Publicado: noviembre 22, 2025, 9:07 am
La primera obra pública que consiguió la trama de Koldo García y Santos Cerdán en el Ministerio de José Luis Ábalos detectada por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil es una adjudicación estatal de 92 millones en La Rioja. Constituye un inicio de la operativa para conseguir obras del Estado a cambio de mordidas con un procedimiento chusco con tinte caribeño.
El modus operandi en esta adjudicación incluye extravagancias como que uno de los empresarios firmantes contrató a Servinabar alrededor de un mes antes de conocer a «la consultora» o que la UCO no encuentra 100.000 euros de los dos millones de la mordida que creen que obtuvo la trama.
El informe de la UCO no habla en esos términos, pero sí resalta que «cabe recordar que esta obra es una de las que, según Koldo García y Santos Cerdán, habrían generado una contraprestación para José Luis Ábalos y su asesor».
Memorándum de entendimiento que se apresuraron a firmar Acciona y Servinabar en diciembre de 2018 tras anunciarse la licitación de la obra de La Rioja
EL MEMORÁNDUM
La caza de la primera presa de la trama con José Luis Ábalos ya al frente del Ministerio se activó el 15 de diciembre de 2018 con la licitación de esta obra riojana en la Autovía A-68 en el tramo Arrúbal-Navarrete con cerca de 100 millones en juego. Ya a primeros de octubre -tres meses después del cambio de Gobierno- el Ministerio de Ábalos había dado un primer paso y el entonces delegado de Acciona en Navarra, Fernando Merino, estaba más pendiente aún que Koldo García -el asesor de Ábalos- sobre el inicio del concurso, según los mensajes en poder de la investigación. Apenas cuatro días después de aquel anuncio de licitación, Acciona y la desconocida empresa navarra Servinabar -con Cerdán con un 45% del capital- suscribían el 19 de diciembre un memorándum de entendimiento «para trabajar conjuntamente y desarrollar exitosamente la oportunidad de negocio».
En el anexo figuraba ya la comisión que se llevaría Servinabar y que superaría los dos millones de euros por diversos conceptos.
EL DISFRAZ
El memorándum contenía un anexo con la cifra a pagar a Servinabar por una serie de conceptos que la UCOda a entender que eran un disfraz de la mordida. El pago comprometido fue de 2,028 millones de euros, de los cuales se asignaron 888.255 por «servicios de prevención de la obra» y 171.920 por «instalaciones de higiene y bienestar», entre otros conceptos de difícil rastreo como para saber si fueron reales.
Cinco meses después, en abril de 2019, el entonces director general de Carreteras, Javier Herrero, informó a Koldo García que «Bingo!!!», porque la obra se la iba llevar Acciona.
EL «BINGO!!!»
El 4 de abril, Cerdán presionaba a Koldo y a Ábalos para que la obra saliera adelante para la oferta de Acciona y, el 22 de abril, el director general de Carreteras del Ministerio, Javier Herrero, confiaba al asesor del ministro la buena nueva. «Bingo!!! En Logroño», en alusión a que la oferta de Acciona había salido bien parada de la Mesa de Contratación. El asesor de Ábalos avisó de inmediato a Cerdán: «Ya está en La Rioja hecho». Así fue, aunque aún hubo que esperar a septiembre para que la Unión Temporal (UTE) de Empresas de Acciona y Aquaterra se adjudicara ya formalmente la obra por 92 millones de euros.
Koldo avisó de inmediato a Cerdán.
EL CONTRATO
Era el momento de cumplir con Servinabar y el 22 de octubre la UTE de Acciona y Aquaterra contrataba a la consultora navarra por los 2,028 millones previstos previamente «para la realización de labores de gestión y salud». La cifra, suponía el 2,19% del valor total de la adjudicación en una primera muestra, según la UCO, de lo que iban a ser las comisiones de la empresa navarra con Acciona Construcción en el resto de obras. Un 2% del total siempre fuera cual fuera. Es llamativo que los directivos de Acciona investigados -y despedidos y suspendidos ya en su empresa- clavara en su memorándum inicial de diciembre la cifra que equivaldría al 2% de la oferta que resultaría ganadora en el concurso público posterior del Ministerio.
En octubre, tras ser adjudicada la obra, se firmó ya el contrato confirmando los 2 millones, el 2,19% del concurso.
CONTRATADO A CIEGAS
Los investigadores resaltan que uno de los firmantes del contrato de Servinabar lo hizo sin conocer a quién iban a pagar dos millones de euros.El 15 de noviembre de 2019, el directivo de Acciona que había llevado la negociación, Tomás Olarte, puso por un correo a Antxón Alonso, el principal accionista de Servinabar, con Juan de Dios Fernández Quesada, el consejero delegado de Aquaterra. «Buenos días a los dos. Pongo este correo para presentaros de cara a una posible colaboración», escribió Olarte. «Juan de Dios es nuestro socio en la UTE Variante de Logroño y Antxón es de Servinabar». La UCO llama la atención del juez sobre que «resulta llamativo que la presentación entre ambas partes se produjese con posterioridad a la firma de un contrato de prestación de servicios en el que la propia Aquaterra ya constaba como contratante de los servicios de Servinabar».
LO MÁS CARO, LO GENÉRICO
Acciona Construcción argumenta que todos los pagos a Servinabar están soportados por facturas. En esta obra cero con el Gobierno también hay facturas, aunque la UCO alerta sobre que las cifras más altas responden a los conceptos más nebulosos. Ponen como ejemplo que ya el 8 de enero de 2020, Antxón Alonso pasó una factura a la UTEde 608.408 euros por el difuso concepto de «gestión seguridad y salud». Y otra en agosto de ese año de 28.753 euros, por, entre otros servicios concretos, el de aportar «una mesa de madera para diez personas» o «un panel metálico reflectante». Según la UCO «cabe destacar» que es «mucho más elevado el importe de la factura de la conceptuación genérica que el de la factura con conceptos más específicos».
EL 52%, GANANCIA
En 2023 , Servinabar envió la última factura liquidatoria y, según la propia contabilidad de Servinabar, «los beneficios derivados de los ingresos» entre 2020 y 2o23 por la obra riojana fueron 850.961 euros. Por tanto, «el 52,62 de beneficio sobre el total facturado». Es un porcentaje muy difícil de conseguir en cualquier sector industrial para un proveedor que presta servicios reales a un contratista.
NO CUADRAN LAS CUENTAS DE LA OBRA
La guinda final de esta oscura operativa es que no cuadran las cuentas, según los investigadores. La presunta mordida pactada eran los citados 2,028 millones de euros, pero en las cuentas de Servinabar sólo se han encontrado ingresos procedentes de esta obra por valor de 1,928 millones de euros. Es decir, faltan 100.000 euros de los pactados que no han llegado a cuenta alguna de la empresa navarra y de los que la UCO no tiene explicación.





