Publicado: octubre 26, 2025, 12:22 pm
En junio de 2025, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos aprobó el primer tratamiento preventivo contra el VIH que se administra con una sola inyección cada seis meses . El fármaco, lenacapavir , ha demostrado en ensayos clínicos una eficacia del 99,9% para evitar la infección por vía sexual, lo que marca un hito histórico en la lucha contra el virus causante del sida . Hasta ahora, la estrategia preventiva más extendida era la profilaxis preexposición ( PrEP ), que consiste en tomar una pastilla diaria de medicamentos antirretrovirales para reducir el riesgo de contraer el VIH . Este método, disponible desde 2019 en países como España, puede reducir el riesgo de infección hasta en un 99%, siempre que se mantenga una adherencia constante. Sin embargo, su eficacia disminuye de forma significativa cuando las dosis se olvidan o se abandonan. Para muchas personas, la rutina diaria o la falta de acceso regular a servicios de salud ha sido una barrera. Por ello, el desarrollo de un tratamiento de larga duración como lenacapavir responde a una necesidad urgente: una alternativa eficaz para quienes no pueden -o no desean- tomar una pastilla todos los días. Lenacapavir pertenece a una nueva clase de antirretrovirales conocidos como inhibidores de la cápside, que atacan la envoltura proteica que protege al virus e impiden su replicación en múltiples fases del ciclo vital. A diferencia de la PrEP oral, el medicamento se administra mediante una inyección subcutánea solo dos veces al año. Los resultados de los ensayos clínicos PURPOSE 1 y PURPOSE 2, publicados en The New England Journal of Medicine, fueron contundentes. En el primero, realizado con más de 2.100 mujeres cisgénero en África subsahariana, ninguna de las participantes que recibió lenacapavir contrajo el virus. En el segundo, con más de 2.000 hombres cisgénero y personas de género diverso en siete países, solo se registraron dos infecciones. En total, el fármaco logró una eficacia cercana al 100 %, superando incluso a la PrEP oral estándar . La inclusión de participantes de diversas procedencias fue uno de los pilares del desarrollo de lenacapavir. Los estudios se realizaron en 88 centros de investigación distribuidos en América Latina, África, Asia y Norteamérica, incluyendo poblaciones racial, étnica y de género diversas, históricamente subrepresentadas en los ensayos clínicos. Tras el aval de la FDA, la Comisión Europea (CE) también aprobó la comercialización del fármaco para su uso en adultos y adolescentes a partir de 35 kg de peso. Se trata de la primera y única PrEP de administración semestral autorizada en los 27 Estados miembros de la Unión Europea, además de Noruega, Islandia y Liechtenstein. El Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea de Medicamentos evaluó la solicitud por procedimiento acelerado, destacando el interés público de la terapia. La aprobación otorga además un año adicional de protección de mercado, al considerarse que ofrece un beneficio clínico significativo respecto a las opciones previas. «Lenacapavir no es un medicamento más, ni siquiera es una opción de una altísima eficacia para prevención del VIH. Significa que podamos hablar por primera vez de la posibilidad de acabar con una pandemia que tiene cuarenta años de historia y que se ha cobrado la vida de 40 millones de personas en todo el mundo», destaca María Río, vicepresidenta & General Manager para España & Portugal de Gilead Sciences. Este hito, añade Río, «es la culminación de dos décadas de investigación y tras haber desechado más de 4000 moléculas. Es una prueba de nuestro compromiso con la enfermedad y de nuestra apuesta por la ciencia». Recibir solo dos inyecciones al año para prevenir el VIH ofrece ventajas claras frente a los métodos actuales. Mejora la adherencia, al evitar la rutina diaria de pastillas o las visitas frecuentes al centro de salud, algo especialmente útil para jóvenes o personas con barreras de acceso. También reduce el estigma: al no tener que llevar medicación visible, muchos valoran esta opción como más privada y discreta. Por otro lado, al liberar el fármaco de forma sostenida, garantiza una protección continua . «El impacto potencial de esta innovación es enorme», señala Pablo Ryan Murúa, profesor de Medicina de la Universidad Complutense y presidente de Seisida. «La combinación de eficacia, comodidad y discreción puede aumentar significativamente la aceptación de la PrEP entre quienes hoy no la utilizan. Pero no debemos olvidar que lenacapavir solo protege frente al VIH, por lo que sigue siendo fundamental usar preservativo y mantener otras medidas preventivas». El especialista añade que este tipo de formulaciones «marcan el camino hacia una nueva generación de herramientas preventivas más accesibles y sostenibles en el tiempo». A pesar del entusiasmo, el acceso equitativo sigue siendo el gran reto. El precio del fármaco puede resultar inaccesible para muchos sistemas de salud de países de ingresos bajos y medios, que concentran la mayoría de las nuevas infecciones. Organismos como ONUSIDA han advertido que una innovación solo tiene sentido si llega a quienes más la necesitan. «Estamos ante un avance científico indiscutible -afirma Ryan Murúa-, pero su impacto real dependerá de que se garantice un acceso global y asequible. De poco sirve una eficacia del 99% si las poblaciones más vulnerables no pueden acceder al tratamiento». Gilead, destaca Río, «ha puesto en marcha un programa de acceso gracias al cual, por primera vez en la historia un fármaco va a estar disponible a la vez en EE.UU. y en los países en vías de desarrollo gracias a acuerdos de licencias voluntaria con compañías de genéricos. Además, hasta que estas compañías estén listas y sean capaces de producirlos, durante ese tiempo garantizaremos 2 millones de tratamiento sin beneficio durante los próximos tres años». Pero además del coste, la implementación logística también será un desafío: administrar una inyección semestral requiere sistemas de salud con capacidad de seguimiento, pruebas periódicas de VIH y personal formado. Gilead ya trabaja en una versión intramuscular anual y en modelos de autoinyección, similares a los dispositivos de insulina, para facilitar su uso en comunidades con escaso acceso sanitario. Si se superan las barreras de coste y distribución, lenacapavir podría marcar el comienzo de una nueva era en la prevención del VIH. Como concluye Ryan Murúa, «la ciencia ha hecho su parte; ahora le toca a la sociedad y a los gobiernos garantizar que este avance se traduzca en un impacto real y duradero».
