Publicado: octubre 7, 2025, 4:07 am
España tiene un problema con la disciplina escolar. Se sitúa a la cabeza de la OCDE y de la UE en los cinco indicadores que analizan el clima disruptivo en los centros educativos según TALIS 2024, el conocido como el informe PISA de los profesores. El Gobierno pone en valor que los docentes españoles muestran uno de los niveles de satisfacción con su trabajo más altos de los más de 50 territorios analizados, pero, a la hora de la verdad, estos mismos docentes admiten que les cuesta mucho mantener el ritmo de la clase ante el constante alboroto del alumnado.
Según esta exhaustiva encuesta realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, España aparece muy arriba en la lista de países en cuanto al porcentaje de docentes de instituto que sufren ruido y desorden durante las clases (29%, frente al 21% de la media) y es el tercero de Europa en profesores que pierden mucho tiempo en el aula por las interrupciones de los alumnos (29%, frente a un 19% en la UE y un 18% en la OCDE).
Además, el 25% admite que muchos estudiantes no empiezan a trabajar hasta mucho después de que empiece la sesión (16% en la OCDE y 15% en la UE) y prácticamente el mismo porcentaje, el 24%, dice tener que esperar mucho rato a que llega silencio (15% de media internacional). Aproximadamente el 18% de su hora de clase lo dedican a mantener la disciplina, una cuestión que en países como Estonia resuelven en el 7% del tiempo.
¿Qué se entiende por falta de disciplina? Los equipos directivos la definen como acoso o intimidación entre estudiantes (18%), ciberacoso (13%), abuso verbal a los docentes (6%), vandalismo y robos (5%), violencia física entre estudiantes (2%) y consumo de drogas o alcohol (2%), cuestiones que en otros informes educativos aparecen menos representadas que en este. El director de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher, constató ayer que «la disciplina representa un problema en España» y nos recomendó poner a los docentes con más experiencia en los centros más complicados, porque los novatos tienen más dificultad para hacerse respetar. Esta medida, añadió, no se aplica en nuestro país, donde los más veteranos suelen elegir como destino los colegios más fáciles de llevar.
El secretario de Estado de Educación, Abelardo de la Rosa, dijo que, aunque «no hay un problema generalizado de disciplina en las aula», es una cuestión que hay que corregir y encauzar». Explicó que el Ministerio está preparando un plan de inclusión y defendió que «la diversidad es la nueva normalidad, que nos enriquece y necesita afrontarse decididamente», dando a entender que son los alumnos diversos los que causan esos problemas de disciplina.
También admitió que «la formación inicial y la formación permanente de los profesores deben ser mejoradas». TALIS muestra, en este sentido, que hay alrededor de un 40% de profesores que considera que la preparación que recibió durante la carrera no fue de calidad, un porcentaje más alto que en la media de la OCDE (23%) y de la UE (29%). Por otro lado, existe en España un mayor porcentaje de maestros (25%) que no se considera preparado para enseñar los contenidos teóricos de su materia. Si se entra en el desglose de las ocho autonomías que participaron en TALIS con una muestra ampliada, se ve que los menos preparados son los de Baleares, seguidos de los de Cataluña, La Rioja, Canarias, Andalucía, la Comunidad Valenciana, Asturias y Cantabria.
El contenido de la carrera de Magisterio está en proceso de reforma por parte del Gobierno, que va a negociar los cambios con los sindicatos que participan en la mesa del estatuto docente. Otra mejora a la que se ha comprometido el presidente Pedro Sánchez es a reducir la carga burocrática que tienen los profesores, superior a la media de países (64% frente a un 52% y a un 55%) y es el factor que más les estresa. «Los docentes españoles no tienen mucho tiempo, sienten que les añaden presión las tareas administrativas, que son las que les proporcionan más trabajo», resumió Schleicher, que indicó que corregir exámenes y poner notas preocupa mucho más a los profesores españoles que a los del resto de países.
Se da la circunstancia de que en España hay un mayor porcentaje de profesores novatos (el 75% no tienen experiencia, frente al 57%), los que precisamente están a cargo de las aulas con más conflictividad. Que sean novatos no implica que sean jóvenes, pues hay una buena proporción (11%) que procede de otros trabajos. La plantilla, de hecho, es de las más envejecidas, pues sólo un 8% tiene menos de 30 años y un 35% supera los 50 años. «El relevo generacional se está haciendo de forma muy lenta, lo que puede estar dificultando que los docentes enganchen o empaticen con los alumnos», considera Ismael Sanz, director de Educación del centro de análisis Funcas.