El PSOE cree que la cumbre de la OTAN ha dado aire a Pedro Sánchez: "Puede que la legislatura no esté tan acabada como se creía" - España
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El PSOE cree que la cumbre de la OTAN ha dado aire a Pedro Sánchez: «Puede que la legislatura no esté tan acabada como se creía»

Publicado: junio 29, 2025, 6:07 am

Desde que logró su última investidura, Pedro Sánchez siempre ha vivido al día. Desde que la corrupción ha llamado a su puerta con dos secretarios de Organización implicados en una trama, Pedro Sánchez vive a la hora. Así se ha visto en la Cumbre de la OTAN, donde ha aprovechado hasta la última gota para tomar aliento y ejercer de protagonista y de jefe de Gobierno que, como todos, le tiene miedo a Trump, pero lo disimula porque más miedo le tiene a los españoles cabreados por el regreso de la corrupción al partido que gobierna.

Los colaboradores de Pedro Sánchez en Moncloa y sus ministros tienen claro que las vicisitudes de la extraña cumbre atlántica han dado al presidente oxígeno para aguantar al menos unos días. Cruzando los dedos, y si no aparece ninguna otra grabación escandalosa, creen que puede llegar así al Comité Federal del sábado y a la comparecencia parlamentaria del día 9. «Llegábamos a la cumbre de la OTAN con el debate centrado en cuánto durará la legislatura, cuándo se convocarían las elecciones, si los socios aguantarían o si el presidente podría dimitir. El presidente salió de la cumbre bastante mejor, demostró que tiene la voluntad y la capacidad de seguir gobernando aun en los peores momentos. No esperábamos que Trump, que por cierto no dijo nada de España dentro de la reunión, nos diera la oportunidad de enarbolar la bandera de país soberano que toma sus decisiones y no puede gastar el 5% en Defensa. Lo que hizo el presidente es aprovechar esta oportunidad, diferenciándose del resto de los aliados», señalan en el equipo de Moncloa.

Sánchez está completamente seguro de que los españoles han entendido perfectamente lo que ha hecho en la cumbre, a pesar de que los datos sobre la firma de un compromiso del 5% para gastos de Defensa y la excepción española les han llegado con una cierta confusión. «Antes de la cumbre la oposición estaba convencida de que la legislatura estaba acabada. No será fácil porque el shock nos dura todavía y pueden aparecer más cosas, pero puede que la legislatura no esté tan acabada como parecía. Y si quieren jugar a que entramos en campaña, el presidente ya ha demostrado que puede hacerlo y que tiene proyecto, no se va a gastar más dinero en bombas y tanques que en materias sociales. Feijóo aún no ha aclarado si él planea o no elevar el gasto en defensa al 5%».

Mientras eso sucedía en La Haya, las televisiones y el resto de los medios se llenaban de declaraciones de las numerosas novias -así presentadas- de José Luis Ábalos. Todas hablando largo y tendido del partido, del Gobierno y de la corrupción. Sánchez y su equipo creen que las actividades del «triángulo tóxico» -como definió Pilar Alegría a Koldo, Ábalos y Cerdán– se han convertido en un «vodevil cutre» que el público sigue con el morbo propio de los programas del mismo género. «La opinión pública parece más escandalizada con el puterío que con la corrupción», indica un alto cargo. «Todo esto nos avergüenza, pero no tiene nada que ver con el Gobierno, seguimos gobernando con normalidad». Otras fuentes del Gobierno advierten que la cumbre de la OTAN «le ha venido bien al presidente, pero a lo mejor el lunes ya nadie se acuerda porque nos levantamos con alguna sorpresa. La precariedad y la incertidumbre en las que vivimos es grande».

En una cosa coinciden todas las fuentes consultadas del partido y del Gobierno: los socios han evidenciado que este escándalo de corrupción que afecta a dos ex secretarios de Organización del PSOE no es suficiente como para romper los lazos con Sánchez y pedirle que convoque elecciones. «Más allá de las escenificaciones de Yolanda Díaz y Sumar, de la incomodidad que puedan tener ERC, PNV o Junts, está claro que le tienen más miedo a unas elecciones generales que a ser acusados de cómplices con la corrupción, por seguir respaldando la continuidad de Sánchez», señalan en el Gobierno. Y así seguirán, porfían las mismas fuentes, aunque salgan a la luz más escándalos. «Los socios aguantarán lo que sea porque saben que en unas elecciones los barrerían del mapa». Así las cosas, Sánchez puede salir fortalecido de su comparecencia parlamentaria porque los socios y aliados no pedirán su renuncia. Lo cual podría interpretarse como una suerte de cuestión de confianza -simbólica- superada por el presidente del Gobierno.

Los socios están con él y el PSOE también. Al menos, el PSOE de ahora. Las declaraciones de Felipe González anunciando que dejará de votar al partido del que lo fue todo han sentado a cuerno quemado en la dirección socialista, aunque se interpreta que los ataques de los socialistas históricos no debilitan, sino que engordan a Sánchez. «En las casas del pueblo, los viejos militantes están furiosos con él, le consideran un traidor a las siglas», señala un dirigente que visita las sedes socialistas. «Ojalá ese debate lo dieran dentro de los órganos del partido, y no fuera, en los medios», advierte un miembro de la dirección.

Sordina para el congreso del PP

La inflación de acontecimientos políticos del mes que ya se acaba, vinculados a la corrupción dentro del PSOE y de polémicas resoluciones judiciales, ha dejado en muy segundo plano los preparativos del primer congreso ordinario del PP de la era Feijóo. La dirección del PP tampoco ha querido llamar mucho la atención sobre este acontecimiento porque la principal estrategia del partido de la oposición es que el Gobierno y el PSOE se cuezan en su propia salsa y que la corrupción sea su canto del cisne.

Sin embargo, la expectación interna existe en el PP, sobre todo por la ausencia de noticias acerca de los cambios en la dirección que a la mayoría del partido le parecían imprescindibles para caminar hasta las elecciones autonómicas, municipales y generales. Los cambios sólo los conoce el líder del partido, señalan los miembros de la dirección, y no tienen siquiera claro que ya los haya decidido. A una semana del comienzo del congreso.

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