Publicado: agosto 24, 2025, 4:07 pm

Los incendios más dramáticos que han asolado una parte de España ya están bajo control, los vecinos regresan a sus casas y atrás queda el paisaje negro, el examen de la gestión de la catástrofe y la ruidosa y estridente disputa política nacional, que no ha descansado este mes de agosto. Un acontecimiento inesperado, el cisne negro acuñado por Taleb, ha producido mucho dolor social en las zonas afectadas y ha evidenciado que la batalla de las direcciones nacionales de PSOE y PP desborda, arrastra y condiciona a los partidos en esos territorios.
Socialistas y populares de las comunidades afectadas por los incendios reconocen que las declaraciones de algunos dirigentes nacionales no hacen ningún favor a las organizaciones territoriales, y dificultan sus estrategias políticas y la gestión institucional de catástrofes como las que se han vivido en Castilla y León, Galicia o Extremadura.
La comunidad castellanoleonesa, la más golpeada por los incendios, se ha convertido en el escenario principal de esta batalla por cuanto faltan meses para las elecciones autonómicas. Abrió las hostilidades el ministro Puente en un tuit -ahora la política española se hace ahí- cargando con inadecuada ironía -«Está la cosa calentita en CyL»- contra Alfonso Fernández Mañueco, a quien el comienzo del fuego le pilló de vacaciones, como a toda la clase política española. Quince días y miles de hectáreas calcinadas después, cerró la primera batalla Elías Bendodo, llamando «pirómana» a la directora general de Protección Civil.
Las fuentes consultadas por este periódico en las direcciones territoriales de PSOE y PP señalan que ninguno de los dos dirigentes nacionales les hizo un favor con sus afirmaciones. «Echarle en cara a Mañueco que estuviera de vacaciones con ironía que no tenía gracia, cuando el presidente del Gobierno y los ministros también estaban de vacaciones, no es muy acertado. Óscar Puente va por libre, se mete en problemas y en ocasiones condiciona al partido en la comunidad y perjudica al secretario general, Carlos Martínez, que es quien se va a presentar a las elecciones contra Mañueco», señalan fuentes de los socialistas castellanoleoneses. No hay más que repasar las declaraciones de unos y otros para concluir que el tono y el fondo de Martínez no es ni de lejos el mismo que el de Puente u otros dirigentes nacionales del PSOE.
De igual forma se pronuncian los interlocutores del PP de la comunidad. «Forzar la comparecencia inmediata de los ministros en el Congreso esta misma semana, cuando el PP de Castilla y León sostenía que había que esperar al final de los incendios para la comparecencia del presidente de la comunidad, no es coherente. Tampoco las palabras de Elías Bendodo fueron acertadas. La directora de Protección Civil se descalificaba sola por el tono».
Aunque ha dado la impresión de que Feijóo presionó a los presidentes de las comunidades para elevar el tono del discurso que hasta su aparición era institucional, fuentes del PP de Castilla y León lo niegan: «No hubo presiones de Feijóo». Aunque añaden: «La pelea nacional está desmandada y nos condiciona». El PP de esta comunidad, el de Galicia o el de Extremadura también han tenido que bregar con la petición del PP de Madrid. Mientras Mañueco, Rueda o Guardiola rechazaban la declaración de nivel 3 para que el Gobierno tomara el mando de la catástrofe, Ayuso pidió que se debatiera.
A la vuelta de septiembre empezará una precampaña electoral muy dura en Castilla y León. El PSOE cree haber abierto una brecha en la hegemonía total del PP, y el PP está dispuesto a defender la plaza rechazando las acusaciones de una gestión deficiente de los montes y los recursos contra incendios. Desde el Gobierno regional se pide una reflexión conjunta PP-PSOE sobre la necesidad de dotar de más recursos a la Protección Civil y mejorar la coordinación. «Pedimos más recursos porque los necesitábamos, en general, la colaboración institucional con el Gobierno central y los ayuntamientos ha funcionado bien, en una situación excepcional y nunca vista».
MANIFESTACIONES
«Mañueco y el PP creían que la campaña iba a ser un paseo militar. Ha quedado claro que la gestión de los incendios es competencia autonómica y el espejo devuelve a Mañueco una imagen distinta a la de antes del verano. Hay un sentimiento de cabreo que no existía hace un mes, hemos visto a los alcaldes llorar y a la gente dejándose la piel. Pero, si no somos capaces de hacer propuestas claras y viables para estas zonas de España y de corregir algunos errores, no aprovecharemos la oportunidad que nos da la debilidad que se ha visto en la gestión de la Junta», señalan fuentes del PSOE de Castilla y León.
Por su parte, el PP -que gobierna la comunidad en solitario, tras la ruptura de la coalición decidida por Vox- reconoce que las manifestaciones en lugares poco dados a este tipo de protestas como La Bañeza, Valladolid, Soria o Burgos no son plato de gusto para el Gobierno de Mañueco.
Aunque matizan que son una respuesta de la izquierda, que lleva años muy desmovilizada, a las manifestaciones muy numerosas contra Pedro Sánchez. «Ahora creen haber encontrado la oportunidad de desgastar al Gobierno del PP, aunque ya veremos cómo evolucionan los acontecimientos. Nos hemos volcado, las ayudas aprobadas están siendo bien recibidas y la Junta está muy presente en el territorio», señalan fuentes del PP.
Portavoces de la crisis de los fuegos
La comunicación en tiempo de catástrofes o crisis ha sido decisiva siempre, pero lo es más aún en la época digital, donde las imágenes mandan y dictan sentencia sobre el éxito o el fracaso. Los incendios de agosto tuvieron angustiada a la opinión pública, ávida de datos sobre la evolución del fuego. Sobre todo en las zonas afectadas, pero no sólo. Algunos portavoces de la crisis han hecho un papel destacado, sin polémicas de partidos y sin salirse del tono institucional. Abel Bautista, consejero de Presidencia del Gobierno extremeño que preside María Guardiola, ha sido uno de ellos. Informó a diario y con detalle de la evolución de los incendios en la zona de Jarilla y cuando le preguntaban sobre la actuación del Gobierno central, eludió las críticas y alabó la colaboración de todas las administraciones. También numerosos alcaldes de localidades afectadas, tanto del PP como del PSOE, supieron dar cuenta a los medios de toda España del trabajo y el dolor de los vecinos.