Publicado: julio 10, 2025, 12:07 pm
El diario británico Financial Times publica hoy un extenso reportaje titulado Pedro Sánchez lucha por su vida política en el que analiza cómo la posición de España en la esfera internacional está viéndose deteriorada por la corrupción en el PSOE, el enfrentamiento con los aliados de la OTAN por su negativa a aumentar el gasto en defensa hasta el 5%, y el impacto en la UE de las demandas del separatismo catalán. Mientras el Gobierno trata de navegar esas crisis, «sus aliados occidentales, entretanto, se sienten desairados. Y su apoyo popular continua flaqueando en medio del creciente hedor de la corrupción», según relata el texto, firmado por el corresponsal del periódico en España y Portugal, Barney Jopson.
El resultado es que un jefe del Gobierno que, dice, gracias a su «buen inglés y un poco de pavoneo» había «tenido hasta ahora éxito en elevar el perfil global de España», se encuentra en una posición de debilidad internacional. Sánchez, así, ve cómo «las acusaciones de corrupción contra su círculo más cercano le han desacreditado en el interior [de España]», mientras que su enfrentamiento con Donald Trump por el aumento del gasto en la OTAN le ha puesto en una posición complicada en el contexto internacional, «ha minado su reputación en el extranjero». El «descontento» es visible, según el artículo, en Bruselas, en parte debido a los intentos del presidente de «intimidar a otros Estados comunitarios» para que el catalán sea aceptado en la UE.
El enfoque internacional es lógico en el FT, como se conoce coloquialmente al diario, dado que el 70% de los lectores de ese medio están fuera del Reino Unido, según datos de la empresa editora, la japonesa Nikkei. Porque, aunque solo uno de los frentes políticos que cita -el de la OTAN- es puramente de política exterior, también recoge el impacto en la posición de España en el mundo de la corrupción del «triángulo tóxico» –José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán-, y del «complejo asunto del separatismo catalán» donde, señala, el jefe del Ejecutivo «ha quedado subyugado a las demandas de su líder, Carles Puigdemont«. En los escándalos de corrupción, el reportaje explica que la Comsión Europea ha recordado a España que «aún no ha empezado» a trabajar en la estrategia anticorrupción que está legalmente obligada a elaborar.
Ese cóctel de problemas internos tiene un impacto en la posición española en el mundo, que hasta ahora había sido uno de los principales activos de la gestión de Sánchez. La postura en la OTAN, que el FT ya había criticado con antelación (ahí está su titular de hace dos semanas Pedro Sánchez torpedea la OTAN en vísperas de una cumbre crucial) es atribuida «en parte al antimilitarismo y anti-trumpismo de su base en España, además de a los izquierdistas radicales de su frágil alianza parlamentaria».
Lo mismo sucede con las demandas del secesionismo catalán, que ha alcanzado su poder debido a que, tras las elecciones de hace ahora dos años, Sánchez necesitaba «el voto del partido nacionalista más extremo», en referencia a Junts. La consecuencia es «un Gobierno paralizado en el Parlamento, incapaz de sacar adelante los Presupuestos ni ninguna ley de relevancia».
Las consecuencias de las concesiones a Puigdemont «explican por qué Sénchez está interviniendo en una gran compra en el sector bancario», en referencia a la prohibición a BBVA de adquirir Sabadell hasta 2028, «que va contra el esfuerzo europeo en favor de la consolidación bancaria». Aun así, concluye, «el partido de Puigdemont no está saciado», por lo que la crisis parece destinada a perpetuarse.