Publicado: marzo 24, 2025, 12:07 am

Ha vuelto a llamarme la atención el meneo semanal de Cayetana Álvarez de Toledo a Félix Bolaños, un ministro de Justicia que no parece estar al tanto de lo que el mismo llamó «nuestra arquitectura constitucional». Había reprochado Bolaños a Cayetana que el PP negara la condición de jueces a los magistrados del Constitucional, lo que motivó una réplica perpleja de la diputada popular: «¿De verdad quiere decirnos que el Tribunal Constitucional forma parte del Poder Judicial y tiene jueces, usted que es el ministro de Justicia?».
Debería tener en cuenta que es el ministro de Justicia de Pedro Sánchez y con eso está dicho casi todo, pero tiene toda la razón: El Constitucional no forma parte del Poder Judicial, alguna pista debería haberle dado que el organismo que pastorea Prevaricándido esté regulado en el Título IX de la Constitución, mientras que en el caso del Poder Judicial se trata en el Título VI.
La Justicia es administrada por jueces y magistrados integrantes del Poder Judicial, dice el artículo 117.1 del referido Título VI, mientras que el artículo 159.2 -Título IX- dice que los miembros -no los jueces- del Tribunal Constitucional «deberán ser nombrados entre magistrados y fiscales, profesores de Universidad, funcionarios públicos y abogados, todos ellos juristas de reconocida competencia, con más de quince años de ejercicio profesional». Proponía un amigo sagaz un escote para comprarle un traje de buzo, porque en el fondo no debe de ser tan tonto.
En realidad no lo es; se trata solo de una falacia para sustentar el engaño a los que sí lo son y dotar al Tribunal Constitucional de una competencia que no tiene, la de ser un tribunal de casación del Tribunal Supremo que es «el órgano jurisdiccional superior en todos los órdenes, salvo lo dispuesto en materia de garantías constitucionales» -artículo 123.1 C.E.-. Vamos a ver si lo explico en términos que pueda entender Félix Bolaños: en el Tribunal Constitucional hay tres miembros –Laura Díez, María Luisa Balaguer y Enrique Arnaldo– que no son jueces, sino catedráticos.
Luego hay jueces y jueces. Y también juezas que no gustan a Bolaños ni al tipo que lo puso al frente del departamento de Justicia. Un suponer, Juan Carlos Peinado, y dos suponeres más: la magistrada Mercedes Alaya, instructora del caso Mercasevilla que derivó en el escándalo de los ERE y ese prodigio que está instruyendo contra viento y marea la causa del hermanísimo, David Azagra en el mundo del arte.
A los Bolaños les suelen gustar más jueces como Baltasar Garzón, expulsado de la carrera judicial por un delito de prevaricación, según sentencia unánime de la Sala Segunda del Tribunal Supremo. O Luis Pascual Estevill, condenado por extorsionador. También tendrían un pasar Jaime Rodríguez Hermida y Ricardo Varón Cobos, expulsados de la carrera por su implicación en la puesta en libertad del jefe de la Camorra, Antonio Bardellino.
Bueno, pues a todos los anteriores se les ha unido ahora otro candidato. Se llama Luis José Sáenz de Tejada y fue expulsado de la carrera judicial por haber sido condenado en sentencia firme por un delito de violencia de género y amenazas contra aquí su señora, o sea por maltrato. El tal Luis José, con ese nombre de galán de culebrón venezolano, se nos ha revelado como un figura. Tras ser expulsado de la judicatura, ha aterrizado como abogado y últimamente se está desempeñando con éxito notable como defensor del hermano de Pedro Sánchez, que es otro figura, lo mires por donde lo mires.
Parece, además, un hombre extraordinariamente versátil, porque se ofreció a la jueza Beatriz Biedma para unirse a la acusación popular contra David Sánchez, pero después de que la instructora rechazara hasta en dos ocasiones su petición de sumarse al caso, ha terminado incorporándose, pero en el otro bando, y se ha puesto a defender la inocencia del hermano del presidente y a recusar a la jueza Biedma para quitarle el caso, acusando a la magistrada de hostilidad manifiesta y a su, ahora defendido, de víctima de una persecución judicial y política de la jueza Biedma.
No parece que tenga muchos visos de prosperar la denuncia del abogado Luis José, que era el titular del Juzgado número 3 de Ciudad Real antes de ser expulsado de la carrera judicial y de haber perdido su plaza. Ya se habían producido antes otros intentos por parte de gente sin la pesadísima mochila que carga sobre sus espaldas este tipo, pero la Audiencia Provincial de Badajoz ha avalado reiteradamente la instrucción de esta magistrada, ejemplar en su perseverancia y en su pulcritud.
Luis José es un candidato idóneo para que el ministro Bolaños lo incorpore al Tribunal Constitucional como jurista de reconocida competencia e ir haciendo hueco para que se incorpore el fiscal general del Estado cuando sea condenado y expulsado del Ministerio Público.