Publicado: noviembre 10, 2025, 12:07 am
«Andalucía no se resignó a un gobierno de corrupción y a que se pagara la prostitución con dinero público; y España tampoco va a hacerlo». Alberto Núñez Feijóo ha clausurado en Sevilla el XVII Congreso del PP andaluz, en el que Juanma Moreno ha sido reelegido como presidente por cuarta vez con el reto de conservar la mayoría absoluta y emprender un tercer mandato al frente de la Junta.
Y el presidente del PP ha puesto al Gobierno andaluz y a su presidente como ejemplo de la transformación que sufriría el país si el Partido Popular consigue el apoyo de los españoles: «Para ganar y para gobernar». «En 2023 ganamos y nos quedamos a las puertas. Tenemos la lección aprendida. No hay que dar un voto por ganado, no hay que dar un voto por perdido. Cada voto y cada escaños cuentan. Nada de confiarse». «Tenemos el mejor proyecto. Sólo hay un camino para España, que es el del cambio. Y sólo hay un camino para que gobierne el PP que es votar al PP. No hay otro», ha dicho el presidente, repitiendo una consigna que sin duda busca disuadir a quienes, desde la derecha, amagan con votar a Vox en la confianza de que podría producirse un gobierno de coalición: «Nada de carambolas«, ha insistido.
Después de una semana haciendo frente a numerosos fuegos internos, con la dimisión de Carlos Mazón, el adelanto electoral en Extremadura y el novio de Isabel Díaz Ayuso camino del banquillo, Feijóo ha encontrado este domingo en Andalucía un remanso de mayorías sin fisuras para volver a llenar los pulmones y afrontar el resto de la legislatura.
Incluso los convocantes de la manifestación en defensa de la sanidad pública (que se celebraba hoy en Sevilla y en el resto de capitales andaluzas) han tenido la deferencia de llevarse la movilización a casi 8 kilómetros de donde se celebraba el Congreso del PP andaluz, de manera que nada parecía ensombrecer la inyección de autoestima que se ha chutado este fin de semana el partido.
En ese contexto y con un Juanma Moreno pletórico tras renovar por una mayoría aplastante la confianza de su partido, Núñez Feijóo ha pedido al PP andaluz que se emplee duro para que «no se interrumpa la estabilidad de un gobierno que ha trabajado desde la honestidad y la decencia». Pero cada mensaje trasladado a la militancia andaluza ha sido también un mensaje en clave nacional. «España necesita también que gane ese tipo de política, la que une al pueblo, la que sirve a todos y no sólo a uno y su banda«.
«Porque enfrente no hay lógica ni sentido común. Enfrente sólo está el gobierno de la corrupción y la mentira. Porque este PSOE no tiene límites, ni legales ni morales. Y no tiene pudor. Su estrategia es la de dividir, la de convertir a compatriotas en enemigos. El listón ético del PSOE está en el subsuelo, como lo demuestra que el fiscal general del Estado que tiene que perseguir los delitos esté investigado por cometerlos. O que un ministro [en referencia a Ángel Víctor Torres] salga a felicitarse porque en un informe de la UCO no sale vinculado a la prostitución, sólo a las mordidas y a las mentiras. Deberían nombrarlo socialista del año«.
«Y, claro, ahí sigue en su puesto. Porque no hay quien pueda cesarlo. Porque quien debería cesarlo es el mismo que no sabe si su suegro le pagó la campaña, el mismo al que no le consta si su hermano vivió en la Moncloa. Sánchez no puede cesarlo por mentir porque nadie miente más que él y todos mienten para taparlo a él». «Y hemos visto cómo la Audiencia Nacional abre una investigación sobre la financiación ilegal del partido en el gobierno». «Cualquier ministro europeo hubiera caído a mitad de la semana», ha afirmado el presidente del PP.
Pero el espejo andaluz le ha servido a Feijóo para introducir en esa descripción catastrófica un mensaje de optimismo. «También en Andalucía parecía normal la corrupción y la prostitución pagada con dinero público. Y Andalucía no se resignó como España tampoco lo va a hacer. Porque un presidente del PP recuperó la honestidad y la decencia en Andalucía, al igual que un presidente del PP va a recuperar la honestidad y la decencia en España», ha reiterado.
En la misma línea, ha considerado lógico que exista un «malestar» creciente que podría llevar a los electores a plantearse las próximas elecciones generales como un «desahogo», en clara referencia a un hipotético voto de castigo a través de la papeleta de un partido radical como Vox. Pero, ha advertido al respecto: «Un desahogo de cinco minutos no sirve para nada; sólo les sirve a ellos [el PSOE y Pedro Sánchez] para quedarse en el mismo sitio».»El mayor desahogo para España es que el PP gane y gobierne. Para cambiar las cosas del principio al fin. Con verdad, con sentido común; para limpiar, para restaurar, para construir: en eso consiste el cambio».
El presidente del PP ha subrayado la necesidad de volver a poner la maquinaria a funcionar. «Para el que quiera trabajar, éste es su partido; para el que crea en el mérito, la superación y el esfuerzo, éste es su partido; y para el que piense que el que mete la mano en la caja se debe ir a la calle, el PP es su partido».
Previamente, el reelegido presidente del PP andaluz ha puesto a disposición de Alberto Núñez Feijóo todo el poder que concentra en Andalucía, orgánico e institucional, para que pueda derrotar al PSOE en las generales, sea cuando sea que éstas se celebren: «Por la vía corta o por la vía larga». Es decir, en 2026, si Sánchez se decide a adelantar los comicios, o en 2027, si agota la legislatura. En ese caso, el previsible triunfo del PP andaluz en las autonómicas de junio le serviría a Feijóo como rampa de lanzamiento.
«Vamos a estar preparados» porque «solo hay una alternativa posible y somos nosotros». «Con el impulso de Andalucía, vas a ser el presidente de la estabilidad, de la sensatez, de la honestidad, el que necesita nuestro país y lo necesita ya», ha añadido.
