Publicado: agosto 28, 2025, 4:07 am

La Audiencia Nacional ha respondido negativamente a la petición de Dignidad y Justicia de que ordenara retirar las fotografías de presos de ETA que han adornado la txosna (caseta) de Txori Barrote durante las fiestas de Bilbao.
Así, el juzgado de instrucción número 2 emitió un auto este 22 de agosto en el que estimaba que no se apreciaban los nombres en cuestión. «No se advierte de que en la caseta de la comparsa [peña] de Txori Barrote se estén exhibiendo los nombres de presos de la organización terrorista ETA , acompañados debajo de cada nombre de camisetas colgadas de la comparsa», dice el auto de la Audiencia Nacional, al que Dignidad y Justicia ha presentado alegaciones.
La asociación de víctimas que preside el diputado de la Asamblea de Madrid por el PP Daniel Portero había presentado el 20 de agosto una denuncia por un «presunto delito de humillación a las víctimas de los delitos de terrorismo y de sus familiares».
En ella documentaba fotográficamente -así lo hizo también este diario– cómo la txosna Txori Barrote exhibía los nombres de 16 condenados de ETA. Entre ellos estaban Harriet Iragi y Jon Igor Solana, autores materiales del asesinato en octubre de 2000 de Luis Portero, primer fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y padre de Daniel Portero.
«Alguno de esos nombres tiene colgada la camisa con el logo de la comparsa Txori Barrote y respecto de otros solo cuelga la percha vacía haciendo referencia así a los presos que se encuentran en tercer grado penitenciario y por lo tanto en semilibertad. Y, coronando dicha txosna, en el lado derecho superior derecho aparece el lema ‘etxera/hogar’, en clara referencia a la excarcelación y puesta en libertad», argumentaba en su denuncia Dignidad y Justicia, que solicitaba, entre otras diligencias, que los servicios de información de la fuerzas policiales realizaran informes sobre la «exhibición pública» de los nombres de reclusos de ETA en la txosna.
La denuncia se dirigía también contra Kaskagorri, otra de las txosna de la Semana Grande de Bilbao, celebrada entre el 16 y el 24 de agosto. Se solicitaba que se suspendieran los actos en favor de los presos de la banda terrorista programados por Kaskagorri para el 22 de agosto: una manifestación, una comida y un concierto.
«Vienen a ser una loa y recuerdo para su puesta en libertad y claramente humillante para mí y mi familia, y por ello constitutivo de un delito de humillación de las víctimas del terrorismo», recogía la denuncia de Daniel Portero y Dignidad y Justicia.
«Nos hallamos ante la mera expresión de opiniones arriesgadas que inquietan o chocan a diversos sectores de la población, que, de acuerdo con la precipitada doctrina, no tienen cabida ex ante en el ámbito penal», negaba también el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno la prohibición de la manifestación, la comida y el concierto.
«Se trata de la mera expresión de un deseo de libertad de las personas a las que se apoya, sin entrar en la justificación o ensalzamiento de las acciones por las que se hallan privadas de libertad, conducta amparada por el derecho a la libre expresión en el ámbito de procedimiento penal», recogía el auto, que también disponía que las fuerzas policiales hicieran un seguimiento de la manifestación y evitaran que en la misma se realizaran actos de «enaltecimiento y justificación de delitos terroristas» o de «humillación de las víctimas o sus familiares».
Al auto de la Audiencia Nacional, Dignidad y Justicia ha respondido presentado alegaciones en las que manifiesta que «es incontestable objetivamente la exhibición pública de los nombres de 16 etarras que están en prisión» y requiere que se le dé traslado de los informes realizados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad oficiadas «a efectos de interponer ulterior recurso».
El escrito recuerda además la reciente condena -23 de junio pasado- de dos años de prisión que tres históricos integrantes de ETA y tres miembros de Sortu aceptaron por organizar 120 actos de homenaje a presos. Actos, recoge la sentencia, que produjeron «una constante humillación en las víctimas y un impacto psicológico negativo en las víctimas del terrorismo de ETA».