Publicado: noviembre 28, 2025, 7:07 am
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y ahí está la política para demostrarlo. Fueron apenas unos segundos, pero la imagen que dejó ayer el parlamento valenciano sintetiza un cambio de era. La del apretón de manos entre Juanfran Pérez Llorca y José María Llanos, con Carlos Mazón mirando y aplaudiendo, es la que confirma un nuevo ciclo en la Comunidad Valenciana trece meses después de la dana. El nuevo presidente de la Generalitat -que lo será también del PP valenciano- reedita su pacto con Vox con la bendición del ya ex jefe del Consell.
Pérez Llorca superó ayer el debate de investidura y logró convertirse en presidente de la Generalitat en primera votación y por mayoría absoluta. Es decir, gracias al apoyo de los 40 diputados del PP y los 13 de Vox, que hasta última hora de la tarde no desvelaron el sentido de su voto. Y ello a pesar de que el candidato del PP hilvanó un discurso que tenía el visto bueno de Génova, pero que buscaba sobre todo el aval de Vox. Pérez Llorca escenificó su rechazo al pacto verde europeo y a la inmigración ilegal.
Pero no sólo eso, porque quien está llamado a suceder también a Mazón al frente del PP valenciano no quiso salir de las Cortes sin antes lanzar un mensaje en clave interna: «Las transiciones no son fáciles, pero hemos estado a la altura», dijo dirigiéndose a la bancada del PP. En ella todavía no estaba Mazón, que llegó a última hora para la votación. Pero sí la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, la favorita de Génova y contra la que se removió el propio Llorca cuando comenzó a cobrar forma la dimisión de Mazón. «Tenemos que apoyarle todos por el futuro de nuestra tierra», remató el ya ex presidente de la Generalitat. El encargo de la dirección nacional del PP a Pérez Llorca, en todo caso, es hasta 2027.
Pérez Llorca, que con toda probabilidad tomará posesión el próximo martes, prometió hacer «las cosas de manera diferente». De hecho, no dudó en enmendar en cuestión de minutos el trato a las víctimas de la dana por parte de Mazón, al que por cierto no mencionó ni una sola vez. «Mis primeras palabras como presidente de la Generalitat serán para pedir perdón», afirmó, bajo la atenta mirada de representantes de las asociaciones en la tribuna de invitados. Eso sí, a continuación Pérez Llorca señaló que también debería hacerlo el Gobierno de Pedro Sánchez: «Las administraciones no han estado a la altura de lo que merecían los ciudadanos».
Pérez Llorca dejó gestos para marcar perfil propio, aunque sin renunciar al legado político de Mazón. Su único propósito, llegó a decir, es «continuar con el cambio que empezó en 2023». En esta línea, se ratificó, tal y como había pedido Vox, en las cesiones que ya hizo su antecesor para lograr la aprobación de los presupuestos de la Generalitat de 2025.
Pérez Llorca asumió que «el pacto verde europeo impulsado por élites de despacho es la mayor amenaza contra nuestros agricultores». O que «la central nuclear de Cofrentes no se cierra» y que, en materia migratoria, «la preservación de nuestra identidad no es ser racista ni alarmista, sino ejercer la responsabilidad».
CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN
«Se ha reconocido que Vox llevaba razón», sentenció su portavoz. Y, de hecho, si el PSPV-PSOE recriminó a Pérez Llorca que no hubiera presentado «un programa político más allá del ideario de Vox», Compromís calificó a los de Abascal como «el grupo más mazonista de las Cortes».
Las críticas de la izquierda no quedaron aquí. El portavoz socialista, José Muñoz, recriminó a Pérez Llorca que sea el «encubridor» y el «testaferro» de Mazón. El dirigente socialista, que también aireó su patrimonio de 4,3 millones, ironizó con que Pérez Llorca ni siquiera nombrase a Mazón. «Soy el primer diputado que pronuncia el nombre de Mazón. La ausencia/presencia sigue siendo tan asfixiante como el primer día. Hasta que no deje su acta de diputado y renuncie a su aforamiento, la asfixia permanecerá», le advirtió.
«Las elecciones serían la salida digna y habéis elegido alargar la agonía, poniendo a un regente provisional porque tenéis pánico a las urnas», aseguró el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, quien describió a Pérez Llorca como «el que más ha aplaudido y encubierto a Mazón».
Aun así, Pérez Llorca, que como presidente tendrá que renunciar como alcalde de Finestrat, dejó una última reflexión para quien quiera leer entre líneas: «No hay cargo más noble que ser alcalde, porque ser alcalde no es mandar. Es estar».
