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La manta del doctor Chimbote

Publicado: marzo 6, 2025, 12:07 am

Vamos camino de concluir que hay una empresa pública para cada miembro de la trama. De momento hemos conocido chanchullos de tres -Ineco, Tragsa [y su filial Tragsatec] y Emfesa-, aparte de la ONG Fiadelso, fundada por Ábalos, cuyas subvenciones públicas sirvieron para organizar un seminario académico, coronado con la investidura del ex ministro como doctor honoris causa por la Universidad de San Pedro de Chimbote, en Perú. Declaró ante el juez el hermano de Koldo, enchufado en Emfesa: reconoció que sus viajes a Santo Domingo eran de placer y «más placer»; además, le interesa el «tema de los puros». También compareció ayer como testigo la ex presidenta de Adif, que mostró su extrañeza por encontrarse a todas horas con Aldama en el Ministerio, donde se necesita acreditación para entrar. Cuando Isabel Pardo de Vera se lo comunicó Ábalos, Aldama se esfumó; no lo volvió a ver por allí.

Ábalos y su lugarteniente Koldo se interesaron por dos adjudicaciones de obra concretas a empresas del listado aportado por Aldama en su declaración judicial. Asimismo, el ex ministro y ex todopoderoso número dos de Sánchez le preguntó a Pardo de Vera por los procedimientos de contratación que seguía la empresa. Jéssica R. acabó contratada por Tragsatec, dependiente del Ministerio de Planas. La Sepi, dependiente de Montero, mantiene abierto el expediente para examinar si en los procesos de contratación pública se siguieron o vulneraron los principios y requisitos de igualdad, mérito y capacidad. El presidente del grupo Tragsa, Jesús Casas, dejó su palabra por escrito: Jéssica R. fue contratada con arreglo a Derecho pero no fue a trabajar ni un solo día. El mochuelo del absentismo laboral de la pareja por catálogo de Ábalos lo cargó una empleada. Aunque Casas subrayó en un correo que la responsabilidad recae, en todo caso, sobre Adif, titular del proyecto encargado a Tragsatec.

Los cuadros y diputados del PSOE están inquietos. Moreno, el jefe de Gabinete de Montero, ya reconoció antes de ayer reuniones con Aldama. Sus ex compañeros saben que Ábalos es tóxico. Así que exteriorizan la ruptura emocional. Trasladan que se acabó y le harán el vacío. Ya lo han manifestado otras veces y siempre ha servido para ganar tiempo en momentos y situaciones aparentemente límite para Ábalos. Esta vez, el desaire, menosprecio y desdén de los diputados socialistas coincide con el rechazo del recurso presentado por Ábalos ante el juez, que mantiene las medidas cautelares.

Cuando Ábalos sufre un episodio de flaqueza, el partido le desafía. La desconsideración es un mecanismo de tortura psicológica. Ábalos teme la completa y absoluta soledad, el vacío, el aislamiento. Sabe que es un apestado, pero mantiene conciencia de grey: «Son 43 años, joder, el partido, la identidad», se lamentó lloroso en la tele al principio de todo. La corporación de Sánchez es fuerte, Ábalos es débil. Ese es el mensaje que traslada Cerdán cada cierto tiempo: «El partido te expulsa porque te protege; abjura de ti por generosidad». Y Ábalos, cumple.

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