Publicado: marzo 2, 2025, 7:07 am
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Hay un rastro que empieza en el Tribunal Supremo y que conduce a la sede del PSOE. Las declaraciones del ex ministro de Transportes, José Luis Ábalos; de su ex pareja, Jessica R.; de su asesor, Koldo García, o de los empresarios Carmen Pano y Víctor de Aldama en el marco del caso Koldo intensifican el foco en Ferraz. ¿Se ampliará el cerco de la investigación hacia el propio partido tras lo expuesto en el Supremo?
JOSÉ LUIS ÁBALOS
Sólo dos días antes de su declaración ante el Alto Tribunal, el ex ministro Ábalos aseguró en una entrevista con EL MUNDO que era «el cortafuegos del PSOE para que no afecte a nadie más» y ahondó: «El caso va a escalar». Todo parece indicar que dentro del propio partido hay más personas involucradas. Además, subrayó que el presidente, Pedro Sánchez, conocía alguna de las operaciones que se están investigando; notablemente la visita de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, al aeropuerto de Barajas: «Me dijo que adelante, que no me afectara». A las preguntas del magistrado Leopoldo Puente, Ábalos cargó el peso sobre su ex asesor, Koldo García, al que atribuye todo lo que tenga que ver con los pagos del piso de su ex pareja, Jéssica R., o el trato con Víctor de Aldama.
JÉSSICA
Desveló el jueves pasado que tras toda interacción con Koldo, siempre estaba el ex ministro. «Si me regalaban unas flores, aunque las trajese Koldo, eran de Ábalos», dijo en sede judicial. No sólo ratificó los indicios del delito de cohecho que se le imputa -entre otros- al ex ministro; también dibujó una línea hacia la sede socialista. Jéssica indicó no sólo que nunca fue a trabajar a las dos empresas adscritas, respectivamente, al ministerio de Transportes y al de Agricultura en las que el tándem Koldo-Ábalos la colocaron, sino que, cuando el asesor le estaba tramitando el alquiler de un piso, ella escogió el que «estaba cerca de Ferraz» y de su universidad.
CARMEN PANO
Sin que exista aún una evidencia que sostenga su testimonio, en su declaración esta semana como imputada ratificó la entrega de 90.000 euros, en nombre de Claudio Rivas, socio del comisionista de la trama, en la sede del PSOE «por orden de Aldama». Añadió que realizó el depósito en dos entregas de 45.000 euros -la primera, sola y en taxi; la segunda, acompañada de Álvaro Gallego, vinculado a Claudio Rivas-. De probarse los hechos, implicarían a Ferraz en las pesquisas del Alto Tribunal, además de trazar una nueva ruta de investigación por una posible financiación ilegal. Sin embargo, ese mismo día declaró Rivas, que negó haber dado dinero para entregar en el PSOE y se desvinculó de la trama. Aún así, el supuesto ménage à trois (Koldo-Aldama-Pano), sumado a Jéssica y compañía, parece atravesar la sede del PSOE en Ferraz de arriba a abajo.
VÍCTOR DE ALDAMA
Colocó sobre Ferraz una baliza, asegurando que existía una supuesta caja B en el PSOE. Describió así una red corrupta organizada que cobraba una «comisión por obra», entre un 1% y 1,5%, y de la que el ex ministro y su asesor se encargarían para derivar una parte a la formación. Los mensajes entre Koldo y algunos cargos socialistas –Torres, Maroto, Armengol-,o sus segundos de abordo –Montero, Torres de nuevo-, revelados anteriormente por EL MUNDO implican también al secretario de Organización, Santos Cerdán.
KOLDO GARCÍA
Todos los caminos por los que pasa llevan a Ferraz. Tanto Aldama como Ábalos apuntaron en su dirección para tratar pisos, visitas, whatsapps, contratos… y, a la luz del goteo de información, no parecen desencaminados. Afianzado su pujante rol en el ministerio de Transportes, queda por esclarecer su papel en la sede socialista. Respuesta que torpedearía la cada vez más debilitada línea de flotación del partido.