Publicado: julio 27, 2025, 4:07 pm

Tras los cruces del pasado viernes, en los que al menos 54 menores y varios adultos lograron entrar a nado en Ceuta desde la costa marroquí, las autoridades del país vecino han intensificado de forma notable su presencia en las inmediaciones del espigón fronterizo del Tarajal. Desde la madrugada del sábado, el control en aguas marroquíes se ha reforzado con un dispositivo marítimo sin precedentes: nueve embarcaciones —una patrullera de la Marina Real, una patrullera de la Gendarmería, dos zódiacs semirrígidas rápidas y, al menos, seis neumáticas ligeras tripuladas por dos agentes cada una— patrullan de forma continua el litoral para evitar nuevas salidas hacia la ciudad autónoma.
Fuentes de la Guardia Civil han confirmado que durante la noche del sábado todos los intentos de cruce fueron interceptados por las patrulleras marroquíes. La actuación, según explican, evidencia un nivel de colaboración «pleno» entre ambos países en materia de control fronterizo. El Ministerio del Interior, por su parte, ha reforzado también el dispositivo en el lado español con el envío de la Río Arlanza, una de las patrulleras más modernas del Servicio Marítimo, trasladada desde Algeciras para apoyar a los agentes desplegados en la comandancia de Ceuta.
En la noche del sábado, la embarcación del Servicio Marítimo, posicionada frente al espigón, actuó con el apoyo del Centro Operativo de Servicios (COS) de la Guardia Civil. A través de las cámaras térmicas, se localizó a varias personas nadando que ya habían superado el espigón por la parte española. Desde el centro operativo se avisó a la Gendarmería, que envió una lancha para recoger a las personas y trasladarlas sanas y salvas hasta la zona de la aduana bajo control marroquí.
La mañana del domingo la frontera amaneció bajo una intensa niebla, normal en estas fechas, manteniendo la tensión vivida en días anteriores y que invitaba a no bajar la guardia. Jóvenes marroquíes continuaron lanzándose al mar, aunque esta vez fueron interceptados por las unidades marroquíes antes de alcanzar la costa ceutí. A lo largo del día, el despliegue marroquí fue constante. Patrulleras grandes y pequeñas recorrían la línea de costa frente a la playa del Tarajal. En uno de los episodios observados por este medio, varios jóvenes —al menos uno de ellos menor de edad— se lanzaron al mar ante la mirada de los gendarmes. Uno de los agentes se arrojó al agua para interceptar al chico que más se había aproximado al espigón. Fue trasladado por tierra. Los otros dos, más alejados, fueron rescatados por una embarcación que salió al encuentro desde territorio marroquí.
Durante varias horas, la visibilidad fue nula incluso para las cámaras más potentes. Fue en ese contexto cuando, al menos tres jóvenes magrebíes lograron sortear la vigilancia marroquí y alcanzar la costa ceutí. Al tocar tierra fueron interceptados por agentes de la Guardia Civil y, tras ser atendidos por personal de Cruz Roja —que desplazó una ambulancia hasta la zona aduanera—, fueron trasladados nuevamente hasta el espigón y entregados a los gendarmes marroquíes, conforme al protocolo habitual de actuación en frontera.
La presión migratoria en la frontera de Ceuta se mantiene elevada desde hace días, con entradas por vía marítima que ponen en tensión los recursos de atención inmediata, especialmente en lo que respecta a niños y adolescentes no acompañados. Aunque la cooperación bilateral ha permitido una intensificación del control, el fenómeno continúa, obligando a mantener operativos todos los dispositivos de vigilancia disponibles a ambos lados de la frontera.
El Gobierno de Ceuta insiste en que la situación de los recursos de protección es insostenible: casi 600 menores tutelados para 132 plazas disponibles. Reclama ayuda inmediata del Ejecutivo central, financiación extraordinaria, refuerzos de personal y la activación efectiva y ágil del mecanismo de reparto para aliviar una red de acogida desbordada. Juan Vivas ha reiterado que se trata de una «cuestión de Estado» que exige respuestas urgentes y estructurales.
La Ciudad advierte, además, de que el reparto previsto a partir del 28 de agosto —con el traslado de miles de menores desde Ceuta y Canarias al resto de comunidades— puede ser insuficiente si no se adelanta el calendario, se asegura la financiación y se articulan garantías jurídicas y operativas claras con las autonomías receptoras. Pide, en suma, mecanismos automáticos de solidaridad interterritorial que eviten que cada repunte vuelva a colapsar el sistema.
Por su parte, la Delegación del Gobierno en Ceuta se limita a trasladar que Interior gestiona toda la información operativa de cifras y detalles del despliegue en la frontera y expresa su satisfacción por la cooperación de las autoridades marroquíes en el control de salidas desde sus playas, consideradas decisivas para que la presión no escale a escenarios de mayor gravedad. La Ciudad, aun reconociendo esa colaboración, subraya que la saturación persiste y que la respuesta del Estado no puede demorarse.