Publicado: octubre 8, 2025, 1:07 am
Guerra de nervios y tensión en el Gobierno a la espera de que hoy, al término de la sesión plenaria, los grupos se pronuncien sobre el decreto de embargo de armas a Israel que aprobó el Consejo de Ministros el 23 de septiembre.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, encargado de defender la iniciativa, insistió en la «coherencia» y «contundencia» del Gobierno en defensa de los derechos humanos y el reconocimiento del Estado palestino y todo ello «de la mano de la sociedad que exige medidas para parar el genocidio». Cuerpo insistió en que el decreto es de «máximos», un embargo «total y absoluto que se aplicará con todo rigor».
El ministro insistió en que desde octubre de 2023, cuando Hamás atacó Israel asesinando a 1.2oo personas y secuestrando a más de 240, se han suspendido 64 licencias de exportación de material militar a Israel y otras cuatro de importación. No obstante, el decreto incluye una disposición adicional que permite autorizar dicho comercio en función del interés general nacional. Según Cuerpo, el decreto se mantendrá en vigor hasta que finalice el genocidio en Gaza y se alcance la paz.
Pese a todo ello, la convalidación del decreto se mantendrá en la cuerda floja hasta hoy, cuando se pronuncie el Congreso. Los grupos parlamentarios decidieron ayer aplazar la votación 24 horas a fin de evitar que la misma coincidiera con el segundo aniversario de la matanza de israelíes a manos de Hamas.
Veinticuatro horas más de incertidumbre y presión máxima a la espera de que los cuatro diputados de Podemos, muy críticos con un decreto que consideran «fake» y pensado exclusivamente para «darle un titular más a Pedro Sánchez», revelen finalmente el sentido de su voto.
Los morados se debaten entre el no y la abstención. En el primero de los casos y, dando por hecho que el PP, una formación que tampoco ha desvelado lo que votará, se incline finalmente por el no, el rechazo de Podemos sería definitivo para tumbar el decreto. Por el contrario, si optara por la abstención, el decreto se convalidaría.
Los populares, por boca de la diputada Cayetana Álvarez de Toledo, acusaron al Gobierno de «corromper el lenguaje» por no admitir más palabra que «genocidio» para describir lo que sucede en Gaza. Esto unido a la aprobación por parte de Sánchez del plan de paz de Donald Trump constituye, para el PP, un ejemplo nítido de «impostura» y «fariseismo». El PP da por hecho que Sánchez sólo actúa en función de su propia conveniencia y, en consecuencia, advierten ya de que dejará caer a los palestinos como ya abandonó en su día a los saharauis.
En realidad, el decreto no convence a los socios del Gobierno pese a que votarán a favor. Todos ellos reclamarán hoy, en caso de que sea aprobado, que se tramite como proyecto de ley para tratar de introducir cambios. Lo hacen con poca convicción porque saben que el proyecto quedará enterrado en una montaña de prórrogas del plazo de enmiendas. ERC puso palabras a esta actitud de voto a favor crítico. Su portavoz Gabriel Rufián afirmó que en ocasiones como esta más vale el «malmenorismo». «Si esto sirve para que no llegue un arma y se salve un solo niño, a nosotros nos vale», afirmó.
Mientras Podemos amagaba, los colectivos en favor de Palestina metían presión al partido morado exigiéndole «votar a favor». «Hay que mandar un mensaje inequívoco a la población de Gaza. Hay que pensar menos en nosotros mismos y más en la gente que sufre», señalaron ayer desde plataforma Fin al comercio de armas con Israel, una campaña que está respaldada por más de 600 organizaciones y de la que forma parte la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (RESCOP).