Publicado: mayo 14, 2025, 4:07 am
El adelanto del congreso nacional del PP ha servido para volver a remover el debate sobre una hipotética sucesión del presidente valenciano, Carlos Mazón. Cuestionado por su ausencia en las horas críticas de la dana, Mazón ha logrado sin embargo resistir al frente de la Generalitat. Es más, los populares valencianos cuentan con tener aprobados los presupuestos de la Generalitat en un par de semanas gracias al pacto con Vox, que de momento ha optado por mantener a Mazón con respiración asistida. Sin embargo, que Génova mueva ficha ahora -preparándose por si Pedro Sánchez avanza las elecciones generales- ha dado alas a los críticos de Mazón en el partido.
El objetivo, según confirman las fuentes consultadas, es reactivar una «solución de transición» que permita relevar al presidente de la Generalitat sin tener que pasar por el escenario de un adelanto electoral en la Comunidad Valenciana. Adelanto, en todo caso, cuyo botón sólo podría apretarlo el propio jefe del Consell, que no ha dado muestras hasta la fecha de querer hacerlo.
Ahora bien, las voces en el partido que apuestan por un recambio en el Gobierno valenciano -como ya se hizo en su día forzando la dimisión de Francisco Camps– entienden que el adelanto del congreso nacional puede ayudar a empujar en esta línea. De hecho, confirman contactos con Génova. Si la hipótesis es que Sánchez podría hacer coincidir las elecciones generales con las andaluzas, nadie duda de que Alberto Núñez Feijóo querrá llegar a la cita con las urnas sin el lastre del «problema valenciano». «Su único objetivo es que Mazón no le perjudique», señalan estas fuentes en referencia al líder del PP.
Que en el PP valenciano está tomando forma una especie de corriente crítica con el dirigente alicantino es algo que se encargó de visualizar el ex presidente Francisco Camps en su acto del sábado. El multitudinario mitin en el que dejó entrever que quiere optar a volver presidir el PP valenciano sirvió para poner en evidencia lo que hasta ahora muchos han verbalizado en privado. Esto es, la actual «debilidad» del partido, incapaz de avanzar y pasar página al fatídico 29 de octubre. «Un Gobierno sin partido no subsiste», advirtió Camps.
Por ello, que Camps reaparezca ahora no es casualidad, sino un intento de aprovechar la grieta que atraviesa al PP desde el día de la dana. Ahora bien, fuentes de su entorno aseguran que su idea no pasa por convertirse ni mucho menos en la alternativa de Mazón en la Generalitat. «Lo he sido ya», subraya él mismo para autodescartarse.
De hecho, la llamada «solución de transición» pasa por un diputado o diputada con escaño actualmente en las Cortes Valencianas. Esta condición es indispensable si el recambio en la Generalitat se quiere hacer antes de una convocatoria electoral. El segundo requisito es que cuente con el beneplácito de Vox, pues el PP no tiene mayoría absoluta en el parlamento autonómico, por lo que debe contar con el voto de los de Santiago Abascal.
Y, por último, hay una línea roja: el nombre que se ponga sobre la mesa no puede ser de Alicante, la provincia de la que proviene Mazón y buena parte del equipo que le rodea. Aun así, el nombre de María José Catalá, la actual alcaldesa de Valencia, sigue sin ser la apuesta de quienes por ejemplo están detrás de los movimientos de Camps. El complejo juego de equilibrios en el que se mueve en el consistorio, a raíz de la crisis de Vox, hace arriesgada la «operación Catalá» para la Generalitat.
Y es la propia alcaldesa la que quita su nombre de las quinielas. Preguntada este martes por qué respondería a Feijóo, si le propusiera suceder a Mazón, Catalá afirmó: «Le diría que soy la mejor opción para seguir siendo alcaldesa de Valencia muchísimos años, todas las legislaturas que los valencianos consideren que tengo que estar en mi responsabilidad».
