Publicado: agosto 3, 2025, 2:07 pm

Tras su ausencia de 2024 «por motivos de salud», Alberto Núñez Feijóo regresó este año a su cita ya anual e imperdonable con la Fiesta del Albariño de Cambados, en la que es Gran Maestro del Capitulo Serenísimo, su cabeza más visible, desde el año 2011. Tiró de ironía, de humor y de muchas metáforas para comparar esta celebración con la situación política actual, en la que «España vive tiempos inciertos» y, para el líder del PP, «se necesita menos espectáculo y más propósito».
En su tierra, en la que ganó cuatro elecciones autonómicas por mayoría absoluta antes de asumir el reto de dirigir el PP nacional, presume de que le conocen y saben que «no vengo a alimentar trincheras, sino a atender puentes». Aprovechando esa confianza y la comodidad de sentirse respaldado, insistió en que «es posible» otro clima político, uno donde haya «más respeto y menos ruido», «más acuerdo y menos cálculo», «más trabajo serio y menos teatro».
Los retos son «muchos» en España y en la Galicia de la Fiesta del Albariño y ha prometido «intentar» trabajar para lograrlos y «corregir» lo «mucho» que deja el Ejecutivo actual. Para ello, para «servir a su país», reclama «sensatez, responsabilidad y un poco de sentido del humor». Y de este último hizo buena gala este domingo en Cambados.
Se refirió a las declaraciones del cierre del curso político, en las que se despidió de los periodistas diciendo que «las vacaciones están sobrevalordas». Tras aquello, «se lió un pequeño asunto en redes sociales» y quiso contextualizarlo en una broma y también lanzar un mensaje a quiénes no lo tomaron así: «a quien no sabe distinguir una broma, yo le diría: tómate un albariño y descansa».
Además de enviar «mucho ánimo a todos los que tienen que trabajar en agosto», en su discurso como Gran Maestro se valió de un tono festivo para comparar esa España actual del Gobierno de Pedro Sánchez con la fiesta. A diferencia del contexto político estatal, aquí «las coaliciones son muy sólidas, casi todo el mundo sabe el presupuesto que trae para la fiesta y no prorroga el presupuesto del ejercicio anterior», cuestionó el líder nacional del PP, dentro de la ofensiva que está realizando el partido para reclamar la necesidad de aprobar las cuentas anuales.
En esta fiesta de Cambados, una de las más multitudinarias de Galicia y con 73 años de tradición, «si hace falta un referéndum que sea para decidir qué maridaje es el mejor y a partir de ciertas horas ya todo es una cuestión de confianza», ironizó Feijóo, que puso a los viticultores del albariño como ejemplo de que «las cosas importantes no se resuelven en un día».
El albariño «es más que un vino, es una forma de estar y de ser en el mundo, de representar a Galicia con dignidad, con elegancia y con fuerza» y la suya no es solo una denominación de origen protegida, es una «denominación de orgullo». Y, por eso, para Feijóo, esta fiesta también es «una ocasión perfecta para reivindicar esa Galicia y esa España alegre y abierta».
Desde el meollo de la fiesta, reivindicó esa España «que no vive instalada en el conflicto ni se deja arrastrar por la crispación. Una España en la que cabemos todos, independientemente de lo que pensemos, de dónde vengamos o de a quién votemos».
Y defendió que, igual que Galicia «sabe bien que las cosas importantes no se resuelven en un día» y en el campo se entendió que «para que un vino tenga valor hay que darle tiempo, cuidar la cepa y trabajar cada etapa del proceso con paciencia», también en la vida pública, hay algo que «nunca falla». Es «el trabajo bien hecho, el sentido común y la confianza en que lo bueno vuelve».
Terminando con su tono jocoso, recordó la frase que los partidos del arco de la izquierda le echan mucho en cara de que «no soy presidente porque no quiero», y confesó que llegó a pensar en dimitir como Gran Maestro del Capítulo Serenísimo de la Orden de Albariño para traspasar esta responsabilidad al actual presidente gallego, Alfonso Rueda. No lo hizo al saber que este cargo solo se abandona por defunción y «no tengo ningún interés» en hacerlo, confesó entre risas.
«Mientras siga con vida y con voz, seguiré viniendo a la Fiesta de Albariño de Cambados a brindar con todos vosotros», remató, para rendirse a los festejos.