Publicado: mayo 23, 2025, 12:07 pm
Virginia Barbancho, responsable técnica del proyecto de Tragsatec para el que se contrató a la ex novia de Ábalos, Jésica Rodríguez, ha explicado hoy en el Senado que se percató de que había «irregularidades» en el trabajo de Jésica, pero ha afirmado que ante sus denuncias se le ordenó que «la dejaran en paz», que «hiciera la vista gorda» y que «mirara para otro lado».
Barbancho ha explicado detalladamente que fue Ignacio Zaldívar, director del proyecto, quien le aseguró que Jéssica era «la sobrina del ministro» y también quien le pidió, por orden de la Presidencia de Adif, es decir, del círculo de Isabel Pardo de Vera, que «la dejara en paz».
Estas advertencias se produjeron después de que Barbancho, cuya obligación era supervisar el desempeño de los trabajadores, empezara a notar «irregularidades» porque Jésica no fichaba poniendo continuas excusas ni tampoco rellenó el primer parte mensual que daba lugar al desbloqueo de costes y pago de nómina.
Ante esos incumplimientos, ha explicado la compareciente, «hablé mucho con ella, demasiado» porque, al final, «me echaron la bronca». Todas esas conversaciones fueron principalmente a través de whatsapp porque, ha explicado, «Jéssica no solía cogerme el teléfono». Los contactos versaban sobre su falta de fichaje, instándole a hacerlo y tratando de solventar los problemas informáticos que Jéssica aducía tener.
«Siempre me ponía excusas», y ha añadido: «Yo ya estaba bastante mosqueda». Pese a la insistencia de Barbancho, Jésica no hizo el parte del mes, por lo que ella misma optó por rellenárselo para poder asignar costes y pagar nómina, pero apuntando que lo hacía «por fuerza mayor».
Dos meses después de la contratación de Jésica, Barbancho dejó el puesto para trasladarse a otro de «igual categoría, sin ascenso alguno» y ha añadido: «Ojalá me hubiera ido antes, yo detecté una irregularidad, empecé a darme cuenta de elementos que no me gustaban nada pero me mandaron callar». También ha asegurado que Jésica fue, de todas las personas que formaban parte del proyecto, la «única persona que no iba a trabajar».
