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La dana también enfangó la política española

(Foto de ARCHIVO) El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, durante su visita a una zona afectada por la DANA, a 3 de noviembre de 2024, en Paiporta, Valencia, Comunidad Valenciana (España). Los Reyes han visitado, junto al presidente del Gobierno y presidente de la Generalitat valenciana, algunas de las zonas afectadas por la DANA, que el pasado 29 de octubre arrasó la provincia de Valencia y que deja ya una cifra de más de 210 fallecidos. Carlos Luján / Europa Press 03/11/2024

Publicado: octubre 29, 2025, 9:07 am

La herida física y emocional que aún sigue abierta en la mitad de L’Horta Sud de Valencia se corresponde con la propia herida de la política española. Un año después, ya sabemos que la dana no sólo llevó a la muerte a 237 personas, destruyó pueblos, causó un dolor inconmensurable y acabó con los sueños de miles de valencianos. También inició una etapa nueva de definitivo envenenamiento del debate político cuyas huellas de contaminación han permeado con el paso de los meses.

Sólo en una clave absoluta de frivolidad e irresponsabilidad de quien tenía la obligación de hacerse cargo del dolor de la comunidad que preside puede explicarse que en el cabo de año de la tragedia, el dolor de las víctimas esté conviviendo con las noticias grotescas y sórdidas acerca de un presidente que acompañó al garaje a una periodista después de un almuerzo de cuatro horas en un restaurante ya icónico, el más famoso de España. Mazón estaba a sus cosas, tan tranquilo, mientras sus ciudadanos se ahogaban y llamaban a miles al 112, que depende de su Gobierno.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, durante la visita de los Reyes a Paiporta.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, durante la visita de los Reyes a Paiporta.EUROPA PRESS

Sin temor a equivocarnos, ya podemos concluir que la respuesta que los gestores de la política dieron a la mayor tragedia de las tierras valencianas fue auténtico abono para la antipolítica. «Sólo el pueblo salva al pueblo» es una consigna demagógica que, como tal, prendió esos días y aún no se ha apagado. La visita de los Reyes a Paiporta, en la que fueron increpados airadamente por los vecinos, estremeció en los despachos del poder. El riesgo de Estado fallido. Solo la intuitiva y empática reacción del Rey Felipe y la Reina Letizia evitó un mal mayor. El presidente autonómico, también expulsado de Paiporta, no ha vuelto a pisar la zona cero. El presidente del Gobierno, que abandonó el escenario corriendo tras un intento de agresión, tampoco ha pisado las calles mártires en un año. Alberto Núñez Feijóo se dejó caer un día de incógnito. Santiago Abascal, ni siquiera.

Pocas dudas caben de que los principales líderes políticos españoles y valencianos han presumido de la reconstrucción destinando recursos públicos, pero no han querido acompañar a los vecinos de aquellos pueblos en su luto. El acompañamiento del duelo lo han dejado en manos de los alcaldes, que se merecen un homenaje por haber suplido las carencias de otras administraciones. En parte por miedo y en parte por comodidad, la política nacional y autonómica ha estado alejada de los ciudadanos. Véase la ceremonia de Estado que se celebra en Valencia, organizada al milímetro para evitar que las víctimas le saquen los colores a Mazón. Tampoco sería descartable que el presidente Sánchez fuera objeto del enfado de los valencianos.

La Reina Letizia consuela a dos damnificadas durante su visita a Paiporta en noviembre.

La Reina Letizia consuela a dos damnificadas durante su visita a Paiporta en noviembre.EFE

Carlos Mazón llega al cabo de año triturado. Ha huido de su responsabilidad durante 12 meses, engañando sobre lo que hizo o no hizo el día d. No ha pedido perdón como Dios manda ni se le ha visto emocionado en ningún momento. Ha intentado situar la responsabilidad en el Gobierno central, con el apoyo de Núñez Feijóo se mantiene en su puesto y quien lo gobierna a él es Vox. Antes del verano, muy destacados dirigentes del PP pronosticaron que el apoyo a Mazón les costaba al menos dos puntos de intención de voto en toda España.

En este año, y sin que se les cayera de la boca la palabra reconstrucción, el presidente de la Generalitat valenciana y el presidente del Gobierno central no han celebrado ninguna entrevista ni encuentro. Tampoco los valencianos están muy contentos con Pedro Sánchez. El PSOE esperaba rentabilizar el desgaste del PP valenciano, pero no ha sido así. La candidata socialista y ministra, Diana Morant, no ha respondido a las expectativas de voto que tenía Sánchez cuando la situó como sucesora de Ximo Puig. La dana impulsó la antipolítica, el cuestionamiento de las instituciones y la desconfianza hacia los medios y la eficacia del Estado para defender a la población de este tipo de catástrofes. Y la antipolítica ahora se llama Vox. Abascal cuestiona el sistema mismo y su intención de voto ha crecido a ojos vista de todos en los últimos 12 meses. Lo tiene claro. No quiere compartir espacio con la política institucional y por eso no fue a la recepción del 12 de Octubre ni al cabo de año de Valencia. Así puede presentarse como alternativa al bipartidismo.

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