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España, potencia en el espacio: «Nuestro primer cliente es la OTAN»

Publicado: julio 29, 2025, 12:07 am

La clean room de las instalaciones de Airbus, donde se ultiman los preparativos del SpainSat NG II -el segundo satélite de nueva generación que España lanzará al espacio-, es una gigantesca nave blanca que se eleva más de 20 metros desde el suelo hasta el techo. Para acceder, tanto los trabajadores como los visitantes deben seguir un riguroso protocolo: teléfonos móviles en modo avión, calzas en los zapatos, bata con corchetes sobre la ropa y un gorro desechable que asegure que todo el pelo quede recogido.

En la sala no huele a nada, pero se percibe un zumbido constante de las máquinas en funcionamiento. También hay algunos ordenadores colocados en posiciones discretas. Ingenieros van y vienen y, al fondo, se alza un coloso de seis toneladas que, a primera vista, podría parecer un prototipo de satélite de juguete forrado en papel de aluminio. Sin embargo, se trata de tecnología punta: el SpainSat NG II, que afronta en Toulouse sus últimas pruebas antes del lanzamiento el próximo otoño.

Este satélite, gemelo del SpainSat NG I, ha completado su etapa de montaje e integración y ahora se encuentra en la fase final de pruebas. En ella, los ingenieros comprueban minuciosamente su estado de salud y el de todos sus sistemas. Ha superado todas las pruebas mecánicas y ambientales, incluidas simulaciones de vibración y vacío térmico, que han confirmado la fiabilidad y robustez de su sistema en las condiciones extremas del espacio.

Ninguna de estas pruebas es trivial, ya que, cuando España tenga plenamente operativo este satélite, se convertirá en una potencia en este ámbito. Sólo cinco países de la OTAN tienen actualmente la capacidad de fabricar y operar satélites: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Luxemburgo e Italia. Por eso, Basilio Garrido, jefe de operaciones de Hisdesat -la empresa española operadora de satélites gubernamentales-, afirma: «La OTAN va a ser nuestro primer cliente». Pero para que ese momento llegue, hay que retroceder unos meses.

El pasado 29 de enero despegó desde Cabo Cañaveral el primero de los dos satélites. Hasta el 2 de febrero permaneció en la primera fase de su recorrido, día en que se separó de su plataforma e inició su ascenso hacia la órbita geoestacionaria, alcanzada el 3 de julio, a unos 36.000 kilómetros de altitud. Actualmente, el SpainSat NG I se encuentra a 32,9° E, una posición temporal en la que se están realizando pruebas. Superada esta fase, se moverá a los 29° E, donde actualmente presta servicio el satélite XTAR-EUR. Ambos convivirán unas semanas hasta la jubilación de este último. El SpainSat NG I despegó con un máximo de combustible -768 kilos de xenón- para alcanzar los 36.000 km, y ahora le restan en torno a 482 kilos.

Los dos SpainSat incorporan innovaciones tecnológicas que los sitúan en la vanguardia mundial de los satélites de comunicaciones seguras y defensa. Entre sus características más destacadas están las antenas activas de recepción y transmisión en banda X, situadas en la parte superior del satélite. Estas antenas, utilizadas para mando y control, ofrecen la flexibilidad de 16 antenas tradicionales gracias a su sistema de orientación y conformado electrónico de haces de comunicación, lo que permite ajustar la cobertura en tiempo real y con una precisión extrema.

«Una característica importante de este satélite es que incorpora las tres bandas de operación militar: banda X, banda K y UHF», explicaba Garrido frente al satélite. La cobertura en banda K se proporciona mediante antenas con forma de plato colocadas en los laterales, que durante la visita estaban protegidas con un material similar -aunque seguramente más sofisticado- al papel de aluminio. La banda K se utilizará para la transmisión de imágenes. Además, el satélite emite y recibe señales, tanto en sentido descendente como ascendente.

Por último, está la banda estrecha para operaciones especiales en UHF, cuya cobertura se logra mediante una antena blanca desmontada que se encontraba junto al satélite. «Tenemos 25 coberturas y 625 posibles configuraciones para hacer lo que queramos. Somos prácticamente el único país con esa capacidad en el mundo», presume Garrido, quien calcula que dentro del satélite puede haber más de mil metros de cables interconectados para prestar servicios a España, la Unión Europea, la OTAN y los países aliados.

En concreto, se dará cobertura a dos tercios del planeta: desde Estados Unidos hasta Singapur. Desde el Centro de Control de Satélites de Hoyo de Manzanares -donde está ubicado el mando- se podrán recibir imágenes en tiempo real de cualquier situación: desde un ataque hasta lo que ocurra en una misión. Con este satélite se da cobertura a los tres ejércitos. Se podrá controlar una misión en el Sahel, atender las necesidades de una fragata que participa en la operación Atalanta en el Índico, o gestionar las comunicaciones del Ejército del Aire y del Espacio. «Seremos capaces de seguir un avión en toda su trayectoria, y hacerlo simultáneamente con varios aviones usando un solo haz, saltando de uno a otro… Como queramos», asegura Garrido.

El proyecto para convertir a España en una potencia espacial ha requerido cinco años de trabajo y una inversión de 2.000 millones de euros. Además, en los próximos años se destinarán otros 1.400 millones para asegurar las comunicaciones durante 15 años, aunque los ingenieros de Hisdesat estiman que, gracias al combustible disponible, la vida útil de los satélites podría prolongarse hasta dos décadas.

Una vez superadas las pruebas en la fábrica de Airbus en Toulouse, el satélite será trasladado a Estados Unidos, donde tiene una ventana de lanzamiento entre el 22 y el 29 de octubre. Normalmente intentan que sea el primer día que les han concedido el que se lance el satélite, un acto que en la anterior ocasión estuvo presidido por la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcárcel, que acudió hace un par de semanas a ver los avances del satélite.

SpainSat NGII tardará unos cinco meses en alcanzar su órbita final, donde realizará un mes adicional de pruebas. Se estima que será en torno al 4 de agosto de 2026 cuando ambos satélites de nueva generación estén plenamente operativos. Entonces, el Gobierno contará en el espacio con dos colosos que, con las alas desplegadas, alcanzan una envergadura de 50 metros. «Ya lo tenemos alquilado a la OTAN. El primer día que empiece a dar servicio, nuestro primer cliente será la OTAN. Están deseando que comencemos a operar», concluye Garrido.

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