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El PSOE mantiene en suspenso la expulsión de Ábalos 15 meses después porque «no es sencillo»

Publicado: mayo 17, 2025, 6:07 am

Actualizado Viernes,
16
mayo
2025

22:59

El expediente de expulsión definitiva de José Luis Ábalos del PSOE sigue sin resolverse casi 15 meses después de su apertura y, según ha podido saber este periódico, no está previsto que vaya a cerrarse de forma inminente. Quien fue nombrado secretario de Organización por Pedro Sánchez al recuperar el liderazgo del partido 2017 se encuentra en situación de suspensión cautelar de militancia desde el 27 de febrero de 2024 tras la detención de Koldo García, su mano derecha en el Ministerio de Transportes, por la presunta trama de cobro de comisiones millonarias en la adjudicación de contratos para la compra de mascarillas durante la pandemia del Covid.

En medio ahora de la polémica por la difusión de sus mensajes con el presidente del Gobierno -publicados en exclusiva por EL MUNDO-, desde la dirección de Ferraz reconocen que el procedimiento para la retirada definitiva del carnet de su ex número tres «no es sencillo» porque el interesado ha presentado varios recursos en contra de una decisión que considera «arbitraria». Además, añaden como elemento adicional de la complejidad que no se trata de un afiliado cualquiera -tuvo el control del aparato durante cuatro años- y sostienen que el caso tiene que resolverse «con todas las garantías» para evitar que pueda acabar judicializado.

La cúpula socialista tardó cinco días en exigir públicamente a Ábalos la entrega del acta de diputado en un plazo de 24 horas por su «responsabilidad política» en el caso Koldo, a pesar de admitir que en aquel momento no había contra él «ningún reproche penal», y al negarse a hacerlo se pasó al Grupo Mixto. No fue hasta 10 meses después cuando el Tribunal Supremo le abrió una causa imputándole los presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación por la contratación irregular de material sanitario.

Aun así, en aplicación del Código Ético y de Conducta del partido en vigor, ni siquiera este cambio en su situación judicial hubiera sido motivo automático para apartarlo: según el documento que establece los principios que rigen el comportamiento del afilado, sólo debe solicitar su baja voluntaria y renunciar a sus cargos públicos si los tienen cuando se dicte auto de apertura de juicio oral. De no hacerlo, «podrá ser suspendido cautelarmente de militancia y, en su caso, expulsado del partido» en una serie de supuestos, incluidos los que supuestamente se le atribuyen al ex ministro.

El PSOE informó de la apertura de un expediente disciplinario a Ábalos justo después de la rueda de prensa en la que comunicó que no iba a acatar la orden de entregar el acta, que es personal. En una resolución de seis páginas, Ferraz argumentó que podría haber incurrido en tres faltas muy graves por «abandono de cargo público», «actuación en contra de acuerdos adoptados por los órganos de dirección del partido» y por «menoscabar la imagen de los cargos públicos o de las instituciones socialistas».

En un primer escrito de alegaciones contra su suspensión de militancia remitido a la Comisión Federal de Ética y Garantías -que es el organismo, sobre el papel, independiente del actual secretario de Organización, Santos Cerdán, que tiene que decidir sobre su expulsión-, el ex dirigente solicitó el cierre de las actuaciones y la inmediata devolución de su condición de afiliado al denunciar que el instructor no había llevado a cabo ninguna actuación en más de seis meses . Posteriormente, y antes de su imputación, presentó un segundo escrito en el que argumentaba que su castigo se había adoptado de forma «arbitraria» por basarse en «una apreciación subjetiva» que no se ajusta a la realidad.

Disciplina de voto

Desde su nuevo escaño el Grupo Mixto, Ábalos ha seguido hasta ahora la disciplina de voto del PSOE, partido por el que concurrió a las elecciones generales de 2023 como número dosen la lista por Valencia. La última vez lo hizo el pasado 8 de mayo, en la convalidación del decreto antiaranceles, cuando su además podía haber resultado decisivo ya que el Gobierno no tenía asegurado al 100% el respaldo de Junts.

Esta semana, sin embargo, el ex ministro no ha acudido al hemiciclo ni tampoco ha solicitado poder intervenir en los plenos de forma telemática coincidiendo con la publicación de los mensajes con Sánchez tanto antes de que dejara de ser su hombre fuerte en 2021 como después. A través de su cuenta de X, ha explicado que EL MUNDO se puso en contacto con él para preguntarle por unos mensajes de 2023 y que no se opuso a su publicación: «Esto no quiere decir que yo haya filtrado nada, solo contrasto una información que me llega».

A raíz de la polémica de los whatsapps, en la dirección de Ferraz han evitado concienzudamente hacer reproche público alguno a Ábalos sobre su difusión y han descartado también la opción de un eventual «chantaje», aunque consideran el hecho en sí como un «ataque despiadado» al presidente, y tampoco han mostrado ninguna intención de airarlo acelerando su expediente de expulsión. Quien fue la persona de su total confianza tanto en el Gobierno como en el partido ha acabado sentado en el gallinero del Congreso junto a los representantes de Podemos, Coalición Canaria, BNG y UPN.

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