Publicado: septiembre 25, 2025, 4:07 pm

Estaba este jueves Santiago Abascal en el plató de Telecinco mientras, en la Sala Pérez Llorca del Congreso, el secretario general del grupo parlamentario Vox, José María Figaredo, presentaba un informe sobre «la inmigración y su impacto económico negativo en el Estado del Bienestar». El presidente del partido, entrevistado en El Programa de Ana Rosa, insistía en su mensaje de que «España no necesita más inmigrantes», exponiendo sus tesis habituales. «Vienen aquí, se les suelta por las calles, entran en centros donde son mantenidos con el dinero de los españoles y traen la guerra a las calles de España», ha llegado a decir. Y, a la vez, dirigentes de su formación se congregaban en el Congreso para defender que la inmigración «empeorará» la situación económica del país.
Los recelos de Vox a la llegada de personas de fuera cada vez abarcan un abanico mayor de tesis: porque vienen de forma irregular, porque delinquen, porque «no se adaptan»… Y ahora también porque «lo más probable es que la inmigración tensione el Estado del Bienestar». Es la repercusión económica de las personas extranjeras lo que ahora pone Vox en el foco, a través de un estudio elaborado por la fundación que preside Abascal, Disenso, y que se ha presentado este jueves en un acto con dirigentes del partido.
El informe cuantifica la contribución neta al Estado que hacen los inmigrantes, contraponiendo su aportación a las arcas públicas -vía cotizaciones sociales mientras trabajan, e impuestos directos e indirectos- con los gastos que suponen a la Administración -pensiones, sanidad, educación…-. La conclusión que recoge el estudio es que «solo aquellos inmigrantes que superan el umbral de los 45.000 euros anuales [de ingresos] presentan saldos fiscales positivos».
El estudio pretende desmontar el argumento de que «la inmigración es la solución económica a nuestro grave problema demográfico», una tesis que la fundación tilda de «narrativa optimista». «La pregunta relevante no es si los inmigrantes contribuyen al sistema de pensiones -evidentemente lo hacen durante su vida laboral-, sino si esta contribución compensa el conjunto de costes que generan a lo largo de todo su ciclo de vida», señala el informe.
Así, el documento apunta a que la inmigración no cualificada, «el grueso de la que ha recibido España», «tiende a generar mayores gastos a largo plazo y una contribución [económica] negativa». La fundación señala, pues, la llegada de personas con poca formación como el origen del «impacto económico negativo» que aprecia en la inmigración.
En el documento presentado este jueves, Disenso indica que incluso las personas de origen extranjero que han nacido en España y que trabajan desde los 22 años generan una «contribución negativa» a la economía si cobran menos de 45.150 euros al año. No matiza, sin embargo, que este mismo efecto lo genera un español en las mismas condiciones. En el caso de quienes vienen a España con 18 años, el informe señala que su llegada «compensa» a las arcas públicas si cobra más de 31.670 euros.
El informe no niega que una persona española con esos mismos datos salariales también tendría un saldo neto negativo con las arcas públicas a lo largo de su vida. Así, el argumento que esgrime la fundación para, con estos datos, hablar de «impacto económico negativo» de la inmigración es que la población que llega de fuera está «sobrerrepresentada» en los empleos con peores sueldos. «Los datos indican que seguir recibiendo inmigración poco cualificada no resolverá nuestros problemas fiscales: los empeorará», concluye el documento, un argumento que los dirigentes de Vox ya incluyen también en su discurso migratorio.
El Ministerio insiste en el «impacto neto positivo» de la inmigración
Ante la publicación del informe de la fundación Disenso sobre el «impacto económico negativo» de la inmigración en la economía, desde el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones quisieron ya ayer «aclarar» que distintos organismos internacionales han señalado que la llegada de extranjeros «tiene un impacto neto positivo en el crecimiento económico y en la sostenibilidad de los sistemas de protección social (como las pensiones)».
Fuentes de la cartera que dirige Elma Saiz niegan que el coste general de la inmigración sea mayor que su aportación y también desmienten que las prestaciones que reciben quienes vienen de fuera sean mayores que su contribución a las arcas públicas.
Y, ante el argumento de que los migrantes tienen mayor presencia en puestos de trabajo menos cualificados, el Ministerio señala que en los últimos meses «se ha registrado un crecimiento constante de afiliados extranjeros en actividades de alto valor añadido», como son las del sector financiero, científico, técnico y de información y comunicaciones -según datos de la Seguridad Social-.
«La política migratoria impulsada por el Gobierno de España no solo refuerza la cohesión social, sino que también contribuye al crecimiento económico, la innovación y la competitividad del país», trasladan desde el Ministerio, y añaden: «Lo que sí supone una merma para nuestra economía es el gran coste del racismo y la xenofobia». Este, según sus cálculos, «impacta en 17.000 millones de euros, un 1,3% de nuestro PIB».