Publicado: junio 20, 2025, 10:07 pm

Hasta hace no tanto, Carlos Mazón pisaba arenas movedizas. Sin embargo, bajo sus pies comienza ahora a sentir el suelo firme. El informe de la UCO que ha puesto contra las cuerdas al PSOE por una presunta trama corrupta capitaneada por Santos Cerdán, e incluso el último coletazo del caso Azud, han dado aire al presidente de la Generalitat. Y si el barón del PP parece revivir contra todo pronóstico, la crisis que ha removido los cimientos del PSOE y del Gobierno deja también atrapadas a sus principales referentes en la Comunidad Valenciana: Diana Morant y Pilar Bernabé.
A punto de cumplirse ocho meses de la dana que dejó 228 fallecidos en Valencia, el tablero político en la Comunidad Valenciana empieza a moverse. Hay quien desliza en el Gobierno valenciano la posibilidad de que Mazón repita como candidato del PP. En tono de broma, pero ya es significativo cuando al presidente valenciano lo daban por amortizado en sus filas hace poco más de un mes.
Fuentes de la dirección del PP, sin embargo, admiten ahora que la crisis que tiene al PSOE en shock «quita el foco de Mazón por primera vez» en mucho tiempo. «La corrupción no es nunca una oportunidad, porque todos quedamos como chorizos cuando no todos somos iguales», lamentan estas fuentes. Pero se reconoce que Mazón puede ganar tiempo justo cuando lo necesita, tras meses de intenso ruido sobre una posible salida en verano que ahora se ve más lejana.
El punto de inflexión para Mazón vino de la mano del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y su ya famosa felicitación al presidente valenciano por el «buen trabajo» hecho. Aunque sin mencionar nada sobre su futuro político, lo cierto es que Feijóo se deshizo en elogios a Mazón en un reciente acto del partido en Alicante. Su espaldarazo al presupuesto de la Generalitat pactado con Vox no ha hecho sino dar alas a un Ejecutivo valenciano que pide ya abiertamente elecciones generales a Pedro Sánchez, o que habla de «trama del Gobierno» y no sólo de «trama del PSOE».
La UCO ha revivido a Mazón. Que la Guardia Civil haya señalado a Santos Cerdán, lugarteniente de Sánchez en el PSOE hasta hace dos días, como una de las personas clave en el presunto cobro de comisiones ha envalentonado al presidente de la Generalitat. En la última sesión de control a la que se sometió en las Cortes Valencianas, Mazón confirmó su cambio de estrategia para pasar definitivamente al ataque contra la izquierda. Incluso antes de que se desvelara el informe de la UCO en toda su dimensión, el presidente valenciano no dudaba en ironizar desde la tribuna: «Hoy podría recrearme en el bochorno…». Lejos de llevarse él los golpes, Mazón se dedicó a propinarlos.
En el PP valenciano, además, se quiere exprimir lo que ahora se considera la principal debilidad de las referentes del socialismo en la Comunidad Valenciana, Diana Morant y Pilar Bernabé. Ambas están atrapadas entre la fidelidad a Sánchez y la imposibilidad de articular un discurso propio que permita guardar las distancias.
Si la ministra alcanzó la Secretaría General del PSPV-PSOE tras interceder Santos Cerdán -para convencer a sus rivales de no plantar batalla-, la delegada del Gobierno ha sido aupada por el propio Sánchez, que la hizo secretaria de Igualdad del partido antes de lanzarla como candidata al Ayuntamiento de Valencia.
Ambas son indisociables del sanchismo cuando este cotiza a la baja, según interpretan en el PP. Morant, sin embargo, ha tratado de desligarse de Ábalos y Cerdán y en una carta a la militancia ha echado mano de los casos de corrupción del PP.
Así que en el PP valenciano creen que su apuesta de esperar a 2026 para dirimir el futuro del partido se justifica ahora más que nunca. La dirección del partido se está esforzando por visibilizar la unidad en torno a Mazón, al tiempo que traslada a Génova un mensaje: «El futuro del PP valenciano deben decidirlo los valencianos». Creen que aún hay tiempo.