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Las monjas de Belorado se sienten víctimas de una «persecución» y «ametralladas» por la justicia: «Gracias a Dios estamos libres como pajaritos»

Publicado: noviembre 29, 2025, 5:07 am

Actualizado Sábado,
29
noviembre
2025

01:36

Todavía «impresionadas» tras pasar la noche en el calabozo y vivir la experiencia de hacer la foto policial «con la regla detrás», la ex abadesa del monasterio Santa María de Bretonera de Belorado (Burgos), Laura García de Viedma, y la ex monja Susana Varo (sor Paloma, conocida como La cordobesa) quedaron en libertad a mediodía del viernes. Lo hicieron tras declarar durante una hora ante la jueza de Briviesca y defender su inocencia de los delitos de apropiación indebida agravada que les atribuye la Guardia Civil por vender bienes del convento.

«Gracias a Dios estamos libres como pajaritos», comentó al verse en la calle Laura García de Viedma, que en 2024 lideró la rebelión que acabó con la exclaustración del convento de clarisas y con las religiosas excomulgadas. La experiencia fue «muy dura», según las ex monjas, que contaron con el respaldo de parte de la comunidad a las puertas del juzgado.

Dentro, tal y como explicó a EL MUNDO el portavoz de la comunidad religiosa, Francisco Canals, argumentaron que la Guardia Civil les acusa sin fundamento. La investigación se sigue por la presunta venta de obras de arte pertenecientes al monasterio a través de internet y en una tienda de antigüedades de Madrid y ellas reconocen las ventas, pero apuntan que las realizaron todas antes de su exclaustración y, por lo tanto, cuando no había discusión sobre la titularidad del cenobio.

Son, según Canals, ventas de marzo a mayo de 2023 y, en todo caso, de ningún bien declarado BIC, sino «objetos que acumulaban polvo» en las salas del convento como ocurre en todos los cenobios de España. Hablan de copas, cálices, objetos de la liturgia en general y contextualizan la venta en llamadas que «reciben todos los monasterios» por parte de anticuarios interesados en este tipo de piezas sacras. Frente a este argumento, los investigadores citan obras de arte catalogadas que podrían corresponder al patrimonio histórico del monasterio de Belorado, entre ellas, una figura de San Antonio de Padua del S. XVII.

Lamenta su portavoz una especie de «persecución» hacia las religiosas, que se sienten «ametralladas» con «siete u ocho» procesos judiciales abiertos. En esta ocasión, las vendieron cuando «eran una comunidad, formaban parte de la iglesia católica y lo aprobaron en capítulo conventual» y, sin embargo, fueron detenidas «por sorpresa» junto a un anticuario de León «dos años y medio después» y «se las presenta como de la camorra napolitana». Todo «porque no quieren dejar el convento», insisten.

Las ventas que ahora se investigan, en un operativo todavía abierto, son «pre cisma», argumentan. Y aseguran que podrían dar una explicación por cada una de las piezas vendidas, pero que esta operación «eleva a la máxima categoría de delito» un hecho que no consideran delictivo en absoluto. «Se ha exagerado y sacado de contexto. En un monasterio hay centenares de cosas de ese tipo. Todos los monasterios venden objetos», argumenta Francisco Canals, que compara la situación actual que viven estas religiosas con ataques de los habituales que se viven en la vida «política» que ahora les sacan «porque están en discusión los monasterios».

Esta investigación salpica al monasterio Santa María de Bretonera y también al de Santa Clara en Orduña (Bizkaia), al que en 2024 se mudaron un grupo de monjas cismáticas de las que separaron de la jurisdicción oficial de la Iglesia Católica tras ser excomulgadas por la jerarquía eclesiástica.

La Guardia Civil entró en ese convento de Bizkaia el jueves y localizó un «significativo número de obras de arte» pertenecientes al monasterio de Belorado (Burgos) trasladadas sin autorización.

Ese contexto de «persecución» que defiende su portavoz le lleva a hablar de que «han pasado muchas cosas en 24 horas». Además de las detenciones y registros, la noche del jueves al viernes fue intensa en Orduña con el intento de traslado de cinco de sus 13 monjas.

Tras la excomunión, varias monjas cismáticas abandonaron Belorado y se trasladaron a Orduña, entre ellas, cinco de edad muy avanzada, de entre 87 y 101 años. Las monjas cismáticas relataron en su cuenta de Instagram que la Guardia Civil intentó llevarse a estas cinco monjas mayores de Orduña para reubicarlas en otros monasterios de las clarisas, si bien la oposición del resto de las religiosas lo impidió.

Su portavoz relató por la mañana que ya en agosto habían intentado llevarse a estas cinco monjas, pero ellas no quieren, pues «llevan allí toda la vida, quieren quedarse con el resto porque son una comunidad», de modo que la noche fue «realmente dramática» hasta que lograron evitarlo.

El viernes, además, ya venía marcados por los tribunales antes de la detención de las dos ex religiosas, pues la jueza de Briviesca había fijado la declaración de ocho ex religiosas de Belorado por la cesión presuntamente fraudulenta de un vehículo a una familia afectada por la dana de Valencia en 2024. Finalmente, se suspendió.

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