El magistrado del Tribunal Supremo, Ángel Hurtado, encargado de investigar a Álvaro García Ortiz por un delito de revelación de secretos, ha dictado una providencia, a la que ha tenido acceso EL MUNDO, donde ordena librar un oficio al servicio de seguridad de la Fiscalía General del Estado para «que, en relación con las cámaras que enfocan el salón noble ubicado en el patio central del edificio, mantengan conservadas las imágenes correspondientes a ese día 30, al menos, en el espacio de tiempo comprendido entre las 18:00 y 19:45 horas, hasta que, por parte de este Instructor, se acuerde otra cosa».
El instructor de la Sala Segunda adopta esta medida después de que la Asociación Profesional e Independiente de la Fiscales (APIF) le informara de que un fiscal del Supremo vio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, con su número dos, la teniente fiscal Ángeles Sánchez Conde, «revisando» un móvil durante la entrada y registro practicada por la Guardia Civil en la sede de la Fiscalía General el pasado 30 de octubre.
«Esta parte tiene constancia de que el día en que se practicó la entrada y registro en el despacho del citado investigado, 30-X-2024, la teniente fiscal del Tribunal Supremo y Álvaro García Ortiz, mientras la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil llevaba a cabo sus pesquisas, fueron vistos alrededor de las 19:00 horas en el salón noble de la Fiscalía General del Estado -concretamente, en el espacio situado junto una obra del navegante Juan de la Cosa– revisando un móvil aparentemente perteneciente al meritado investigado», destacaba el escrito de la APIF.
Este colectivo de fiscales denunció que se trataba de un hecho «singular» e «insólito» ya que «es inconcebible que la fiscal encargada de un asunto se reúna con un investigado y examinen juntos, sin estar presente el abogado de este último, una prueba crucial del delito, máxime cuando todavía no se ha alzado completamente el secreto de sumario».
Por otro lado, fuentes de la investigación consultadas por este periódico destacan la inusual actitud que tuvo la teniente fiscal del Alto Tribunal durante la entrada y registro del despacho de su jefe. Si bien García Ortiz se mostró en una actitud colaboradora con los agentes de la UCO que le clonaron sus dispositivos electrónicos -móviles, tablet y ordenadores-, Sánchez Conde evidenció abiertamente su contrariedad por la diligencia acordada por el Supremo al entender que era desproporcionada.