La "agonía" en Ourense, la provincia que más arde: 40 vecinos de Soutelo Verde esperan, pala en mano, a que "el fuego llegue" - España
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La «agonía» en Ourense, la provincia que más arde: 40 vecinos de Soutelo Verde esperan, pala en mano, a que «el fuego llegue»

Publicado: agosto 18, 2025, 8:07 pm

Actualizado Lunes,
18
agosto
2025

22:00

En Soutelo Verde, en el municipio ourensano de Laza, viven «en vilo» desde el viernes 15. A las cuatro de la tarde, las autoridades convocaron a todos los vecinos a una reunión en el local social para darles un aviso: «es posible que en 48 horas el fuego llegue al pueblo». Diez minutos después, recibían en todos móviles un mensaje de emergencia del sistema ES-Alert y comenzaban tres días de «agonía», en palabras de dos de estos ciudadanos, una pareja en la cuarentena que se ha pasado todo el lunes, batefuegos en mano, esperando la llegada del fuego a las puertas de la aldea.

En aquella reunión convocada por el alcalde, José Ramón Barreal, se definieron los planes para una potencial evacuación y recomendaciones por si el fuego llegaba. Prepararon puntos de recogida de agua y mangueras, reunieron palas batefuegos y material para atajar el fuego y todos los vecinos y vecinas dejaron listas mochilas con lo básico, documentación y medicinas «por si había que marcharse». Para facilitar esa posible huida, aparcaron los vehículos de la zona de la aldea más próxima a la montaña en la carretera principal de acceso, «para evitar embotellamientos» si había que arrancar a toda prisa.

Con todo listo, ya solo les quedaba esperar. «Son noches en vilo y pendientes de cómo poder atajar y evitar que se acerquen a la aldea», relata esta pareja. «Nos avisaron con 48 horas y el peligro llegó poco después de 24 horas», rememoran. Tras un sábado de transición, el domingo a las nueve de la mañana «el Ejército tomaba posesión de Soutelo». La UME llegaba con cinco vehículos para tomar posiciones y plantar cara a las llamas.

A las cinco de la tarde del lunes seguían al pie del cañón. A su lado, prestándoles «toda la ayuda que precisen», alrededor de 40 vecinos se han repartido el perímetro del pueblo. Esta pareja se situó en un punto del sur de la aldea a las 11 de la mañana y no se movió, el resto se distribuyeron rodeando las casas, siguiendo las recomendaciones de los profesionales, conscientes de que quiénes sabe enfrentarse a las llamas son ellos, pero dispuestos también a echar el resto para salvar sus hogares.

En otros pueblos de Ourense relataron en los últimos días falta de medios para hacer frente a esta ola de incendios, pero no es el caso de Soutelo. «Al haber por el resto de Ourense tantos incendios descontrolados, los medios están priorizando las zonas pobladas y, a veces, no llegan», reconocen, mientras el Gobierno central acaba de reforzar el despliegue de 200 militares y la Xunta insiste en reclamar más medios. A su aldea sí llegaron, tanto la UME como las BRIF y controlaron la situación.

Este lunes, sus esfuerzos se centran en intentar que el fuego llegue de forma controlada lo más cerca posible de las casas. Política de tierra quemada. «Se está aprovechando para que arda lo más próximo a la aldea, para que, en caso de que el viento cambie, no traiga un peligro nuevo a al aldea». Si ya ardió y luego el fuego vuelve, ya no habrá nada por arrasar y se librarán. «Pasan las horas sin poder hacer nada más que estar expectantes y estar pendientes de que consiga llegar el fuego a donde es necesario y que acabe esta tortura», relatan, «es una agonía, una sensación de querer hace algo y no poder hacerlo, a la espera de que esto acabe».

Los mayores incendios de la historia

La ola de incendios avanza descontrolada por la provincia de Ourense, con nueve fuegos activos y 69.000 hectáreas arrasadas, más en diez días que en la ola de incendios de 2017, y en todo aquel año. El viento es, en toda la provincia, el gran enemigo, el que convirtió el fuego de Chandrexa de Queixa y Vilariño de Conso en el mayor de la historia de Galicia, activo desde el viernes 8 y que ha arrasado 17.500 hectáreas de cinco localidades. Este lunes, sin embargo, el incendio de Larouco superaba al de Chandrexa de Queixa como el más grande pues según el último balance de la Consellería de Medio Rural, va por las 18.000 hectáreas.

En Soutelo Verde, sin embargo, «tenemos un gran aliado que es el viento, el que está en todo momento salvando al pueblo, haciendo que las llamas no vengan hacia él», reconocen estos vecinos. Su «miedo» es que ahora «haya un giro de viento» y lo complique todo.

El fuego que les mantiene sin dormir comenzó en Oímbra el martes 12, se unió a otro iniciado tres días después en Xinzo de Limia y ya suma 15.000 hectáreas y otros cinco ayuntamientos afectados, Monterrei, Cualedro, Verín, Laza y Trasmiras. En este fuego resultaron heridos tres brigadistas que siguen hospitalizados y fue detenido y enviado a prisión por su imprudencia un vecino de A Gudiña de 46 años que realizó tareas de limpieza y desbroce.

La realidad de Soutelo se repite por toda la provincia, aldeas que empiezan a quedar despobladas y rodeadas totalmente de naturaleza, caldo de cultivo para cualquier fuego. Aquí viven en invierno una treintena de vecinos, 150 durante el verano. Estos días, atrincherados en el perímetro de seguridad están unos y otros, muy concienciados en «no molestar a los profesionales y hacer lo que necesiten». «Si hay que moverles una manguera, si hay que hacer de mensajero…» y pendientes de los mayores. El domingo se evacuó en ambulancia a una persona de edad avanzada por causas de salud para llevarla a un lugar seguro.

Aquí no hay que lamentar daños personales ni de casas, como sí en otros puntos de la provincia, para los que la Xunta anunció que la próxima semana habilitará las primeras ayudas.

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