Publicado: junio 6, 2025, 6:07 am

Salvador Illa acude la Conferencia de Presidentes que hoy acoge Barcelona con la pretensión de sortear la reclamación unísona de las comunidades del PP para frenar la implantación del concierto económico acordado con ERC a cambio del apoyo a su investidura como presidente de la Generalitat.
Consciente de que los barones populares defenderán frenar «la mutualización de la deuda autonómica y la financiación singular (que constituye un nuevo cupo independentista)» -tal y como avanzó ayer EL MUNDO-, el socialista recurrirá al argumentario que ha venido pregonando en sus recientes visitas a feudos adversos como Madrid o Aragón, y en las que disfrazó el cupo catalán como un modelo «solidario» y «generalizable» a otras regiones, para negar que el Gobierno de Pedro Sánchez esté dispuesto a sacar a Cataluña del régimen común de financiación y privilegiarla respecto al resto de territorios españoles.
La intención de Illa era que la «financiación singular» ni siquiera figurara en el orden del día del cónclave que hoy tendrá lugar en el Palacio de Pedralbes, pero, tras verla incluida como uno de los asuntos prioritarios a abordar por exigencia del PP -so amenaza de boicot a la cumbre-, el president se abrió a «debatirla», sin abrir nunca la puerta a renunciar a ella; dado que tal cosa supondría un suicidio político al ser ERC el socio prioritario del que depende para mantener con vida la legislatura catalana.
El plan de Illa pasa por aguantar el chaparrón de críticas a la insolidaridad económica que niega, difuminarlo secundando los anuncios en materia de vivienda que el Gobierno pretende utilizar para limpiar su empozoñada imagen tras el estallido del caso Leire y afrontar lo que resta del mes de junio como una cuenta atrás en la que deberá definir junto al Ejecutivo central los pormenores del concierto catalán.
ERC ha situado en el próximo día 30 el fin del plazo para que su pacto con el PSC sobre la «financiación singular» se convierta en un «pacto entre el Govern de la Generalitat y el Gobierno de España, lo que le conferirá la oficialidad de la que ahora carece y desembocará en el inicio de la sustitución de la Agencia Tributaria Española por la catalana con el objetivo de que en 2026 el ente autonómico ya gestione todo el IRPF recaudado en la comunidad, como se acordó con ERC. De no cumplirse el plazo estipulado, el líder de los republicanos, Oriol Junqueras, tampoco apoyará los Presupuestos Generales ni los de la Generalitat del próximo ejercicio.
El lógico devenir de lo acontecimientos pasa por la presentación en las próximas semanas del informe sobre el nuevo modelo de financiación y sus posibles variantes que el consejo de sabios de Illa lleva elaborando meses. Posteriormente, debería convocarse la comisión bilateral Estado-Generalitat para consumar la puesta en marcha del concierto económico catalán.