, ha acreditado la Fiscalía. Para reforzar esta tesis inciden en que Gómez tenía «una única asistente personal y no cuatro», con lo que dan a entender que no pudo delegar sus funciones oficiales en otros compañeros mientras ella atendía las gestiones de carácter privado.
Incluso, deslizan que la mujer de José María Aznar «preparó una campaña electoral desde La Moncloa», aunque Ana Botella fue alcaldesa de Madrid entre 2011 y 2015 tras la renuncia de Alberto Ruiz-Gallardón sin haber sido nunca cabeza de cartel en una cita con las urnas.
En el equipo de Sánchez no rehúyen la conveniencia de que el papel de la primera dama -o del marido de una jefa del Ejecutivo en el futuro- esté regulado, pero creen que en plena investigación no se entendería crear una oficina específica para regularlo. No obstante, lamentan que hasta ahora «siempre se había entendido como normal lo que es normal», en referencia a que siempre se necesita ayuda como mínimo para desplazarse con seguridad.
«Sabemos y somos perfectamente conscientes de que la verdad pondrá las cosas en sus sitio y se demostrará lo que ya sabíamos: que Begoña Gómez es inocente», zanjó este martes la portavoz del Gobierno.