Publicado: marzo 2, 2025, 5:07 am
El 11 de julio de 1995, José María Aznar, entonces presidente del PP, convocó en Génova, 13 a Gabriel Cañellas, presidente de Baleares, y le dijo: «Gabriel, tienes que dimitir». Cañellas dimitió por el escándalo de las obras del túnel de Sóller.
El 19 de julio de 2011, Mariano Rajoy, entonces presidente del PP, llamó a Francisco Camps, presidente valenciano, y le dijo: «Tienes que elegir entre la deshonra de seguir en el cargo o la dimisión. La elección es tuya». Para ayudarle a tomar la decisión, que el líder del PP nacional consideraba imprescindible, mandó de enviado especial a Federico Trillo para convencerle. Camps dimitió tras ser procesado por el caso de sus trajes.
Estos dos presidentes autonómicos, que gobernaban con mayoría absoluta, fueron obligados a dimitir porque el escándalo en torno a ellos estaba afectando a la reputación del PP nacional y lastrando la actuación política de Aznar y de Rajoy.
Un tercer presidente autónomico, el valenciano Carlos Mazón, se encuentra ahora mismo en una situación similar a la de su antecesor Camps, que también se resistió a renunciar hasta que no le quedó más remedio.
La actuación del presidente valenciano la última semana de febrero ha terminado de convencer al PP, desde Finisterre hasta Almería, de la necesidad de su renuncia. «Mazón está fuera de la realidad, se está quedando solo, no puede salir de casa y en mitad de la mayor tragedia de la comunidad a la que se debe, con más de 200 muertos, sólo piensa en salvarse a sí mismo», señalan personas del PP valenciano que le conocen bien y que en su día le respaldaron para hacerse cargo de un partido conmocionado por los casos de corrupción.
Desolación
Los sucesivos cambios de versión sobre dónde estaba, con quién habló y a qué hora se incorporó al centro de coordinación de emergencias han causado desolación, asombro, sorpresa y mucha preocupación en todas las organizaciones del partido. El colmo fue la foto que facilitó la Generalitat, para demostrar que Mazón llegó a las 20:28 al CECOPI, saludando con un gesto jovial. «Como si se fuera a incorporar a una fiesta», señala un interlocutor de este diario. «Ningún presidente autonómico ni ningún alcalde actuaría con la frivolidad y la falta de responsabilidad que ha demostrado».
Tanto en la dirección nacional como en las direcciones regionales muestran su sorpresa por la falta de «sensibilidad y empatía» de Mazón ante el drama y el dolor de los cientos de miles de afectados por la dana. «No estaba donde tenía que estar el día de la tragedia y al día siguiente, en vez de decir la verdad y pedir perdón, que podría haberlo hecho porque nadie pudo prever la dimensión de la destrucción, se enredó en una primera mentira sobre la comida del Ventorro, y a esa primera mentira han seguido otras», señalan dirigentes del PP. «Ha puesto tanto el foco sobre sí mismo, y su estrategia para sobrevivir como sea a su propia tragedia, que la gente se ha olvidado de la responsabilidad que también tenía Pedro Sánchez», añaden estos dirigentes. Según han señalado responsables autonómicos, Mazón les ha insistido en que él tiene capacidad para superar políticamente este momento de calamidad.
Casi nadie comparte la visión del presidente valenciano. Más bien al contrario, la opinión generalizada es que la situación límite de Mazón ya está empezando a afectar al resto del PP en las comunidades y, sobre todo, es un lastre muy incómodo para Alberto Núñez Feijóo y su equipo. El presidente nacional del PP es muy cuidadoso a la hora de respetar el ámbito de decisión de los presidentes autonómicos, puesto que él mismo lo fue y se resistía a que Génova se metiera en sus asuntos.
Sin embargo, los dirigentes consultados consideran que Feijóo no puede permitirse la continuidad de Mazón por su propio bien y por el del PP de todas las comunidades. «Está en juego la autoridad del presidente nacional. Es cierto que la solución es compleja, porque las dos únicas fórmulas para echar a Mazón son la dimisión o la moción de censura y necesitamos a Vox. Pero hasta unas elecciones serían una opción mejor que aguantar durante meses esta presión de la calle, y de la jueza, que está demostrando mucha seriedad y ha dejado claro que va a llegar hasta el fondo. Mazón tiene que irse, a lo mejor no este mes, pero no podemos llegar al verano en esta situación que está empeorando cada día que pasa», aseguran dirigentes autonómicos.
De momento, Feijóo ha guardado silencio sobre Mazón en estos últimos días, quizá asombrado también ante las versiones cambiantes de dónde estuvo y a qué hora mientras vidas y haciendas eran arrastradas por el agua y el barro. Todo el PP espera la decisión de su presidente nacional.
El PP y el ascenso de Aitor Esteban
Las asambleas territoriales del PNV están ratificando estos días por unanimidad a Aitor Esteban como presidente del partido. Esteban es aún portavoz del PNV en el Congreso y esta semana aclaró que, a pesar de los aplausos de despedida en el hemiciclo, tras su última pregunta al Gobierno en la sesión de control, hasta finales de marzo no abandonará Madrid.
Preguntado sobre si echará de menos hacer política en la capital, el portavoz nacionalista respondió que piensa seguir al tanto de la política nacional como presidente del PNV.
El aplauso del hemiciclo al portavoz del PNV no fue, sin embargo, unánime. Los diputados sentados a la derecha de la Cámara, PP y Vox, no aplaudieron y asistieron al momento parlamentario con gesto de divertido entretenimiento. De todos es conocida la mala relación que existe entre el PP y el PNV en el Congreso. Aitor Esteban ha sido muy crítico con Miguel Tellado. El PP tendrá al hasta ahora portavoz como interlocutor máximo en el futuro.
