Publicado: junio 1, 2025, 2:07 pm

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha acusado al Gobierno de querer una «España anestesiada con escándalos» tras la incesante concatenación de terremotos que sacuden a La Moncloa: «Cuentan trolas que no se las creería ni mi hijo de 8 años», ha aguijoneado. Mediante un discurso combativo, el presidente del PP ha destacado que, en sus denuncias, los populares no hacen «una crítica sino una crónica» de la debacle del Gobierno de Pedro Sánchez.
Ni el sol abrasador de la mañana madrileña logró apagar el entusiasmo del Partido Popular, que este domingo reunió a cerca de un millar de simpatizantes en el Parque de Berlín para conmemorar sus dos años de mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid. Bajo un calor que desalentaba incluso a los más convencidos, el partido quiso mostrar músculo político, cerrar filas en torno a Isabel Díaz Ayuso y ensalzar a Alberto Núñez Feijóo como «la mejor persona para el peor momento posible», en palabras de José Luis Martínez-Almeida.
El mitin tuvo un marcado tono de confrontación con el Gobierno de Pedro Sánchez: se señalaron las «mentiras institucionales» del Ejecutivo, se acusó a su ex jefe de gabinete, Óscar López, de encarnar «la degeneración ética del sanchismo» y se denunció lo que calificaron como un «ataque intolerable» a la Guardia Civil, después de que se pusiera en duda la actuación del capitán Bonilla y de la UCO. «Mienten como bellacos, es inaceptable como mienten. Hay un guardia civil que tiene miedo de que le pongan una bomba lapa, esa es la España de los últimos años», explicaba el alcalde de Madrid. El caso del capitán Bonilla, amplificado por ministros del Gobierno, afectaba directamente a Isabel Diaz Ayuso quien lo contrató el pasado octubre para la Comunidad de Madrid y «la campaña les quedó estupenda» ironizó Ayuso.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, no se anduvo con rodeos. «Contra el sanchismo no cedemos absolutamente nada», proclamó. Revindicó la victoria en los 21 distritos de la capital como una muestra de que Madrid «elige la utilidad» frente a «la furia, la bronca y el enfrentamiento que promueve la izquierda». Y acto seguido, elevó el tono: «Nadie ha sufrido las técnicas mafiosas del sanchismo como Isabel Díaz Ayuso» dijo, mirando a la presidenta autonómica, presente en primera fila.
Almeida fue el primero en tomar la palabra, asumiendo el papel de ariete del acto. Lejos de discursos celebratorios, abrió fuego con una enumeración directa de lo que denominó «los siete rostros del sanchismo», a los que atribuyó diferentes formas de degradación política. «Begoña«, comenzó, en alusión a la esposa del presidente del Gobierno, investigada por corrupción. Luego siguió con David Sánchez, a quien definió con ironía como «el único español que no sabe dónde tiene un despacho». No se detuvo ahí: incluyó a Koldo «que podría fallar con un portero de discoteca» y a «Ábalos«. Completó la lista con Santos Cerdán, La Sexta, y cerró con Leire Díez «el ultimo hallazgo del sanchismo, la fontanera y sicaria». El remate lo reservó para Sánchez: «el capo di tutti capi«.
Más ácida estuvo Isabel Diaz Ayuso y se convirtió en el martillo ideológico. «Manipulan, mienten y arrastran a todo el mundo. Parece que hay que ir mintiendo con todo el cuajo». Con ironía acusó al presidente del Gobierno de cambiar de bandera según la conveniencia electoral del momento. «No es amor a España —dijo—, es la división de la que puede sacar votos. Busca dentro del desguace que el mismo hace lo que le da rédito, como hace con Cataluña o cualquier otra causa». Ayuso ironizó también con la tendencia del Gobierno a abanderar conflictos internacionales: «Suelta la bandera de Palestina, coge la de Taiwan y, si las cosas van mal, dice que la culpa es de Franco«.
La baronesa acusó al Ejecutivo de utilizar las instituciones para silenciar a la oposición —»lo que hicieron ayer lo hacen todos los días para amordazarnos»— y lanzó una advertencia a Bruselas: «Europa debería pararle los pies. Señores de la UE, ¿qué más tiene que pasar?». «Algún día se sabrá todo, y cuando lo sepamos nos producirá mucho dolor y vergüenza». La presidenta madrileña se presentó como el muro de contención frente a ese modelo, reforzando su perfil y defendiendo a Feijoó como el candidatos que España «merece».
Recogió el testigo Feijóo que, convencido de que él se irá a la carretera de La Coruña, concretamente, al palacio de La Moncloa, tras las siguientes elecciones, recordó que lo que se ve ahora en el territorio patrio es propio de «los regímenes dictatoriales»: persecución a fiscales, amenazas a periodistas, pactos… «Practicas mafiosas y es nuestro deber decir la verdad y no ocultarlos», apostilló el gallego. Apeló a la «falta de responsabilidad» del Gobierno y como utilizan el poder para «protegerse». «¿Habéis visto unos ministros con menos currículos que estos, secretarios generales que nadie conocía en los ministerios y mas asesores que la Casa Blanca?». Un Gobierno que, en palabras del gallego, es «capaz de lo peor» y que aspira a «una España anestesiada con escándalos». «Usan trolas equiparables que no se las cree ni mi hijo de 8 años».