Publicado: marzo 7, 2025, 10:30 am
<![CDATA[
Los hogares en México tienen un aparato favorito: la televisión. De acuerdo con datos de Statista, es el país con el mayor universo de televidentes en el mundo hispanohablante. Además, este aparato es el segundo servicio de telecomunicaciones que cuenta con mayor tasa de adopción en el país. A los mexicanos no solo les gusta ver televisión, también disfrutan renovar sus pantallas con frecuencia. Su afición es tal que en comparación con otras naciones del continente, es en el que más seguido se cambia este dispositivo, alrededor de cada tres o cuatro años. En Estados Unidos, el promedio es cada ocho años, dijo en entrevista Santiago Ennis, líder de marketing y relaciones públicas en TCL en México.
El cambio de televisores en México se anticipa al tiempo de vida útil de estos equipos. Si bien esta medida puede variar dependiendo de muchos factores, como el tipo de tecnología que utiliza (LED, OLED o QLED), en promedio durará entre siete y 10 años, de acuerdo con la Custom Electronic Design and Installation Association (Cedia). En 2023, el Inegi estimó que 34.9 millones de hogares contaba, al menos, con un televisor, lo que representó al 90.4% del total de hogares en el país. La afición por las pantallas queda a la vista en temporadas como el Buen Fin, cuando año con año se posicionan como uno de los artículos más vendidos. Joaquín Hidalgo contó a Expansión que compra pantallas de TV con más frecuencia. Si bien durante su infancia su familia esperaba que sus dispositivos dejaran de funcionar para reemplazarlos, cuando se independizó este panorama cambió. “Mi primera pantalla me duró cuatro años, la siguiente tres y ahora tengo una con la que llevo un año, pero ya la quiero cambiar”, refirió. Hidalgo señaló que su deseo de cambiar de dispositivos con más frecuencia es con objetivo de obtener una mejor calidad de imagen en los contenidos que consume. “Mi última televisión, con la que llevo un año, la compré para sacarle provecho a mi Apple TV 4K. Pero ahora la quiero cambiar para mejorar la frecuencia de actualización para jugar videojuegos”, relató. Los mexicanos no solo compran más, sino que prefieren formatos más amplios. De acuerdo con Ennis, el usuario nacional prefiere las pantallas de proyección de gran tamaño, partiendo de las 65 pulgadas en adelante. Y hacen este tipo de compras por estatus social. Este panorama convierte atractivo a México. Algunas de las que fabrican sus televisores en el país son TCL, Hisense y Samsung. Perspectivas de Statista señalan que para 2029 se espera que el volumen del mercado de televisores alcance los 8.1 millones de unidades en el país.
Hidalgo dijo a Expansión que todas las pantallas que ha descartado han terminado en hogar de alguno de sus familiares, pues continúan funcionales y no quiere tirarlas a la basura. Sin embargo, este no es el fin de todos los televisores y muchas veces sí terminan en vertederos. Statista apunta que la generación de basura tecnológica, también conocida como e-waste o residuos electrónicos, en México superó los 1.4 millones de toneladas métricas en 2022. Durante ese mismo año, México se posicionó como el segundo mayor generador de residuos en América Latina y el Caribe. El Monitor Mundial de Residuos Electrónicos (GEM) de las Naciones Unidas da muestra de este conflicto a gran escala, pues la generación mundial de residuos electrónicos aumentó cinco veces más rápido que el reciclaje documentado de dichos residuos, según reportó en 2024. “En 2022 se produjo un récord de 62 millones de toneladas de desechos electrónicos, un 82% más que en 2010; la cifra va camino de aumentar otro 32%, hasta 82 millones de toneladas, en 2030; miles de millones de dólares en recursos de valor estratégico desperdiciados y desechados; solo el 1% de la demanda de tierras raras se satisface mediante el reciclaje de desechos electrónicos”, informó el organismo de Naciones Unidas. Aunque la renovación constante de televisores refleja el interés de los mexicanos por la tecnología y la calidad de imagen, también evidencia un patrón de consumo que contribuye al aumento de residuos electrónicos. Si bien las marcas han comenzado a integrar materiales reciclados y empaques sustentables en sus productos, la responsabilidad no solo recae en la industria. Los usuarios tienen un papel clave para extender la vida útil de sus dispositivos, optar por opciones de reciclaje y repensar la necesidad de adquirir lo último en tecnología.
]]>