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Algunos organismos del país perderán en las próximas semanas su autonomía y, en otros casos, se fusionarán para atender varias de las labores y objetivos que actualmente tienen, un movimiento que podría agilizar parte de las discusiones que tendrá México con Estados Unidos y Canadá en la revisión del T-MEC.
El nuevo organismo y sus implicaciones
La presidenta Claudia Sheinbaum pasó de proponer la eliminación total de varios reguladores, a través de una reforma constitucional, a considerar la creación de un nuevo organismo que retome funciones del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece). “Hemos sugerido a los diputados incluir en la propuesta de reforma un organismo con independencia técnica”, afirmó la mandataria en su conferencia del 6 de noviembre. Dicha sugerencia presidencial allanará el camino en un sector que formará parte de las discusiones del T-MEC a partir del próximo año, pues el artículo 18, sección 17 del acuerdo exige que cada país “asegure la independencia” de su regulador de telecomunicaciones. “La presidencia de Trump endurece la revisión del T-MEC, y uno de los temas más delicados es el rediseño institucional en México, que incluye al Poder Judicial y a los organismos autónomos. Ahora surge la necesidad de garantizar cierta independencia en estos sectores”, explicó Lucía Ojeda, experta en competencia económica. Desde 2014, el IFT ha funcionado como un regulador independiente en telecomunicaciones y radiodifusión, con competencias en áreas como telefonía, televisión de paga y licitaciones de espectro radioeléctrico. La Cofece ha actuado como el ente antimonopolios, vigilando el abuso de poder de mercado en beneficio de la competencia. La propuesta de Morena fusionaría al IFT y la Cofece en una Comisión Federal de Competencia (Cofeco), regulador que existió hasta 2013 bajo la Secretaría de Economía y fue eliminado con la reforma constitucional de telecomunicaciones. Aunque el nuevo organismo busca ser independiente, persisten dudas sobre su autonomía real. La creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, que tendría rango de Secretaría, asumiría parte de las facultades actuales del IFT, lo cual podría comprometer la independencia técnica en las decisiones regulatorias. Según Adolfo Cuevas, excomisionado del IFT, para evitar conflictos de interés y garantizar el cumplimiento del T-MEC, el nuevo organismo debería operar de forma independiente de la Agencia de Transformación Digital. La autonomía del regulador ha sido esencial para atraer inversión, expandir redes, aumentar la competencia y reducir precios. “El nuevo ente debería funcionar como un órgano desconcentrado, con autonomía técnica, presupuestaria y de gestión, similar a cómo operaban la Cofetel y la Cofeco”, sugiere Cuevas. La posible eliminación de los organismos autónomos podría frenar el avance logrado en el sector telecomunicaciones desde la reforma de 2013 y generar incertidumbre en una industria ya en dificultades para implementar el 5G, además de afectar a los 1,400 empleados del IFT.
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