Publicado: febrero 24, 2025, 1:07 am
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La comisión de investigación en la Asamblea de la Comunidad de Madrid sobre la cátedra de la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, ha concluido esta semana el grueso de sus trabajos con un misterio creciente: el paradero del proyecto tecnológico estrella de la esposa del presidente del Gobierno que debía estar en posesión de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Las principales empresas responsables han certificado ante esta comisión de investigación que entregaron el software en una carpeta digital que entendían que era de la Universidad Complutense, según los testimonios recabados por la Asamblea regional. Sin embargo, la defensa de la esposa del presidente y su compañero en la dirección de la cátedra, José Miguel Ruano, niegan que tal software exista, y el vicerrector de Tecnología de la UCM, Jorge Gómez Sanz, sostiene que no ha podido encontrarlo.
«Nosotros la entregamos en el directorio que tenía habilitado la Complutense, un directorio de software dentro de la plataforma de Google Cloud. Telefónica, Minsait (Indra) y Making Science, que éramos los que desarrollábamos software, todos nosotros depositamos el software en la carpeta», aseguró José Antonio Martínez Aguilar, director general de Making Science, un socio habitual de Google en proyectos tecnológicos.
«Nuestro compromiso era llegar a un producto mínimo viable en el desarrollo del software del front. Y eso es lo que hemos hecho y es lo que hemos entregado», corroboró Amado Ramos, el responsable del proyecto en Indra. Éste mencionó que comentaban los avances en reuniones semanales con Blanca de Juan -secretaria de la cátedra de confianza de Begoña Gómez- y con la propia esposa del presidente, y que terminaron depositando el software en la mencionada carpeta que había puesto a disposición, a su juicio, «la universidad».
La donación conjunta en especie que supuso este trabajo por parte de Telefónica, Indra y Google a la cátedra se va acercando ya a los 300.000 euros sin incluir IVA, según las nuevas cifras que han ido facilitando las empresas.
En radical contraste, tanto la defensa de Gómez en la instrucción judicial del caso como Ruano, en la misma comisión de investigación de la Asamblea, rechazan disponer de la herramienta entregada para poder proporcionarla a su legítimo propietario, que sería la UCM, puesto que las empresas sostienen que su donación fue a la universidad.
«No existe un software y no se puede poner a disposición de la Universidad lo que no existe», replicó Ruano al vicerrector de Tecnología en una reunión el pasado octubre en la UCM, en la que éste se quejaba de la ocultación de aquel material digital, según consta en el acta a que ha tenido acceso este diario.
En sintonía con Gómez, José Miguel Ruano reiteró en la Asamblea de Madrid que «no existe un software en sí, no existe. Lo que existe es un proyecto tecnológico que está en fase de desarrollo, aproximadamente en un 80%, y que cuando surge en el mes de febrero o marzo [de 2024] esta polémica está en fase de pruebas». La secretaria de la cátedra, Blanca de Juan, se mostró más cauta en la Asamblea y eludió hablar de la plataforma «al estar el caso judicializado» ante las preguntas de los diputados del Partido Popular y Vox, que han llevado el peso de los interrogatorios con críticas del PSOE y Más Madrid a esta instancia parlamentaria.
El vicerrector, por su parte, sostiene no haber encontrado ni software ni proyecto tecnológico ni plataforma, cuya marca registró a su nombre Begoña Gómez. Además, se negó a renovar el dominio de la plataforma que dejó libre el pasado otoño la esposa del presidente por esa falta de información.
Sin embargo, todo parecía a punto ya en el verano de 2023. La fase de pruebas en lo que respecta al software concluyó, según el directivo de Making Science, de modo «satisfactorio» el 31 de julio de 2023, y por eso dieron por concluido su trabajo para la UCM. Explicó que su labor era «el núcleo de la plataforma».
Esta plataforma fue ya presentada por Gómez a la vuelta de aquel verano en fase piloto a pymes en diversas reuniones organizadas por la Cámara de España. Todo iba bien y la esposa del presidente del Gobierno creó además una sociedad a su nombre con la misma marca de la plataforma de la UCM.
2024 iba a ser el año de lanzamiento, según comunicó Gómez en esas reuniones de la Cámara de España, pero tras estallar la polémica se frustró la iniciativa, que iba ser, en principio, gratuita para las pymes, aunque había una pestaña en la web reservada a «grandes empresas».
En cuanto a las irregularidades detectadas por la propia UCM, la diputada del PP en la comisión de investigación, Mercedes Zarzalejo, eximió de responsabilidad a Making Science por haber recibido una adjudicación de Begoña Gómez al margen de la ley de contratos públicos, como corroboró en su testimonio la interventora universitaria Elvira Gutiérrez-Vierna.
Martínez desveló que su empresa cobró tanto de la UCM como de Google, que fue quien pidió su participación en el proyecto de Gómez y aseguró que desconocía los procesos internos de la Universidad, que según Gutiérrez-Vierna, fueron tan violentados que el contrato era, en su opinión, «nulo».
En su comparecencia en la Asamblea el vicerrector de Relaciones Institucionales, José María Coello de Portugal, confirmó a Zarzalejo que «no constan en la Universidad copias de ese programa». Los diputados preparan ahora un dictamen con este misterio relevante sobre el software pendiente de resolver.