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La defensa de Sánchez contra los «jueces que hacen política» se resquebraja tras el varapalo en Badajoz

Publicado: septiembre 24, 2025, 6:07 am

Hace hoy exactamente 17 meses, el 24 de abril de 2024, Pedro Sánchez dejó plasmada por escrito la tesis que él mismo, y el Gobierno en su conjunto, esgrimiría a partir de entonces ante cada paso que la Justicia diera en las investigaciones a sus familiares. «Soy consciente de que denuncian a Begoña [Gómez] no porque haya hecho algo ilegal, ellos saben que no hay caso, sino por ser mi esposa», defendió en la carta a la ciudadanía que publicó después de que el juzgado abriera por primera vez diligencias contra su pareja.

Aquel argumento de defensa se extendería al caso de su hermano, David Sánchez: «¿Qué es lo que se ve aquí claramente? Un señalamiento hacia una persona que el único delito que ha cometido es ser hermano de un presidente progresista», dijo la ministra portavoz, Pilar Alegría, en febrero de este año. Y Sánchez, hace solo unas semanas, insistió en esa tesis, concretando ya también su crítica a los jueces que investigan los casos de su entorno: «Hay un problema de desempeño, de instrucción, de pena del telediario que están pagando dos personas por el mero hecho de ser familiares míos».

Sin embargo, la confirmación de que el hermano de Pedro Sánchez se sentará en el banquillo acusado de los delitos de prevaricación y tráfico de influencias resquebraja la tesis que el presidente del Gobierno, y por extensión sus ministros, vienen defendiendo en este tiempo. El argumento de que «no hay caso» y de que las investigaciones solo se producen porque David Sánchez y Begoña Gómez son familiares del jefe del Ejecutivo ya no se sostiene, al menos no para el primero de ellos: «Existen indicios suficientes expuestos por el auto recurrido sobre el presunto carácter delictivo de las conductas imputadas», reza la resolución de la Audiencia Provincial de Badajoz, que avala la decisión de la magistrada Beatriz Biedma de enviar a juicio al hermano de Sánchez.

El primer argumento que esgrimió el presidente del Gobierno en defensa de sus familiares apuntaba al origen de las investigaciones: aquel 24 de abril de 2024, antes de tomarse cinco días para «reflexionar», Sánchez criticó que la apertura de diligencias a Gómez venía «a petición de una organización ultraderechista» y lo enmarcó todo en una «operación de acoso y derribo por tierra, mar y aire» para hacerle «desfallecer en lo político y en lo personal».

Esta crítica la ha sostenido el jefe del Ejecutivo, y sus ministros, desde entonces, extendiéndola al caso del hermano de Sánchez. El presidente del Gobierno insistió en ello en la entrevista que concedió a TVE el pasado 1 de septiembre: «Esto proviene de denuncias falsas, de recortes de prensa, de organizaciones ultraderechistas que se presentan en determinados juzgados para abrir una causa, en este caso contra familiares como mi hermano y mi esposa».

Pero los pasos dados por la Justicia resquebrajan este argumento. Si bien es cierto que las denuncias que originan las investigaciones al entorno del presidente del Gobierno surgen de organizaciones de derecha y ultraderecha -el sindicato Manos Limpias en el caso de su hermano-, el transcurso del procedimiento contra David Sánchez ha revelado que hay «indicios» para seguir indagando, hasta el punto de llevarle a juicio.

Así, a raíz del avance de las causas, la tesis de defensa expuesta por el presidente ha virado en cierta medida: de criticar las denuncias que originan los casos a poner el foco en quienes conducen la investigación. Esto es, en los magistrados. «Aun pensando que la inmensa mayoría de jueces y fiscales de nuestro país hacen bien su trabajo y cumplen con la ley, con la misma rotundidad digo que hay jueces que no», afirmó en TVE hace unas semanas, en referencia implícita a los casos de su esposa y su hermano. «Hay algunos jueces que están haciendo política», subrayó días después en una entrevista en el medio británico The Guardian.

Aquella acusación de lawfare, que Sánchez acotó a «la minoría» de los magistrados, queda también cuestionada tras la confirmación de que su hermano se sentará en el banquillo. Fue la jueza de Instrucción del Juzgado nº3 de Badajoz, Beatriz Biedma, quien el pasado 22 de mayo emitió un auto en el que enviaba a juicio a David Sánchez. Su decisión, apoyada en las diligencias conducidas durante el procedimiento, ha venido además avalada por otros jueces. La Sala de la Audiencia Provincial de Badajoz presidida por José Antonio Patrocinio e integrada por los magistrados Emilio Francisco Serrano, María Dolores Fernández y José Antonio Bobadilla rechazó ayer todos los recursos interpuestos al auto dictado por Biedma, ratificando así su decisión de sentar en el banquillo al hermano del presidente del Gobierno.

No es la primera vez que la Audiencia de Badajoz respalda la actuación de Biedma en el marco de este caso. El pasado marzo ya rechazó los dos recursos con los que David Sánchez intentaba impedir que la investigación sobre la creación de su puesto de trabajo en la Diputación se extendiera a la contratación de un asesor de La Moncloa. La Audiencia consideró que Biedma había justificado de manera «exhaustiva» la necesidad de reclamar información sobre esta rama del caso. Incluso la Fiscalía respaldó las nuevas diligencias emprendidas por la jueza respecto al ex asesor de La Moncloa, oponiéndose al recurso presentado por la defensa de David Sánchez -pese a que luego el Ministerio Público pediría que se archivara el caso-.

Así, la resolución emitida ayer por los magistrados de la Audiencia de Badajoz, que avala la decisión de Biedma de sentar al hermano del presidente en el banquillo, debilita el argumentario expuesto por Pedro Sánchez por varios flancos. Uno más: no solo su familiar irá a juicio, también el secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, y el ex asesor de La Moncloa. Por tanto, la investigación no es solo contra su entorno personal, como denuncia.

Hay pocos precedentes de una situación similar. Alfonso Guerra dimitió como vicepresidente del Gobierno en 1991, con su hermano ya señalado por un caso de corrupción -aunque Guerra desvinculó su renuncia de esto-. Sánchez, por ahora, insiste en la «inocencia» de su hermano.

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