Publicado: marzo 8, 2025, 12:07 am

Hace poco más de diez años, cuando el presidente del Gobierno aún no llevaba tres meses en su primera etapa al frente del PSOE fue entrevistado en EL MUNDO por Rafael J. Álvarez y dio esta sorprendente respuesta a la pregunta del entrevistador: «¿Qué Ministerio sobra y qué presupuesto falta?» Y él asombró al mundo, a su partido y al periodista que tenía enfrente con esta ocurrencia: «Falta más presupuesto contra la pobreza, la violencia de género… Y sobra el Ministerio de Defensa».
Que estaba dispuesto a gastar más dinero contra la pobreza parece claro. Nada nos hacía suponer que este campeón de la lucha contra la violencia de género y los abusos sexuales iba a tener como socios a Íñigo Errejón, a Monedero y de manera muy señalada a Yolanda Díaz, que además de su sociedad con Errejón ha tenido a un colaborador estrecho condenado por pornografía infantil. ¿Qué decir sobre el hecho de que a este campeón de Occidente le sobrara el Ministerio de Defensa? Podría sacarse punta a la afirmación diciendo que seguramente por eso puso al frente a Margarita Robles, pero él no hacía más que seguir la insuficiencia original de la Unión Europea, que jamás le dio importancia a la política de Defensa.
Este detalle era un serio inconveniente entre la voluntad de que la Unión Europea fuera las Estados Unidos de Europa y la imposibilidad de este deseo en el terreno de la realidad. El primer ministro polaco, Donald Tusk subrayó la paradoja subyacente: que 500 millones de europeos (en realidad 450) pidan ayuda a 300 millones de americanos (340) para que los defiendan de 140 millones de rusos.
Todo el proceso de la construcción europea transcurrió durante la guerra fría, periodo en el que una posible amenaza soviética estaba conjurada por la presencia disuasoria del amigo americano, a pesar de que una buena parte de esos europeos ignorasen el papel de los Estados Unidos en la salvaguarda de las libertades en Europa y no peregrinasen lo suficiente al cementerio americano de la localidad de Colleville-sur-Mer para mirar y admirar aquel paisaje de cruces (también había estrellas de David) que remataban las tumbas de tantos jóvenes que vinieron por primera vez a Europa para morir en su defensa.
Y en estos momentos en que al amigo americano lo gobierna un tipo de comportamiento errático que se ha puesto de acuerdo con Putin para repartirse Ucrania, Europa se siente desguarnecida y sus cabezas visibles abogan por fortalecer el gasto militar, asunto en el que España está en la cola del pelotón de los torpes. Somos el país de la OTAN que menos gasta en Defensa, el 1,01% del PIB. Bueno, menos gastan Luxemburgo e Islandia, que no tiene Fuerzas Armadas.
Pedro Sánchez, quién dijo miedo, considera que para el años 2029 aumentaremos el gasto militar hasta el 2%, pero el proyecto parece muy comprometido a corto plazo. Aún no tiene presupuestos para el año en curso como no los tuvo para el pasado y a la mayor parte de los socios del sanchismo les produce erisipela la idea del gasto militar: Sumar, Podemos, EH Bildu, ERC y BNG. Menos ascos le haría al tema Vox, pero es el único partido al que no va a convocar. Sí va a llamar a Alberto Núñez Feijóo, para que le apruebe lo que sus socios le niegan, aunque el Partido Popular dice que no se lo va a poner fácil. Ya lo veremos.