Publicado: mayo 26, 2025, 1:07 am
Confieso que una de mis debilidades en el mundo de la política es Félix Bolaños. Un miércoles tras otro me asomo a la panadera dialéctica que le propina Cayetana Álvarez de Toledo, que es uno de los espectáculos más extraordinarios de los que se pueden disfrutar en el ruedo ibérico. Tiene para empezar, un apellido que es un ejemplo de justicia onomástica. Como Rufián, o como Maraña. Bolaños son, según la RAE, bolas o pelotas de piedra que disparaban bombardas y pedreros. Un arma antigua de artillería, vamos.
Esto hace que para mí sea un misterio la razón que impide a Feijóo encargar a la gentil Cayetana el vapuleo de los miércoles a este discapacitado. Y la verdad, los miércoles sin Cayetana son otra cosa.
Una particularidad de la tropa sanchista es su profunda incompetencia; éste es un rasero que les iguala a todos. Podríamos decir que son más tontos cuantos más estudios tienen. Una adelantada de esa chusma, Pilar Lucio, que de consejera de Igualdad en la Junta de Extremadura ascendió a miembro del Consejo de Seguridad Nuclear, ya advirtió de que «tener demasiados conocimientos puede ser contraproducente».
«Sánchez le encargó la titularidad de Justicia para que mediara entre el Gobierno y los miembros del Poder Judicial. ¿Qué podría salir mal?»
Y hete aquí que Pedro Sánchez encargó a este demediado la titularidad de la Justicia para que mediara entre el Gobierno y los miembros del Poder Judicial. ¿Qué podría salir mal? Pues todo, naturalmente. La mayoría de las asociaciones de jueces y fiscales han anunciado una huelga para el próximo 11 de junio y a esta iniciativa se ha sumado un movimiento no asociativo cuyos miembros han suscrito una carta bajo el epígrafe «Por la independencia judicial como garantía de la democracia».
Los jueces son personas de natural prudente y poco dadas a descomponer la figura en alharacas, pero tanto va el cántaro a la fuente. Lo raro teniendo en frente al bolo Bolaños, no es que hayan convocado una huelga, sino que no se hayan lanzado directamente a la lucha armada. Esto viene de antiguo. Los socialistas mostraron una vieja querencia por hacerse con el poder judicial. Apenas llegaron al poder, empezaron a urdir la Ley 6/85 de 1 de julio del Poder Judicial. A las mismas maniobras pertenece la creación del cuarto turno, procedimiento que permitía soslayar las oposiciones para los aspirantes a jueces de la propia cuerda, colando de paso al 25% de los aspirantes de matute.
El nuevo intento de Bolaños va a sustituir al cuarto turno con el mismo propósito, meter a mil afines, y se la va a tener que envainar, naturalmente. Cayetana, «Cayatena» la llamó un Bolaños descentrado, se recreó la semana pasada en el relato de que el Gobierno pretende fortalecer a un fiscal general del Estado que se ha especializado en borrar pruebas y filtrar datos: «Podemos les propuso en su día (febrero de 2017) para gobernar juntitos que jueces y fiscales fueran elegidos por el compromiso con el programa del Gobierno. Al menos, el maltratador iba de frente».
He aquí la cuestión. El botarate que ejerce las funciones de un ministro tres en uno, (Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes) cuando apenas podría con uno solo de los cargos, sigue puntillosamente el ejemplo de su jefe, que descalificaba a Pablo Iglesias para aplicarse a continuación a ejercer las políticas que su inspirador había proclamado en Podemos. También se lo dijo Cayetana: «El mayor bulo de España hoy es el que sostiene que usted es ministro de Justicia». Los jueces y los fiscales se lo van a explicar antes de 15 días.
