Publicado: mayo 21, 2025, 2:07 am
«En ningún caso nos hemos planteado adelantar elecciones», subrayaba este martes la portavoz del Gobierno valenciano que preside Carlos Mazón. «Estamos en la reconstrucción», insistía Susana Camarero. No en vano, lo hacía a la misma hora que PP y Vox enfilaban en las Cortes Valencianas los presupuestos de la Generalitat para 2025. Ambos partidos confirman su pacto que permitirá a Mazón sacar adelante sus cuentas la próxima semana, cuando se cumplirán siete meses de la dana que ha dejado al presidente valenciano al borde del abismo.
Aun así, el partido de Santiago Abascal mantiene su apoyo a Mazón. La realidad es que el presidente de la Generalitat es en realidad es el único barón popular que mantiene su entente con Vox. Que Alberto Núñez Feijóo haya decidido adelantar el congreso nacional del PP -sin apenas protagonismo del PP valenciano- ha reactivado el debate sobre la necesidad de acelerar la salida de Mazón. Un escenario que en todo caso descarta su entorno y que, además, necesita también del acuerdo de Vox.
Y Vox, de momento, no da muestras de querer dejar caer al presidente valenciano y se limita a señalar que la sucesión de Mazón es una cuestión interna del PP. Ahora bien, los de Abascal por primera vez deslizan su «buena relación» con Juanfran Pérez Llorca, el portavoz del PP en las Cortes y número dos en el partido al que muchos ven como candidato a suceder a Mazón.
Es el único que tendrá alguna responsabilidad -como vocal- en el comité organizador del congreso del PP. Considerado justamente el artífice de los pactos con Vox, él rehúye el debate: «Nuestro presidente es Mazón».
Pero es Pérez Llorca el que ha estado sobre todo detrás de la negociación de las cuentas autonómicas con Vox. Hasta el punto de que en el debate de las enmiendas parciales a la ley de presupuestos, que este martes se inició en el parlamento autonómico, Vox aceptó incluso aflojar la soga que había lanzado a la Academia Valenciana de la Lengua (AVL).
Para satisfacción del PP, Vox acabó renunciando a que cualquier modificación presupuestaria de la AVL tuviese que ser autorizada por la Generalitat. A cambio, sin embargo, ambos partidos pactaron enmiendas para apoyar con 250.000 euros a víctimas de okupaciones, reducir 14,7 millones a las ONGD para acciones de cooperación al desarrollo y destinar 5,5 millones a un nuevo programa de «reactivación en origen» de migrantes o nuevos recortes a patronal y sindicatos.
Que los presupuestos encaren así su recta final «dice mucho en favor del Consell», afirmó el diputado del PP Fernando Pastor, que instó a otras administraciones a «aplicarse el cuento». En especial, dijo, al Ejecutivo de Pedro Sánchez, que lleva tres ejercicios sin presentar presupuestos.
Para el PSOE, por el contrario, el pacto presupuestario es el «rescate encubierto de un presidente a la deriva», mientras que Compromís consideró que está pensado únicamente para solucionar «la papeleta de Mazón».
