Publicado: octubre 27, 2025, 9:07 am

La caída mortal desde un precipicio del fundador de Mango, Isak Andic, en abril del año pasado nunca ha cuadrado a los Mossos d’Esquadra. La coordenada del accidente no les encajó en su primera aproximación, motivo por el que llamaron a declarar a su hijo Jonathan -la persona que estaba haciendo senderismo con él y con el que, según fuentes del caso, la relación era «tensa»- hasta en tres ocasiones.
Desde entonces, las sospechas hacia él han crecido por parte de los investigadores, que están a la espera del resultado del análisis de su teléfono móvil. Buscan, según fuentes de la investigación, si pudo tener un momento de «debilidad». Si pudo haber una conversación posterior a la muerte de Andic en la que «se desahogara» con alguien. Los Mossos buscan si hubo una «flaqueza» en el testimonio del hijo del dueño de Mango.
La juez cerró el asunto calificándolo como caída fortuita pero semanas después lo reabrió a petición de los agentes. Los Mossos están a la espera de que concluya el análisis de su terminal telefónico. Se da la circunstancia de que el móvil que el hijo del fundador de Mango puso a disposición de los investigadores no es el mismo que utilizaba el día en el que se produjo el fallecimiento del empresario. De hecho, Jonathan Andic ha puesto dos terminales a disposición de los Mossos d’Esquadra.
Los Mossos, según indican las fuentes consultadas, centran su búsqueda en las conversaciones telefónicas que pudo mantener el hijo del fundador de Mango tras su muerte por si compartió algún momento de «flaqueza» con algún miembro de su entorno más íntimo. El análisis del terminal llegará en el transcurso de las próximas semanas, tal como apuntan fuentes de la investigación, y será un análisis complejo, indican las mismas fuentes.
Los investigadores indagan en el contenido de los diálogos que el hijo del fundador de Mango pudo mantener con su círculo más próximo en los momentos inmediatamente anteriores y posteriores a su inesperada muerte. El fundador de Mango falleció el 14 de diciembre de 2024, tras precipitarse desde unos 100 metros de altura en las Cuevas de Salnitre de Collbató, en el macizo de Montserrat, cuando se encontraba de excursión junto a su primogénito, Jonathan. Juntos recorrieron un sendero de unos cinco kilómetros y, en la ruta de vuelta, Isak Andic cayó al vacío en una zona sin vallar. Por eso, otra de las claves de las pesquisas es el tiempo que su hijo tardó en alertar a Emergencias. Según los interlocutores, primero llamó al terminal de su padre, e incluso hubo otras comunicaciones previas, hasta que finalmente pidió auxilio al 112.
Estas incongruencias llamaron la atención de los investigadores en las pesquisas del hijo del magnate del textil. Cabe recordar que, en la fecha del suceso, el hijo del fundador de Mango llamó primero a la esposa de su padre, Estefania Knuth, y luego alertó al teléfono de Emergencias 112, explicando que el hombre se había precipitado a una zona donde él no podía acceder. Indicó entonces que pensaba que estaba inconsciente a consecuencia de la caída. Se sabe además que el hijo tenía muchos problemas por esas fechas y según algunas fuentes intentó obtener dinero del empresario y de su familia para solventarlos. Esta realidad y las incongruencias que han hallado en su relato se enmarcan en las pesquisas.
Jonathan Andic entregó su móvil a los Mossos el pasado 9 de septiembre. Cuando Isak Andic apareció muerto personas del entorno de la víctima relataron que las relaciones entre padre e hijo no pasaban por su mejor momento. Esas diferencias, la cita en la que se produjo la caída, cuando ambos habían quedado para hablar a solas, con el objetivo de solucionar sus problemas, y abordar cuestiones económicas, no hicieron más que incrementar las sospechas de los investigadores.
Dos meses después de ese archivo provisional, el Juzgado de Instrucción 5 de Martorell reabrió la causa. Fuentes policiales indicaron entonces que quedaban pendientes por completar algunos informes, como el relativo al volcado del teléfono del empresario, que quedó destrozado tras la caída. La intención de los mossos de la comisaría de Martorell era tratar de delimitar el itinerario exacto que aquella fecha realizaron padre e hijo. Los investigadores de los Mossos d’Esquadra querían obtener los posicionamientos de los terminales de ambos, para reconstruir lo sucedido. Ahora, medio año después del suceso, las pesquisas han puesto bajo el foco de la sospecha a Jonathan, pasando así de barajar el accidente como una de las hipótesis a centrarse en el posible homicidio del empresario.
La causa se reabrió tras encontrar incongruencias en la versión del hijo, quien era la única persona que estaba con el empresario cuando cayó por un acantilado en Montserrat. La investigación se centra en determinar si fue un accidente o un homicidio, y el análisis del teléfono del hijo podría aportar claves cruciales. Las pesquisas han virado desde la hipótesis inicial (un accidente de montaña) hasta el escenario que manejan ahora los Mossos: un posible homicidio. Nacido en Estambul y trasladado a Barcelona con su familia a los 14 años, Isak Andic fundó uno de los mayores grupos de prêt-à-porter del mundo, con más de 2.800 tiendas.
El TSJ de Cataluña ha aclarado que «la investigación está residenciada en el cuerpo policial». La investigación del juzgado número 5 de Martorell «se mantiene secreta y, procesalmente, en este momento no se ha dirigido ni se dirige contra ninguna persona concreta».
