Publicado: octubre 7, 2025, 3:31 pm
Cuando OpenAI pagó 6.500 millones de dólares por adquirir io, la empresa de Jony Ive, en mayo de este año, Sam Altman prometió que entregarían el dispositivo en 2026. Un gadget revolucionario que sería «la pieza de tecnología más cool que el mundo jamás haya visto». Pero el Financial Times ha revelado que el proyecto tiene serios problemas técnicos que podrían retrasar ese lanzamiento.
Y el problema principal no es el diseño. Jony Ive sabe hacer hardware bonito y útil. Eso está más que demostrado. A la vista están todos sus años de trayectoria en Apple. El problema es que la IA del dispositivo no sabe cuándo callarse. Literalmente.
El dispositivo que OpenAI quiere lanzar en 2026
Según el Financial Times, OpenAI y Jony Ive están desarrollando un dispositivo del tamaño de un smartphone, sin pantalla, que se comunicaría con los usuarios a través de cámara, micrófono y altavoz. Una fuente incluso sugirió que podría tener múltiples cámaras.
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El dispositivo está diseñado para dejarlo en un escritorio o mesa, pero también para llevarlo contigo. La idea es que esté siempre activo, captando información del entorno para responder a tus peticiones y construir la memoria del asistente virtual.
El objetivo es superar a los altavoces inteligentes como Alexa o Google Home, que durante la última década se han limitado a funciones básicas como poner música o programar temporizadores de cocina. OpenAI quiere crear un asistente de IA útil y potente, aprovechando toda la tecnología de ChatGPT. Un «compañero de viaje» siempre disponible para ti. Pero se están encontrando con algunos obstáculos.
Concepto del dispositivo en el que trabaja OpenAI y Jony Ive por BenGeskin
El problema de la personalidad y cuando la IA no sabe parar de hablar
Dos personas familiarizadas con el proyecto confirmaron al Financial Times que definir la personalidad del dispositivo es uno de los mayores desafíos. ¿Cuándo debe intervenir la IA y cuándo debe quedarse callada? Es más complicado de lo que parece.
«El concepto es que deberías tener un amigo que sea un ordenador y que no sea tu extraña novia de IA… como Siri pero mejor», explicó una persona que conoce los planes al periódico. OpenAI busca «formas de que sea accesible pero no intrusivo». El problema es encontrar ese equilibrio.
La personalidad del modelo es algo difícil de equilibrar. No puede ser demasiado servil ni demasiado directo. Debe ser útil, pero sin entrar en un bucle donde siga hablando sin parar.
Lo que más está costando es asegurar que el dispositivo solo intervenga cuando sea útil, evitando que hable demasiado o que no sepa cuándo terminar la conversación. Un problema recurrente que ya tiene ChatGPT.
Y esto es crítico para un gadget que estará siempre escuchando y observando tu entorno. Si cada vez que detecta algo decide intervenir, se volvería insoportable. Pero si nunca habla, ¿para qué lo quieres?
Concepto dispositivo OpenAI realizado por BenGeskin
La falta de infraestructura complica el lanzamiento
El procesamiento de la IA es otro factor para el retraso. Amazon tiene la capacidad de computación para Alexa gracias a Amazon Web Services. Google también para sus dispositivos Home con Google Cloud. Pero OpenAI está luchando por conseguir suficiente capacidad para ChatGPT, por lo que no pueden sumar un dispositivo adicional de IA. Necesitan solucionar eso primero.
Luego están las cuestiones de privacidad. Un dispositivo siempre activo que recopila datos del entorno durante todo el día para construir la memoria del asistente plantea preguntas sobre dónde se almacenan esos datos y quién tiene acceso a ellos.
Además, el futuro dispositivo de OpenAI entrará en un mercado complicado. Todos los dispositivos de IA han fracasado comercialmente, y lo único que triunfa son las apps en smartphone.
Otro concepto del dispositivo de OpenAI realizado por BenGeskin
¿Llegará a tiempo en 2026?
Una persona cercana a OpenAI dijo al Financial Times que los problemas son «simplemente partes normales del proceso de desarrollo de productos». Técnicamente es cierto. El primer iPhone también tuvo problemas: Apple tuvo que negociar durante meses con Cisco por los derechos del nombre iPhone. Y solo fue algo tan «simple» como el nombre. Detrás, hubo desafíos mucho mayores.
El hardware, según todas las fuentes, ya está listo. Y sabiendo lo que Jony Ive logró en Apple, no hay duda de que el diseño físico será impecable. La potencia de computación también es un problema temporal. En un año, OpenAI puede hacerse con los servidores necesarios. Es cuestión de dinero e infraestructura.
El verdadero desafío es el software. Programar una inteligencia artificial para que sepa cuándo intervenir y cuándo no es mucho más complicado que diseñar un dispositivo bonito o comprar servidores. Y esto es lo que realmente definirá el éxito o fracaso del proyecto.
Lo interesante es que este problema no necesariamente tiene que estar resuelto al 100% en el lanzamiento. OpenAI podría ir adaptándolo sobre la marcha con actualizaciones constantes, computación en la nube que permita cambios prácticamente al instante, e incluso una IA que supervise el comportamiento de la propia IA del dispositivo. Las posibilidades están ahí.
Pero también está el riesgo. Si tras el lanzamiento las personas empiezan a verlo como un estorbo, si la IA interviene demasiado o en momentos inapropiados, el dispositivo habrá fracasado. Y no habrá segundo intento. El mercado de gadgets de IA ya está lleno de proyectos fallidos como Humane y Friend.
Desde luego, es muy pronto para sacar conclusiones. El proyecto sigue sonando prometedor, y los desafíos que enfrenta son los esperables para un dispositivo de este calibre. No tanto por el hardware en sí, sino por todo lo que representa llevar la inteligencia artificial encima todo el día. Es un territorio inexplorado.
Si alguien puede lograrlo, probablemente sean Jony Ive y Sam Altman. Pero el Financial Times deja claro que incluso ellos están descubriendo que crear el «siguiente iPhone» es mucho más complicado de lo que parecía.
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La noticia
Jony Ive dejó Apple para crear el futuro de la IA con OpenAI. Su dispositivo tiene un problema: no sabe cuándo callarse
fue publicada originalmente en
Applesfera
por
Guille Lomener
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