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Junqueras no da crédito a Rufián y rechaza su propuesta de construir un «frente común» con Podemos, BNG y Bildu

Publicado: julio 24, 2025, 2:07 am

Gabriel Rufián fue un invento político de Oriol Junqueras en los primeros años del procés. El líder de ERC vio en él a un chaval de barriada, descarado y de verbo punzante, que empezaba a revolotear por cenáculos y asociaciones independentistas en busca de un lugar en el mundo, la posibilidad de conectar con el joven votante castellanohablante y de la periferia barcelonesa: nietos de la inmigración de otros puntos de España llegados a Cataluña y habitualmente reacios a un proyecto nacionalista que consideran hostil.

Bajo la tutela de Junqueras y con el objetivo de sumar apoyos al procés en la periferia barcelonesa, Rufián fue escalando rápidamente en el partido, puliendo su discurso, su estrategia comunicativa y su imagen, algo canalla y simpática, hasta convertirse en una suerte de influencer y en la referencia de ERC en Madrid, donde actualmente tiene más apoyos que en Cataluña, al ser una voz aplaudida y jaleada por buena parte de la izquierda española por sus ataques al «régimen del 78».

Sin embargo, la sintonía política entre Rufián y Junqueras hace tiempo que se ha ido apagando, hasta el punto de que el presidente de ERC ha decidido desmarcarse sin disimulo de la propuesta de su portavoz en el Congreso de formar un «frente común» de la izquierda soberanista y «plurinacional». «A Junqueras ni se le pasa por la cabeza esta opción», subrayan a EL MUNDO fuentes del núcleo duro de la dirección republicana en Barcelona. Esta alianza electoral de ERC con Podemos, Bildu, el BNG y Compromís no gusta a Junqueras, pero sí cuenta con el aliento de Moncloa, ante la necesidad de contrarrestar, en las próximas elecciones generales, una debacle electoral de Sumar que pone en serio riesgo una mayoría absoluta que permita investir a Pedro Sánchez, con un nuevo aparato político a la izquierda del PSOE.

A pesar de este apoyo monclovita, la dirección de ERC ni avala ni comparte lo que califica de «ocurrencia» de Rufián. Insisten en presentar a su todavía portavoz en Madrid como un sujeto político con personalidad propia, dado a «ir por libre» y a expresar en público lo que serían únicamente «ideas personales».

Asimismo, estas fuentes republicanas añaden que ni Junqueras ni nadie con peso político en la dirección de ERC ve razonable intentar impulsar ahora, desde el independentismo catalán, una suerte de «operación reformista», como aquel intento fallido de constituir, a principios de los ochenta, un partido de centro y liberal para ocupar el espacio huérfano que dejó la desaparición de la UCD.

LOS PLANES DE JUNQUERAS

En pleno proceso de reconstrucción del partido, después del colapso provocado por la pérdida del Gobierno de la Generalitat que presidía Pere Aragonès -desperdiciando la oportunidad histórica para ERC de volver a gobernar en solitario Cataluña- y enfrentados a Junts por ser la fuerza hegemónica del independentismo, Junqueras descarta que la formación no se presente en solitario en las cuatro circunscripciones catalanas.

Junqueras no se opone a la colaboración con otras formaciones nacionalistas y de izquierdas; de hecho, en los últimos años ha integrado en sus filas a perfiles que procedían del PSC y de los Comunes, intentando ofrecer un proyecto transversal dentro del catalanismo de izquierdas. Además, ha sido el principal apoyo de Sánchez en Madrid y del Gobierno de Salvador Illa en Cataluña. Pero eso no significa que a Junqueras se le haya pasado por la cabeza diluir las siglas de ERC en un «frente común» ni perder su libertad de acción, porque las bases del partido, mucho más independentistas y radicales que la cúpula, no entenderían un proyecto pensado sobre todo para garantizar que Sánchez siga gobernando.

Consciente de que actúa sin el respaldo de su partido -donde diferentes sectores hace tiempo que plantean su relevo como portavoz de ERC en el Congreso, una vez Cataluña ha entrado en una fase post-procés-, Rufián insistió ayer en la oportunidad de su propuesta de frente común y lanzó un mensaje velado a sus compañeros de partido y al líder de Podemos, Pablo Iglesias: «menos pureza, más cabeza».

Rufián remarcó que, según todos los sondeos -menos el CIS de Tezanos-, la suma de la izquierda y los partidos nacionalistas no llega a la mayoría absoluta. «El independentismo y el soberanismo de izquierdas ha reclamado históricamente una izquierda plurinacional que le entienda y ayude: Yo digo que ya basta de esperar y que la hagamos nosotros», señaló Rufián, advirtiendo de la amenaza de un gobierno de coalición entre PP y Vox que provoque «en el sufrimiento de la gente». Rufián, que aboga por que los partidos se pongan de acuerdo en un programa de mínimos, se preguntó «¿de qué sirve sacar 2 o 3 diputados más si enfrente vas a tener a Abascal de vicepresidente o a Tellado en Interior?».

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